Pdfcoffee.com Dr Joel Introduccion a La Lectura de Lacan II Ed Gedisa PDF Free

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FREUD go CTs per es Se Joél Dor maw 7 Tigeyaiioeteys| ala Lectura de Lacan I La estructura del sujeto SERIE FREUDIANA Jo& Dor Oscar MAsorTa Victor Tausk SARAH Korman Jacques SEDAT ¥ OTROS SERGE LECLAIRE MARIO FRANCIONI Juan Davip Nasio Denis VASSE OcTAVE MANNONI ¥ OTROS STUART SCHNEIDERMAN FRANCOIS PERRIER Introduccién a la lectura de Lacan I El inconsciente estructurado como lenguaje en psicoanilisis Lecciones de introduccién al psicoandlisis Trabajos psicoanaliticos El enigma de la mujer Con Freud o contra Freud éRetorno a Lacan? Un encantamiento que se rompe Cuestionamiento del hechize psicoanalitica Psicoandlisis, lingiiistica y epistemalogia en Jacques Lacan El magnifico niiio del psicoanilisis El concepto de sujeto y objeto en la teoria de Jacques Lacan El peso de lo real: el sufrimiento La crisis de la adolescencia Lacan: la muerte de un héroe Viajes extraordinarios por translacania ~ INTRODUCCION A LA LECTURA DE LACAN II La estructura del sujeto Joél Dor Indice PROLOGO... Primera parte: La infraestructura subjetiva y su topica 1. El esquema R — El esquema I Segunda aproximacién a los procesos psicoticos El esquema R . El esquema I. 2. El esquema Gptico y los ideales de la eta Yo ideal ¢ Ideal del yo .. Segunda parte: El estatuto del sujeto y la funcién del rasgo unario 3. El cogito y su sujeto 4, El rasgo unario . ElUneyelamor Del Unoalrasgo unario Delrasgounarioal significante 5. El nombre propio y el rasgo unario 6, El significante, el unario y la identifieacion 7. La identificacion .. Tercera parte: La estructura del sujeto y el objeto a 8. Elinterior y el exterior. La topologia de la banda de Mobius... 9. Dialéctica de la demanda y del deseo entre el sujeto yel ‘Otro. La topologia del toro........ 10. El significante, el corte y el sujeto E] significante come corte El sujeto como corte. El ser hablante (parlétre), el inconsciente y ef aio, 11. El sujeto, el objeto ay La topologia del cross-cap ... Primerprocedimientodeconstruccién Segundo procedimientode constuccén Cuarta parte: El sujeto y la subversion de la légica 12. De la negacién al “no...todo” .. 13. La sexuacién y sus formulas. 14, “La mujer no existe”, “No hay relacién sexual” 15. Ello no “cexa” de no escribirse ..... BiBLioGraFia....... INDICE TEMATIOO.... Prélogo La tesis inaugural de Lacan: el inconsciente esta estructurado como un lenguaje! conchuia con la dependencia del sujeto respectodel ordensignificante. Incluso sisupusiésemos que su justificacién principal se basa en el “retorno a Freud” — cuya obra fundadora permitié demostrar este argumento como laimplicaciénesencial delinconsciemte—, subsiste una pregunta, 2Cémo cireunscribir la naturaleza precisa de esa sujecion significante sobre la que la practica analitica muestra continua: mente que ordena la estructura misma de la subjetividad en el espacio de una alienacion radical? ‘Al comienzo de los aios sesenta, la reflexién de Lacan parece tener que abordar esa cuestion crucial en términos explicitos: [oa] esa suposicién radical muestra, que pone al sujeto en su constitucion en la dependencia, cn una posicién segunda en relacidn con elsignificante, que hace del sujeto comotal unefecto del significante, no puede dejar de surgir de nuestra experiencia el. E] significante determina al sujeto [...] por cuanto que, necesariamente, la experiencia analitica quiere decir eso. Pero sigamos las consecuencias de esas premisas necesarias. El significante detcrminaalsyjeto. Elsujeto se estructura partirde |.) mento hacerlesseguirmisde cerca ese vinculodel significante con la estructurasubjetiva.” A partir de esa €poca se inicia, de hecho, un viraje capital 1 en el pensamiento de Lacan. A través del desarrollo de una sostenida reflexién a propésito de la identificacién, la cwestion planteada por tal sujecién es ampliamente clucidada por medio de diversas formulaciones teérico-clinicas fandamentales refe- ridasala relacién que “ex-siste”entre cl sujeto, el objetoy el Otro, y a eso parece remitirse la dinamica del deseo en toda la contingencia significante que le conocemos en el ser hablante (parlétre}. Por mas que, a tal efecto, exponer la obra de Lacan pa- reciera una tarea densa y compleja, era conveniente en primer lugar conocer las referencias que jalonan su recorrido para intentar presentar, paso a paso, todas las articulaciones que puntian su légica interna. Eso daba oportunidad de explicitar, en un enfoque discur- sivo, nociones tan fundamentales como el rasgo unario, la dialéctica de la demanday del deseo, el corte, la identificacion, el acto analitico, el fantasma, la sexuaci6n... imprescindibles para comprender la constitucién de la estructura del sujeto bajo el imperiode la logica del significante. Evidentemente,elandlisisde ese problema representa uno de los momentos mis densos y mas complejos de la reflexion de Lacan. Eso explica la parte legitima que dedicé a las incursiones topoldgicas para tratar de hallarle una respuesta, no sin algunas explicaciones prudentes pero esenciales: Les guio en una ensefanza que esté gobernada por los caminos de nuestra experiencia, Puede parecer excesivo, cuando no importuno, que esos caminos susciten en mi ensefianza una forma de rodeos, inusitados digamos, que en ese sentido pueden parecer, hablando con propiedad, exorbitantes [...]. Sin embargo, no les debe sorprender que en nuestra expli- caciOn estén implicados campos, dominios tales como, por ejem- plo [...] el de la topologia, si de hecho hemos de reeorrer los caminos que cuestionan un orden tan fundamental como la constitucién mas radical del sujeto come tal? En consecuencia, parecia necesario describir metédica- mente la virtud operativa de esos objetos topolégicos a condi- 12 cién de que estos soportes explicativos abstractos sean presemta- dos de modo riguroso en una argumentacion sintética que desmitifique su aridez en aras de una mayor claridad. Espere- mos haberlo logrado, de manera que se verifique de modo mas general, en relacién con esta obra, una de las acvertencias que solia reiterar Lacan: Les pido disculpas por hacerles seguir un camino que puede parecerles drido, cs indispensable que les a comocer sus distintos pasos para mostrarles lo que podemos sacar de ellos." Salvador de Bahia Mayo de 1992 Notas 1. Cf Dor, ]., Introductionala lecture de Lacan, tome 1. Linconscient structuré comme un kingage, Paris, Denoél, 1985. [Versién castellana: [ntro- duccién a fa lectara de Lacan, tome 1, Elinconsciente estructurado come Jenguaje, Buenos Aires, Gedisa, 2° ed. revisada, 1987.] . 2. Lacan... L identification (1961-1962), inédito, seminariodel 30de mayo de 1962 (el subrayaclo es mio). 3, Ibid, (el subrayado es mio). 4. Ibid. PRIMERA PARTE LA INFRAESTRUCTURA SUBJETIVA Y SU TOPICA 1 El esquema R - El esquema I Segunda aproximacion a los procesos psicdéticos* Desde 1953, en el movimiento del “retornoa Freud", Lacan pone el acento en la incidencia de los tres registros, Simbélico, Imaginario y Real, en la experiencia del inconsciente: Creo que el retorne a los textos freudianos que han sido objeto de mi ensefanea desde hace dos afos, me ha [...] dade la idea cada vez més certera de que la captacion mas global de la realidad humana es la realizada por la experiencia freudiana.! ¥ de inmediato, Lacan cireunseribe el campo de esa experienciaa “tres registros que son sin lugaradudas los registras esenciales de la realidad jiumana, registros claramente diferencia- das quese denominan; fesimbélico, lo imaginario y loreal Esas tres categorias (S.1.R.)" son deducidas de modo pro- gresivo en el transcurso de la minuciosa descodificac em- prendida por Lacan en la relectura de Freud que propone a sus alunos, Encontramos constante testimonio de ellas en todos los trabajos de Lacan elaborados a lo largo de los afios cincuen- a! Esto da cuenta de la importancia acordada a esas tres dimensiones cuya articulacién constituye una de las claves de todo el edificio lacaniano, Por una parte, la interaceién de esas tres instancias se revela *Se ha desarrollade una primera aproximacién a los procesos icosenel primer tomo de lat Introducciéna la lecturade Lacan, cap, 1M: tra forchusidn del Nombre del Padre -Enfoque de los procesos psicéticos”, op. cit, pags 109 a 14. 7 estructuralmente isomorfa a la di: Lacan especifica su dinamiea, po ela freudiana, a partir del estadio del espejo, de la fun a, del complejo de castra- cién y de la metifora del Nombre del Padre.* Por otra, s registros esbora el modo de estructura jetividad que Lacan no cesara de profundizar en ‘a edipica tal y como SU. Sey del fant del esquema Reuya logic su articulo de 1957-58: “De una cuestién preliminar tratamiento posible de la psicosis"." El enfoque de la y resulta tanto mas esclarecide cuanto que Lacan se esfuerza en este estudio por definir el contorno del proceso psicética simbolizado en la transformacién reglada del esquema R en esquema I, también designada como “esquema de Schreber".” No obstante, a pesar de que estos dos esquemas son fundamentales en razon de La complejidad de los retos psiqui- cos que metaforizan, Lacan da muestras de una singular econo- mia explicativa en cl comentario que les dedica. nen todo Osis El esquema R La densidad conceptual del esquema R sélo se aprecia ver- daceramente al considerar su infraestructura interna. De ahi la necesidad de desplegar de manera logica las diferentes fases que concurren a su construccién, Esa elaboracién puede ordenarse de modo esquematico de la siguiente manera.* En el umbral de esa situacién originaria habitualmente designada como relacién de indistincién fusional, el nino esta comprometido en una dinamica deseante alienada al deseo de Ja madre, puesto que esti expresamente identificado con su falo. Observamos esa alienacién tipica representada por la identificacién falica en el nivel de la experiencia del estadio del espejo. Convengamos en esquematizar esa relacion por medio de la siguiente figura: 18 Madre Ficura 1 No obstante, la interaccién dinamica del deseo entre la madre y cl nifo s6lo es coherente en relaciGn con la falta. En efecto, el presentimiento de lo que le falta ala madre se puede colmar imaginariamente con el objeto del deseo que no tiene, Por esa raz6n, de modo igualmente imaginario, el niio se iden- tifieara de buena gana con el objeto de lo que falta en el Ouro, Por lo tanto, el espacio de esta relacion no traduce la expe- riencia de una puray simple dualidad, y menos atin se trata ahi de “sim! término que se menciona con tanta frecuencia. La indistincién fusional slo se funda porque le preexiste un. tercer término: la falta y la existencia imaginaria de un objeto susceptible de colmarla: el fale. En consecuencia, lo que movi- lizay alimenta la dinamica de la relacién fusional es sin duda el objeto de la falta como tal. Esto plantea la necesidad de mo- dificar el esquema originario, dando un lugar a la intercesién del falo imaginaric 9; Madre Madre 9 Hf zg E S Ficus 2 ig Esa primera configuracion triangular que funda la logica del deseo en el Edipo, s6lo pone en juego una serie de com- ponentes imaginarios. Al objeto failico imaginario, que se supone que colma la falta del Ouro, responde la identificacion imaginaria del nidio con tal objeto de la mack Ese primer tridngulo madre-niio-falo, que representa el espacio del registro imaginario, constituye la célula basica del esquema R. Ya a partir de ese nivel arcaico podemos captar cémo el objeto del deseo interfiere en la organizacién poten- cial del sujeto, considerado en ese estadio como “asujeto” (Lacan). Al ide: carse de moc aginario con el objeto del deseo de la madre, el deseo del nifo se realiza ya como deseo de deseo, La estructuracién dinamica del deseo del sujeto como deseode deseo del Otroencuentrade ese modosu puntode anclaje en ese proceso originario de identificacién con el falo imaginario. Avancemos en el curso de la dialéctica edipica hasta esa etapa decisiva marcada por la intrusién de la figura paterna en la relacion de indistincion fusional madre-hijo. En lo esencial, esa intrusién se manifestara por un cuestionamiento de la lentificacion falica sostenido por un doble esbozo de simboli- gacién, Por una parte, el nino se muestra cada vez més sensible al interés que la madre acuerda al padre en Ia realidad. Por otra, desarrolla la conviecion de que jamis lograra ser todo para el Otro en la realidad de su existencia. La repeticion de esas ex- periencias reales ira suscitando de modo progresivo en el nifio determinadas correlaciones significantes. Siel nifio no es todo para la madre —la prueba de ello es su interés por cl padre—, no podria entonces ser el abjeto que colma su falta, Asi, la madre se descubre tanto mas desprovista del falo en el espacio imaginario de la relacién de indistincién fusional cuanto que el padre se significa como un polo de atraccién que moviliza su deseo, Durante un tiempo, esas dos circunstancias significantes bastan para sostener la encarna- cién del padre imaginario,"” falo rival del nifio en relacién con el Otro. Unicamente esa figura del padre es susceptible de vecto- rizar una serie de desplazamientosdecisivosen la légicadeseante 20 del nino, de ahi en mas suspendida a la pregunta: 2"ser o no ser, ‘to be or not to be’, el falo?”!! En primer lugar, un nuevo protagonista, el padre, irrumpe en la wiangulacion imaginaria madre-nino-falo. Ensegundo lugar, el falocirculaa partir del cuestionamiento de la identificacién fillica, Por otra parte, esa vacilacién del lugar del falo suscita un desplazamiento de la propia madre respecto del espacio de }6n imaginaria originaria. Por ultimo, todas esas traslaciones van a distribuirse en funcién de la consistencia que adquieren las contingencias de larealidad a las que el nifio, en adelante, ya no puede sustracrse. El desplazamiento del lugar primitivo imaginario de la madre, correlacionado con la intrusién del padre bajo la in- fluenciade la realidad, puede ser esquematizado de la siguiente manera: ° Midi Madre Imaginario Realidad Nifio Padre “asujeto™ Ficura 3 La primera fase, caracterizada por esos diversos desplaza- mientos, seria empero inoperante en la estructuracién psiquica del sujeto si permaneciera fijada en ese estadio de la rivalidad falica imaginaria™ entre el nifio y el padre en relacion con la madre. La dinamica que posibilitara al nino superar el cuestio- 21 namiento de su identificacién falica y, consecuentemente, desprenderse de ella, supone que sea él quien efectie un des- plazamiento. Este dltimo es no sélo suscitado por diversos acontecimientos de la realiclad, mis alla del campo imaginario , sino también —e incluso sobre todo— convocado porla incidencia de una mediacién significante operada por la madre. Por lo demas, la dimension simbélica irrumpe en la dialéctica edipica precisamente a través de esa mediacién. éCuidles son los resortes de esa mediacién? Es importante que la madre, tanto en sus maneras de ser como en el discurse para con el nino, le haga entender el papel privilegiado que desempeiia el padre en relacion con su propio deseo. De esta manera, se produce una prescripcion simbolica consistente en significarle sin equivoco ni ambigtedad que ella espera obtener de él, de su hombre, el objeto que le falta. El nino recibe asi del discurso materno la garantia de que no debe esperar nada de su identificacion imaginaria con el falo, medida en que la madre sabe significarse simb6licamente como dependiente del padre y no de len lo que respecta al objeto de su deseo, ‘Con frecuencia, de hecho, cuando la significacién simbé- lica de esa dependencia materna adopt la forma de una parodia, pueden resultar comprometidas deverminadas vias de estructuracién psiquicas, abiertas con ulterioridad al nifo. Lacan sittia el “punto de anclaje” de las perversiones'® precisa- mente alli donde ambighedades simbélicas y equivocos, al convertirse en regla en la realidad, fijan al nifo al lugar de goce de la rivalidad falica."4 La mediacién inducida por esa prescripcién simbélica sélo es estructurante en la medida en que la existencia intrusiva del padre hace eco en ella de modo simbélico. Del mismo modo en que la madre debe significar al nino su dependencia deseante respecto del padre, este ultimo no debe dejar de confirmar su incidencia proponiéndose como ése “que hace la ley a la madre”."5 Entonces, puede hacerse un notable progreso en la légica de los desplazamientos antes descritos, Un elemento suplemen- 22 tarioexigeser tenidoen cuenta: laincursin del registro simbdlico que, deahi en mas, interviene en la nueva correlacién instituida por el nifio entre el padre y la madre. En efecto, esa imensién precipita al nifio hacia un lugar diferente en donde su deseo sera puesto a prucha al enfrentarse con un nuevo reto: Ia dialéctica del tener. Eso supone que el nite haya renunciado a identificarse con el objeto del deseo de la madre, es decir que haya aceptado reconocer al padre no s6lo como el que tiene el falo sino también como el que se lo puede dar a la madre depend nte de éla este respecto, puesto que ella no lo ticne. ento da cuenta del hecho de que el propone asi pasar bajo kas horcas caudinas de la castrac Pero, adem: istra un despla i ico. Al de}: jeto al deseo de la madre, abandona su posicion ijeto en aras de la posicién de sujeto deseante que a esbozarse. En consecuencia, ese desplazamiento modifica el modo de vineulacién madre-nifio que deja de participar de manera exclusiva del espacio imaginario de la triangulacién originarta. Mas alla de la prueba de la realidad, esa vinculacion se ancla en el espaci bdlico al que quedan referidos de ahi en mas el padre y la madre: e Miydre Madre Imaginario Realidad Simbdlico Niig——_ Nitio Padre “xuujeto” FIGura 4 23 Esos diversos desplazamientos inducen incidencias inte- ractivas en la estructuracion subjetiva del nino. Si la linea de vinculacién madre-nino (figura 3) traducia un tipo de relacién estrictamente imaginaria, el desplazamiento respectivo de la madre y el nitio dejara dos lugares vacantes donde se cristaliza- min, en la organizacién psiquica, vestigios siempre presentes de esos lugares imaginarios anteriores. Enel lugar primitivo donde el niio habia situado ala madre s¢ constituird una representacién imaginaria del objeto funda- mental del deseo (la madre), o sea la imagen especular 1". En cuanto al lugar en que el nifio se habia situado en un inicio, dara lugar a una representaci6n imaginaria de si mismo: su yo “m", trayendo asia la memoria el estatuto alienado-de asujeto que e En el otro polo, correspondiente a la nueva posicion del niiio, se esboza, en cambio, algo del sujeto que debe ser bajo la instancia del Ideal del yo “I” que sélo puede advenir en relacién con la incidencia simbdélica del padre. Por ese motivo, el Ideal del yo I se inscribe de modo légico en oposicién al yo m en el espacio simbdlico.* La organizacion del esquema se modifica en consecuencia. De ahi en adelante, el triangulo imaginario y el triangulo simbdlico se distribuyen respectivamente de una y otra parte de la banda de Ia realidad, que mas tarde sera definida por Lacan bajo la denominacién de lo real,!7 La Ultima ctapa de la construcci6n del esquema Rremite de modo directo al punto de llegada de la dinamica edipica dia- lectizada por laintercesién de la metafora del Nombre del Paetre. hecho, todos los desplazamientos realizados desde el espa- cio imaginario inicial han sido inducidos por el empuje estruc- turante de la funcion simbolica del padre introducida inaugu- ralmente por la mediacién del discurso materno. La sinergia de A fin de diferenciar los términos franceses mod (pronombre personal de la primera persona singular, corresponde al “yo" de la segunda tdpica freudiana) y je (también pronombre personal de la primera persona sin- gular, pero que s6lo puede cumplir en la frase la funcién de sujeto, corres- ponde al sujeto del i iente de la teoria lacaniana) se seguirael siguien- tecriterio: moi= yo; je= yo (pe); moLje=yo (moi-je). En los casos que puedan prestarse a confusién se aclarara también entre corchetes yo (moi). [T.) 24 Fioura 5 las diferentes figuras paternas —padre fr castrador, donador— s6lo puede hacer posible el pasaje estruc- turante del seral teneren la medida en que el padre es investido, en tiltima instancia, con la atribucién filica. Como tal, es decir entanto padre simbdlico, se lesupone que daa lamadre el objeto que le falta.!* ca alae En otros términos, la traslacién del espacio imagir espacio simbélico traduce la circulaci6n del objeto falico sin la cual, el nifio no podra situar el lugar exacto del objeto del deseo de la madre que le permite pasar del estado de asujeto al de sujeto. Estalocalizacion sostenida por el significante Nombre del Pactre, justifica la introduccién esquemal ica del simbolo P como lugar de inscripcién del falo simbdlico “b", De ese modo, cuando ha situado el nifio el objeto del deseo de la madre, adviene entonces como sujeto en el lugar de su identificacion primordial imaginaria con el objeto del deseo materno @: de ahi surge la inscripcién del simbolo § en el espacio y en vez del falo *p imaginario. Al final de esa estructuraci6n subjetiva subsiste, empero, el predominio de lo imaginario que encarnan los lugares i ym, es decir “los dos términos imaginarios de la relacién narcisista, 0 sea el yo y la imagen especular”.!? En consecuencia, podemos rio al 2. transcribir en el esquema la expresién resultante de todas las representaciones imaginarias del otro, que encuentran su sus- tate culminante en la figura primordial imaginaria de la madre m, El vector iM metaforiza entances todas esas diferentes fi guras del otro imaginario bajo la expresion general de la magen especular i(a). Y eso da la oportunidad de ii vector m | todas lasidentificaciones imaginarias formadoras del yo sujetas a la ider paterna del Ideal del yo 1.2" Por lo tanto, resulta legitimo situar en el lugar [, el simbolo a’, co- rrelativo deaen la del sujetocon susobjctos, Porotra parte, P s6lo simboliza el Nombre del Padre en relaci¢é con Lina operac que es, hablando con propiedad, metafora. Un significante tal solo puede situ es, en el lugar del Otro donde el nifo encuentra el icante de un padre para él. Como consecuencia, el simbolo uentra su lugar légico en el lugar P, De esta manera, se integra en la estructura del esquema Ra delesquema Lde lndialéctica intersubjetiva, trayéndonos de nuevo al orden de la al cién del sujeto en el Yo como consecuencia directa del acceso a lo simbélico por la metafora paterna.*! Tenemos entonces la configuracién completa del esquema Rtal como nos la propone Lacan en suestudio “De una cuestién preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”.*® La banda de lo Real “MimI” que separa al tridngulo ima- ginario del widngulo simbélico, también los enlaza. Esa particu- laridad dinamica s6lo puede ser comprendida si se acuerda a la banda Mimf la estructura de una banda de Mobius.** Si bien Lacan no hizo formulacionesen ese terreno-en su seminario Las psicosis,** menciona de todos modos esa particularidad en una nota agregada en 1966 a su texto “De una cuestion preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”. La mayoria de las veces, Lacan, en esa época, asimilara el esquema Ra laextension de un plano proyectivo. De esa manera, la banda de lo real ad- viene como el corte moebiano del que depende toda la estruc- tura del cross-cap:*> 26 Frans & Quid seria interesante reconacer que, de modo enigmati » pero perfectamente legible para quien conoce lo que sigue, como es el caso si se pretende basarse en él, lo que el esquema R despliega es un plano proyectivo. : En particular, los puntos pars los que, no por azar (ni por juego) hemos elegido las letras con que se corresponden mM, i Ty que son los que enmarcan e tinico corte valido en ese esquema idad que ese a el corte mi, M1), indican con bastante cl lo x corte aisla en el campo una banda de Mébiu Parece tanto mas importante demorarse un poco en la funcion de esa banda de lo real cuanto que, precisamente, son determinadas modificaciones estructurales de ese cuadrangulo miMI las que permitirdn representar lo que adviene en las psicosis tal como el esquema Ilo pone en evidencia. Para obtener una banda de Mébius, basta con suturar los dos bordes de un poligono fundamental vectorizados en una orientacién opuesta, licvandolos hacia una misma direccién, es decir, efectuando una torsién. De ese modo, obtenemos una superficie unilatera (de una sola faz y un solo borde) que po- demos recorrer en su totalidad sin franquear jamas borde al- guno.2? 27 En el esquema R, si unimos ia Ty ma M, conferimos a la banda de lo real una estructura méebiana. Como consecuencia de eso, los espacios Imaginario y Simbélico constituyen enton- ces una tinica “arandela” suturada en totalidad a esa banda de lo real en raz6n del tinico borde que define la superticie de la banda de Mobius. En ese sentido, el esquema R es un plano proyective cuya representacién en dos dimensiones no es mas que un “desplicgue” obtenido mediante un corte que extiende la banda, o sea un corte que permite volver al poligono fundamental inicial con sus dos bordes vectorizados.?* Eso permite comprender cémo estan ligados entre si lo Simbdlico y lo Imaginario por lo Real, de manera tal que se pueda pasar de uno al otro y del segundo al primero de un modo continuo. La dinamica edipica pone de manifesto con particular claridad esa propiedad, al mostrar hasta qué punto la conquista de lo Simbolico remite también a lo Imaginario. De hecho, apenas advenido a lo Simbélico, el sujeto se aliena en lo Imaginari éndose.”” Desde ese punto de vista, la banda de lo real concebida en su configuracion mocbiana, se presenta como una representacién esencial para la comprensién de la onganizacion estructural del sujeto. El esquema I Cuando el significante Nombre del Padre no logra inscri- birse en el lugar del Otro (enel puntoAcnel esquema R, cf. figura 6), toda la estructura de la banda de lo real sufre una modifica- ci6n significativa que traduce asi las alteraciones que resultaran de ese defecto de inscripcién en el nivel de la organizacion subjetiva. Esa circunstancia particular también designada por Lacan; forclusién del Nombre del Padre,” es expresada por la dinamicadel esquema I. Partamos de ese caso particular en que el advenimiento del Padre Simbélico es desfalleciente, es decir de la situacién en que el significante Nombre del Padre que inaugura la cadena significante para un sujeto hablante no logra sustituir al sig- nificante del deseo de la madre. Ademas del defecto esencial en 28 ¢l acceso a lo Simbdlico que resulta de esa ausencia de inscrip- cién, ella da cuenta de lai posibilidad del nino para situarse con relacién al falo imaginario @. En tales condiciones, no hay otrasalida que permanecer cautivode unarelacion de i con la madre, relacién que padece la noreferenciaal paterna. Podemos representar esos dos defectos de fundamentales segin el siguiente esquema: i M. Fieuna 7 Laausencia de falo imaginario 9 y del significante Nombre del Padre P implica un modo exclusive de vinculacién del nino con la madre que podemos mate ar mediante la linea m—> M, es decir, una relacién que se instituye entre el yoy la madre propiamente dicha. En su estudio “De una cuestion preliminar a todo trata- miento posible de la psicosis”, Lacan es singularmente alusivo sobre este aspecto del problema, En consecuencia, debemos recurrir a diversas explicitaciones exteriores al esquema J para comprender sus distintos puntos de articulacién, en especial al esquema Lyal grafodeldeseo. Debido justamente a la forchusién del Nombre del Padre, elsujetoS jamas podraadvenir como $,0sea como sujetotachado por el significante de la castraci6n ®. Elanilisis del grafo del deseo nos ensena que todo mensaje esti estampillado en el lugar del codigo, es decir en el lugar del Otro en tanto “tesoro del significante™! o incluso en tanto guardian y depositario de la autentificacién simbélica."* En ese 2 sentido, a través del proceso de la metifora paterna, la funci del padre introduce, en primera instancia, al nifo en el registro que garantiza tal autentificacién simbdlica. Basta con que el significante amo Nombre del Padre no advenga en el proceso de esa sustitucion metaforica, para que toda la relacién que el sujeto mantiene con el orden simbolico resulte proporcional- mente perturbacda, De modo esquematico, el des-fallecimiento que se introduce en el acceso alo Simbélico se puede represen- tar de ta siguiente manera a la altura del “punto de acolcha- do" Ficura & Al faltar el Nombre del Padre que ordena el acceso a lo simbdlico, la autentificacion simbélica del mensaje en el punto y no sera garantizada por A. Ese “agujero” en el proceso sim- bélico puede materializarse en el grafo por la presencia de un trazo interrumpido sobre el yeetor A$. Es otra manera de describir la perturbacién de Ja relacién del sujeto con el Otre, justamentea nivel del circuitode la palabra“ que parte del punto A, se refleja luego en el punto m del yo en donde el sujeto se oye hablar, para volver al punto A e deslizarse por fin hasta ellugar del mensaje ¥. Al no poder referirse al significante Nombre del Padre, el yo del nifto permanece tributario de una singular relacion con la madre, instituida como Owo y en la que se esfuerza por mbéliea. Decir, tal como lo enuncia Lacan, que la madre psicotizante esta “fuera de la ley", o incluso “hace la ley”, es poner el acento en fa incidencia de una madre depositaria de una ley que no es suya; ley de pura conveniencia personal que no esté en modo alguno referida a la ley simbolica paterna, En tales condiciones, la madre garantiza entonces, en el lugar del Otro, una funcién simbélica que no puede para nada autentificar cosa.alguna como lo haria la ley del padre. Ese defecto de autentificacién simbélica sostiene fundamental- mente la relacién del nifio con la madre bajo la forma de una ruptura entre my M. En consecuencia, la articulacién de lo Imaginario y de lo Simbélico por lo Real se estructurara de modo diferente. Tal como hemos visto, el pasaje reciprocamente continuo de lo Imaginario a lo Simbdlico sélo puede comprenderse en la medida en que concibamos la banda miMI segtin una estruc- tura méebiana, Eso supone que podamos establecer una corres: pondencia punto por punto entre Te i, luego entre m y M. Desde el momento en que existe una ruptura entre m y M, la i> I sufrira una torsién en torno de esa falla, de modo que sera imposible establecer una continuidad reciproca entre lo Imagi- nario y lo Simbélico. Asi, obtenemos dos brazos de hipérbole que jamas podran unirse, que se abren sobre dos “agujeros”: uno esquematiza la ausencia del significante Nombre del Padre 31 en el lugar del Otro Po; el otro significa la ausencia de falo imaginario que permite al nitio estructurarse como sujeto en relacién con el Ouro @o. De esta manera, obtenemos una configuracién del esquema I™ a partir del esquema R: i = M Ficura 9 Resulta comprensible qu estructura del sujeto, afectada por esas alteraciones, abra el paso a perturbaciones que se desplegarin necesariamente en la vei © imagi- maria: oe ‘Queda la ndelcampo Ren ¢lesquema, por to representa las condiciones bajo las cuales la realidad se ha restaurado para el sujeto: para él, especie de istote cuya con cia le ex impuesta luego de la prueba de su constancia, para nosotros ligada alo que se la hace habitable, pero también que ta distorsiona,a saber reorganizaciones excéntricas de lo imegineils Ly de lo simbélico S, que la reducen al campo d ambos. desnivel entre 1 Clinicamente, observamos sus modalidades mis represen- tativas en la eclosion de las manifestaciones deliranies de la paranoia y de las esquizofrenias: El mantenimiento en el esquema I del . ! en el trayecto Saa’A simboliza aca la opinién que hemos adquirido del examen de ese caso, de que la relacién con el otroen tanto que su semejante, 82 ¢ incluso una relacién tan elevada como la de la amistad en el sentido en que Aristoteles hace de ella la esemcia del lazo conyugal, son perfectamente compatibles con la descentracion de la relacién con el gran Otro, y todo lo que ella comporta de anomalia radical, calificada de modo incorrecto pero no sit cierto alcance de aproximacién, en la vieja clinica, de delirio parcial.” Convengamos en designar esas diversas perturbaciones bajo la denominacién general agenesia de lo Simbdlico y de lo Inaginario. De hecho, comprobamos que el paranaico se ¢s- fuerza por simbolizar lo imaginariomientras que elesquizofréni- co procura imaginarizar Io simbol ico En la paranoia, el delirante esta invadido por lo Imaginaria en la medida en que esta “escindido” de lo nbdlico, En consecuene tentara simbolizar lo Imaginario, Al no lograr- lo, da sentido a todo, La légica del esquema L nos permite comprender mejor la estrategia practicada en la comunicaciGn paranoica. Mas alka del ejemplo canénico analizado por Lacan en su seminario del 7 de diciembre de 1955: “Vengo del fiambrero”,” podemos sacar algunas conclusiones precisas relativas al circuito de la palabra delirante. En. efecto, todo sucede comosi,ensucomunicacion, el sujeto estuviera escindido del gran Otro, es decir del lugar de donde le llega la autenti- ficacién simbélica de su mensaje. Entonces, el circuito de la palabra funciona exclusivamente entre los tres puntos §, a, a’, 5 decir, en una dimensién estrictamente imaginaria, ‘Come lo observa con acierto Serge Leclaire en su estudio “A larecherche des principes d'une psychothérapie des psychoses”: Se podria representar entonces cn nucsiro esquema est estado de cosas por una ruptura entre 8 yay también entre Ay a’, de modo tal que la dinica via de comunicacién restante seria aa’, que constituye, segiin nuestra defini dm, eleje imaginariode la comunicacién intersubjetiva. De esta manera, somos conduci- dos a representar el tipo de relacién delirante paranoica que se establece entre dos “yo”, entre dos imaginarios, y destinada por eso a todos los excesos de todas las contradicciones flagrantes inherentes a ese orden imaginario, patolégicamente separado de 33 su correlative necesario para una sana aprehensién de la reali a saber el orden simbélico.” ii — __ Por lo demas, se comprueba siempre que el delirante no discierne lo que dice, Como lo observa Serge Leclaire, incluso siadmitiese que “‘ello habla’ en é1"", esto da cuenta sobre todo de que no se reconoce como sujeto de lo que dice. Pero del mismo modo, a la inversa, no puede tampoco recibir las palabras que vienen del otro como palabras que emanan de un auténtico sujeto, Bajo uno u otro aspecto, el sujeto no logra situar su palabra con relacion al referente simbélico que es el gran Otro, Podriadecirse que “el delirante ‘es hablado', pero que yano habla”. Asi, la comunicacién se despliega en un registro puramente especular en el cual la regla es dar libre curso a las proyecciones y a las construcciones caracteristicas del pensa- miento delirante, Por no poder situarse con relacién al gran Otre, que es el centro de gravedad de la subjetividad, el delirante deja de dominar el lenguaje que habla. Al no estar referidos al cédigo del gran Owro, los signos lingilisticos estin desarticulados y los significantes remiten a cualquier significa- do. Como consecuencia de eso, ¢l delirante que esta privado de ese referente simbdlico es inducido a su pesar a introducir simbolos por doquier. Eso explica la produccién a menudo desenfrenada de las simbolizaciones delirantes paranoicas cuyo ejemplo princeps nos lo proporciona la “lengua fundamental” del presidente Schreber: Nada podria ilustrar mejor a un tiempo el mecanismo del proceso delirante y lo que éste nos ofrece a la comprensién, que eltema de la “lengua fundamental" de Schreber, forma acabadadel proyecto de encontrar el ordenamiento imaginario de un plano simbolico desligado de toda “encarnacién™ formal. Lo que esta en cortocircuito en el campo d. i | A , po de las esquizo- frenias es el eje a > a’, El esquizofrénico es cautivo de una comunicacién que esta bajo la influencia directa del gran Ouro, Por ese motivo, todo tiene sentido de entrada, sin mediaci6n. Escindido de lo imaginario, ya no queda espacio posible para el M juego de lossignificantes, Toda relacién con el otro es vivida por el esquizofrénico en una ausencia total de identificacién imaginaria. De algin modo, esta privado de “yo": [...] lo que se privilegia en perjuicio del rodeo contingente aa’ es el eje S-A [...] pareciera que el esquizofrénico descuida su aspecto imaginario y formal para ver tan s6lo el valor simbélico en todas las cosas. El esquizofrénice vive su relacién con el ‘otro’ bajo el modo de una subjetividad atrincherada en una negaci6n primitiva de toda identificacion imaginaria controlada, y ste 10 merece del seno de su subjetividad radics mo) ni siquiera ese nombre de owe." En ese sentido, Gisela Pankow preconizara la practica de *injertos™? imagir rios en el esquizofrénico, siguiendo la linea de las preseripciones terapéuticasformuladas por Serge Leclaire: rapéuticamente, todo el trabajo consistira cn restituir, por el medio que sea posible, la utilizacién de su funcién imaginaria (del rodeo a-a'), en hacerle acceder a alguna identifi- cacion imaginaria por naturaleza, dicho de otro modo, en darle un “yo"* De modo mas general, ladinamicadel esquema Idesarrolla- dapor Lacan—viael esquema L—nosintroduceal umbralde una reflexién terapéutica relativa a las psicosis en la que las lineas de acciGn parecicran definirse en el sentido de una restauraciOn del eje quese supone desfalleciente en el proceso intersubjetivo: o sea mediante la reintroduccién del eje imaginario a— a’ que en los esquizofrénicos esta en cortocircuito o del eje AS en los paranoicos. Pero en ese sentido, vale la pena hacer algunas aclaraciones complementarias a partir de ese enfoque de los procesos psicéticos. En especial, a partir de ese punto queda. abierta la via a una importante reflexién a propésito de la nocién de Verwerfung que Lacan nos ha propuestoaprehender bajo la denominacién forclusion. A manera de ejemplos, men- cionemos dos puntos de vista contemporaneos que denotan, en ciertos aspectos, una comprensién diferente de esa nocién: uno desarrollado recientemente por Contardo Calligaris en su a5 libro; Pour une clinique différentielle des psychoses; el otro abordado por Juan David Nasio en su libro Les yeux de Laure." Calligaris, en referencia al texto de Lacan “De una cuestién preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis", considera que esa cuestion preliminar puede ser resumida de la siguiente manera: “Lo propiode la psicosis esla forclusidn del Nombredel Padre". A su juicio, esa concepcién es incorrecta en la medida en que decir que la psicosis es el efecto de la forehe implica formular una afirmacién negativa. El concepto de forclusion del Nombre del Padre se presenta como el tinico medio de concebir un universal de la psicosis puesto que permite hablar de la psicosis como de una totalidad, En ese sentido, e universal de la psicosis: la forclusion del Nombre del Pad Pero spor qué razon? Se trata de un universal negative que estaria Fundado por lo que hay de universal en la neurosis, o sea la referencia paterna, mientras que en la psicosis esa referencia faltaria. Por otra parte, ese universal negativo se sostendria, en la reflexién de Lacan, por el problema del desencadenamiento de la cri psicética. Ante la evidencia clinica del desencadenamiento, la psicosis apareceria como un efecto de forclusién. En otros términos, en ¢l desencadenamiento de una crisis Ppareceria exisir siempre para el sujeto psicético una orden de referirse a un anclaje paterno; lo cual, precisamente, le es imposible dado que tal anclaje no ha sido simbolizado por él. De todos modas, Calligaris subraya que este concepto de forclusién concebido asi deja sin respuesta una cuestion funda- mental: un ¢Qué seria positivamentela organizacién de un saber psicét- co fuera de crisis? ¢Cual es, entonces, la estructura de un sujeto fuera de crisis, es decir de un sujeto que nunca se hubiese topado con uma crisis? Apartirde la misma referencia lacaniana,*! Nasio propone una explicitacién de la forclusién del Nombre del Padre clara- mente diferenciada del punto de vista anterior. 36 En primer lugar, Nasio insiste en el hecho de que el Nombre del Padre no podria ser considerado como un ser sing como una funcién, y considera conveniente distinguir dos aspectos de la misma: por una parte, la dinamica de la sustitu- cidén que esdesignada, justamente, como metafora paterna, por otra parte, el lugar en donde aparecera cualquier aigpireaie resultante de esa sustitucién, Ese “significante cualquiera",” precisamente, llevari el calificativo de significante Nombre del Padre. En esas condiciones, qué queremos decir cuando utilizamos la expresién: forclusién del Nombre del Padre? Para Nasio, 80 10 fica que Un significante que se supone “Nombre del Padre” habria sido rechazado sino, por el contra- rio, que un “significante cualquiera” no habriavenido a respon- der al llamado en un momento determinado. Lo que equivale a decir que no ha venido a ocupar el rango de sucesor, En consecuencia, si la forelusién aparece como la no Negada de un significante al lugar exterior del sucesor, no puede verificarse mientras no hay lamado, 2Qué se forchuye entonces? Nasio insiste: no El significante “Nombre del Padre”, que no existe como significante nico mi siquieraese “significante cualquiera” que no lega ahi donde se to espera, sino el movi- miento que debe instalarlo, Lo que se forcluye es tinicamente la dindmica, y no el elemento del movimiento. Lo anterior supone sin duda que, tal como Lacan nos lo ha recordado en reiteradas ocasiones, conviene escribir la expre- sién en plural: “Nombres-del-Padre™. Esta doble ocurrencia de la forclusién del Nombre del Padre nos proporciona uma idea significative de la apertura, de la complejidad de los problemas propuestos a la elaboracion teérico clinica por esa reflexién inaugurada por Lacan en el campo de las psicosis. ‘Notas 1, Lacan, J. “Le symbolique, Vimaginaire et le réel”, Bulletin de [Association freudienne, N? 1, noviembre de 1982, pag. 4. 2, Ibid, (subrayado por el autor). 37 3. Anteriormente, durante el periodo del “retorno a Freud", esos tres registros fundamentales estan distribuidos en ¢] orden légico: S.LR., dada Ja prioridad acordada por Lacan a la categoria de lo Simbolico, Mas tarde, al desplararse progresiv, nte cl acento a la dimensién de lo Real, la distribucién nodal se esquematizani cada vez mas segdan el orden RSL. como lo atestigua el texto fundamental de Lacan: “La Troisiéme” (Inter- vencién en el congreso de Roma, 31 de octubre -3 de noviembre de 1974), en Lettres del'Ecole freudienne,N* 16, noviembre de 1975, pags. 178-203; al igual que su seminario B.S, (1974-1975) ,en Ornicar?, 1975, N®2: pags. 88- 105, N© 3: pags. 6-110, N° 4: pags. 92-106, N® 5: pags. 16-66, 4.08 Dor, |., "Anamorphoses: Le retour a Freud de Lacan”, en Etudes freudiennes, N° 33, Lacan, lecteurde Freud, abril de 1992, pags. 175-198. 5.(CE Dor, ]., Introduceién a la lecturade Lacan, tomo |. Elinconsciente estructurade come lenguaje, op. cit,,.cap. 12:"Elestadiodel espejoyel Edipo", pags 90-101 y cap. 13: “La metifora paterna - El Nombre del Padne - La metonimia del deseo", pigs,103-109. 6. Cf Lacan, J. “Dune question préliminaire & tout trai possible de la psychose" (diciembre de 1957 - enero de 1958), en Paris, Seuil, 1966, pigs. 531-583 (Versidn castellana: "De una cues preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis", en Escritos, Siglo Veintiuno, 1975, tome 2). 7. Ibid, pig. 571, 8. Esta explicacién del montaje del esquema R rewoma, en forma mas detallada, algunos de los argumentos presentados por S. Faladé en su articulo; "Repéres structurels des névroses, psychoses ct perversions”, en Esquisses psychanalytiques, N*7, 3 de julio de 1957, pigs. 29-51. Tambiénse refiere ala totalidad del seminario Larelation d'objet etles tures freudiennes (1956-1957), inédito. A propdsite del “triangulo fa- “y de los respectivos lugares de cada uno de los protagonistas —pa- dre, madre, nifio— con relacién al Falo en las distintas fases de la dialéctica edipica, cf. més en particular los seminarios cel 28 de noviembre de 1956, 16 de enero, 6 de marzo, 5 de junio, 19 de junio y 3 de julio de 1957. En relacién con el caso clinico de “Juanito” que Lacan desarrolla extensamen- te para ilustrar sus ideas, cf en especial el seminario del 22 de mayo de 1957, donde aclara “[...] el esquema de todo lo que se desarrollara en el mito de la fobia", a saber, una confusién de registro entre lo imaginario y lo simbélico: “el término imaginario devendra para él el elemento simbo- lico [...] em la fase critica de la que se trate en Juanito, y que para la teoria analitica es la del Edipo, lo real slo puede ser reordenado en la nueva configuracién simbélica al precio de una reactivacién de todos los elemen- tos mas imaginarios, al precio de una verdadera regresién imaginaria del primer abordaje que de él ha hecho el sujeto. Desde los primeros pasos de la neurosis de Juanito —neurosis infantil a mi parecer— tenemos ya el 38 modelo y el esquema’, ¥ para hacer comprender en toda su magnitud la importancia de esa captura imaginaria idealizada, regresiva y mortifera, Lacan inventa un barbarismo: “Ia imaginificacién” de lo real (5.de junio de 1957). Por owa parte, reflexiona acerca de La Santa Ana de Leonardo da Vinci. Por una parte, dice, “ese desdoblamiento de la figura materna [..-] sigue siendo uno de los problemas estructurales que plantea la observacion L..] ese indice levantado [...] ¢8 también algo, em sama, donde veran representada esa ambigtiedad de la madre real y la madre imaginaria, del nino real yel falooculto” (3-de julio de 1967); y por otra parte, agrega, esa trinidad humana” presenta una configuracion que introduce “un cuarto término (...) bajo la forma de ese eordero” (19 de junio de 1957), ahora bien, alavez que imaginarizael falo, el *cuarto elemento” in troduce laidea de la muerte: “a partir del momento en que esa relacién de cuatro se encarna [...] hemos de encontrar cl tema de lamuerte” (3de julio de 1967). 9.CL. Dor, J. ntroduceiéna lalectura dle Lacan, tomo 1, Elincanseiente estructurade comotenguaje, op. cit, cap. 12:"Elestadio del espejayel Edipo". pags. HHLOL, = eae A | 10. Bajo Ia denon jon de “Padre imaginario” Lacan especifica una de las representaciones que intervienen en calidad de funcién paterna, junto con las del “Padre real” y el “Padre simbélico”, Cf, Dor, J. Le pére et ‘fonction en psychanalyse, Paris, Point Hors Ligne, 1989), cap. 4: “Le Pere yéel, le Pare imaginaire et le Pére symbolique; la fonction du pére dans la i que oedipienne”, pigs. 51-05. eT : tel Les outers de linconscient (1957-1958), inédito, seminario del 22 de enero de 1958. . . 12.08. Dor,J..Jntroduccién. alalecturade Lacan,tomo 1 Elinconsciente estructurade como tenguaje, op. cit, cap. 12:"Elestattio del espejoyel Edipo", it Dy O8 y si ae: iB &. tacit de Les formations de Vinconscient, op. cit, seminarie inédito del 22 de enero de 1958. 14. CE Dor, J., Structure et perversions, Paris, Denoél, 1987, cap. 10: “Point d'ancrage des perversions et mise en acte du processus pervers , digs. 141-150. — a 15. Lacan, J., Lesformationsde! 'inconscient, op. cit, seminarioinédito del 22 de enero de 1958. ; 7 16.CE. Dor, ., Jntroducciénalalectura de Lacan, tomo 1 Elinconsciente esteucturado como lenguaje, op. cit, cap. 12:"El estadiodelespejoyelEdipo", 100 y si oe 17. oa lec reserve quelhinds hecho anteriormente (ef. supea pigs. 17-18). Antes de llegar a una definicién metaférica tan lapidaria, como humoristiea: “la realidad [...] debe ser entendida come mucea de lo real’ (en Télévision, Paris, Seuil, 1974, pag. 17 [Versién castellana: Psicoandilisis: Radiofonia & Television, Barcelona, Anagrama, 1977], Lacan, desde La 39 relation d ‘objetetlesstructures freudiennes, op. cit, wabajaarduamente para explicitar las diferencias conceptuales entre real y realidad. Enel seminario del 28 de noviembre de 1956, habla de ese “famoso real que hasta ahora habia permanecido en la sombra” yagrega;“[...] desde el momento en que Ia abordamos, advertimos que fo real tiene mas de un sentido [...) no debe sorprendernos que lo real sea algo que esté cn el limite de nuestra experiencia”. En consecuencia, conviene saber Io que se dice cuando se invoca “el termine de real o de realidad [...] Cuando se halla de lo real se puede apuntar acosasdiversas. En primer lugar, al conjuntode loquesucede efectivamente, se trata de la nocién de realidad, implicada en el vermino: aleméin, que presenta laventaja de discerniren la realidad una fu en la lengua francesa resulta ciffcil aislar, la Winklichkeit, es to que implica en.si toda posibilidad de los hechos de Wirkurg, la totalidad del mecanismo [..] elonden deefectivicied, ésa cs la primeranocidn dereulicad (...)". La distincién que hizo Freud entre los dos principias: “principio de realidad” y "principio de placer”, permite profundizar en las variaciones de sentido que tiene el término “realidad” en fa teoria psicoanalitica. En efecto, “resulta claro que el principio de placer no cs alge que se ejerza de una manera menos real, pienso que el andlisis esti heeho para demostrar incluso lo contrario. En ese punto, la utilizacién del término realidad es totalmente distinta”. Ysin ese deslizamicnte de significacion no se sostiene la oposicién dialéctica “principio de placer” / “principio de realid Apoyandose en Winnicotty en la observacién de la relacion macre / niiio, donde la funcién materma es “absolutamente primordial, decisiva en ta captacién de la realidad por el nine”, que a esa captacién de lo real calma electivamenteal nitio, Lacan admite como prucha laexistencia de suisfaceio- nesalacinatorias, “Toda lacucstién radicara en que la madre vaya ensefan- do progresivamente al nifio a soportar esas frustraciones, y al mismo a percibir bajo la forma de una cierta tension inaugural la diferencia que hay entre realidad ¢ ilusién y ta diferencia sdlo puede cjercerse a través de la desilusion, es decir que cada tanto la realidad nocoincidacon la alucinacién surgicda del deseo” (elsubrayaco es mio). 18.08 Dor, J., Introduccion alalectura de Lacan, tomo 1. Elincansciente estructurado comolenguaje, op. cit.,cap. 12; “Elestadio delespejoyel Edipo", pags. 90-101, 19, Lacan, J., “D'une question préliminaire 4 tout traitement possible de la psychose”, en Ecrits, op. cit, pag. 553 [Versin cast a: “De una cuestién preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, en Escritos, op. cit., tomo 2]. 20. Cf Ibid. 21. CL. Dor, J., Inroduceiénala lecturade Lacan, tomo 1. Elinconsciente estructurrdocomoun lenguaje, op. cit,.cap. 18; “Laalienacién del sujetoen el Yo- El esquema L.- La forclusién del sujeta”, pags. 199-146, 40 A a 99, Lacan, J.,“D’une question préliminair Atoutiraitement possible chose”, en Ecrits, op. cit, paig. 553. ; sai Oe ce india, cup “El interior y el exterior. La topologia de la banda bins”, . 127 y 3 ? “ve pose slat te povelses, Live Il (1955-1956), Paris, Seuil, 1981 [Version castellana: Las psicods, Libro 3, Barcelona, Palos 1984), \ fantasma §¢ a, La ‘E infra, cap. Ll: “El sujeto, ef objeto ay el fa ! og aera" pig, 209. En to relative al trabajo dle ta tranlacion ar cotuema Ral plano proyectivo, ef) J. Lafont, “Du schéma R’su peo orojeca en Littoral, Ne33/4 Fassertiude paranolaque, febrero de 1962, Pe age 136-146, 2) |, Granon-Lafont La topologie ordinate deen Toca, Para, Point Hors Ligne, 1985, pigs. 82 y sam 36. Lacan, J, “D'une question préliminaire tout alte ye Ecrits, op. cit., nota 1, pag. 553, : : oe Cee ee ay El imerior yelextetio. La topologia dela banda bius", pigs, 127 y sigs. “ go aed cap. U1: “El sujeto, el] objeto a y el fantasma $0 a. La del crosecap", pag. 208. 48 ‘3 ee erten]. Introduccidnakalecturade Lacan, tomo}, Fiicowstent estructarada come lenguaje, op. cit, cap. 15: “La divisién el rererie eee inento del iaconsciente porel orden significant” pags 115-120 Testa division del sujeto: la aienaciin en el lenguaje’, pag. 122-000 ap. Cf Dor}. 1") ibid, cap. Mi “La forclusién det Nombre del Padre free dls procesospalcdticos”, pags. 111-114;2") Le péreetssfoncti = coheeal ae, op. cit, cap. 6: “La genése freudienne & Sie. ene Lafonetion patra et sn bee” 71S a |, “Subversian du sujet et : neta tiistien” (1960), en Ecrits, op.cit., pag. 818 (Wersin camel ee pubrersiGn del sujeto y dialéctica del deseo en el inconse ary i oe : ran caf etredccigna ls ccturnle Lacan, tome | Elinconsciente estructurado como lenguaje, op- cit cap, 21: “ grafo del deseo I: puntada al motine de palabras”, pags. 168174. 93, Ibid., pags. 170-172, nent possible 4l 34. CE Dor, J. Introducciénatla leeturade Lacan, tome 1. Elincansciente estructurado come un Jenguaje, op. cit, cap. 23: “El grafo del deseo 2: la creacion de sentido en la técnica significante del chiste y la subversion del inconsciente en el lenguaje”, pags. 184-190. 35. Cf Lacan, J., la representacién exhaustiva del esquema I, en “D'une question préliminaire 4 tout traitement possible de la psychose",en Eerits, op. cit, pig. 571. 36, Ibid, pag, 573, 37, Ibid, pig, 574 (el subrayado ex mio). 38, Encontramos una bellisima ilustracion de estas perturbacionesen elrelato de una presentacién de paciente de Lacan: “L"hormme aux paroles imposées" (1976), precedido por un interesante comentario de M.Czermak y J. L. Duhamel que aborda radicalmente, entre otras consideraciones clinicas importantisimas, la cuestién de la forclusién del Nombre del Padre. CL."L’homme aux parolesimposées",en Le Discours psychanalytique, N° 7, febrero de 1992, Editions J. Clims - Association freudienne, pags, 7- S44 yen “annexe”, “Entretien de J. Lacan avec M, Gérard Mumeroy”, ibid,, pags 55402, En lo referente a la problematica lacaniana de las psicosis mas engeneral cf, también M, Cermak, Passionsde l'objet. Etudes psycharalyti- ques des psychoses, Paris, J. Clims Editeur, 1986, 89..0f, Lacan, J., Les psychoses, op. cit,, seminariodel7 dedickembre de 1955, pigs. 65-68. Ch también, Der, J., [atrodaccidn a fa fectura de Lacan, tome |. El inconsciente estructurado come lenguaje, op. cit., cap. 22; “La férmula de la comunicacién y el inconsciente como discurso del Garo”, pags. 175-190, 40, Leclaire, S. “A la recherche des principes d'une psychothérapie des psychoses”, en L'Evolution psychiaerique, 1958, tomo 23, N"2, pag. 401. 41. Ibid, pig. 400 (subrayade por el autor). 42. Ibid., pag. 402 (subrayado por el autor). 43. Ibid, (subrayaco por el autor), 44, Ibid, pag. 403 (subrayado por el autor). 45. Cf. Pankow, G., Structure familiale et psychose, Paris, Aubicr, 1983, pag. 144:°[...] miabordajees una terapéutica de injerto, comparable alade un arguitecto que pone grampas para ayudar a sostener las paredes agrietadas" (el subrayado es mio), 46, Leclaire, S., “A la recherche des principes d'une psychothérapie des psychoses", en L’Evolution psychiatrique, ap. cit., pag. 403, 47.CE. Calligaris, C., Pourune clinique différentielle des psychoses, Patis, Point Hors Ligne, 1991, 48. CE. Nasio, J. D., Lesyeux de Laure. Le conceptd'abjetadanslathéorie de J, Lacan, Paris, Aubier, col, La psychanalyse prise au mot, 1987. 49, Calligaris, C., Pourune clinique différentielle des psychoses, op. cit, pag. 26. 42 50, Ibid, pig. 27 (subrayado par el autor), Si. Cf, Lacan, J., *D'une question préliminaire & tout traitement ible de la psychose”, en Ecrits, op. cit. ‘ si om Peas] 2h, Las puree Laure Leconceptd'objetadanslathéoriede J. Lacan, op. cit, pag. 123. 43 2 El esquema 6ptico y los ideales de __ lapersona Yo ideal e Ideal del yo A lo largo de toda su obra, Freud se ha esforzado por describir la t6pica subjetiva segtin un modelo de organizacién ejadir n nsubjetivaestructurada enuna ne de instancias coordinadas entre side acuerdo con una red de relaciones a un tiempo i ister intrs denice po Intersistémicas € intra- Lacan, acon tinuacion de Freud, no cejaraen el empenode one kar mas alin esa topica subjetiva y concluira en el hecho ¢ la division del sujeto y sus consecuencias.* es Por lo demas, acabamos de ver como la ldgica del esquema ydel esquema furaducia los diversos modos de interaccién que se instituyen para un sujeto entre el regi inari i yen pa f egistro Imaginario y el registro Simbélico, a partir de lo Real. Esa dialéctica nos beled ue panes idea del esquema de la estructura del sujeto y de su lependencia del orden significante. Prueba de ello es la integracion del esquema Len el esquema R,en el que se proyecta entonces el circuito del significante, es decir la estructura esencial de la palabra para un sujeto. ‘ euecon respecto de la triada Simbélico/Imaginario/ eal y, de modo més general, en relacién con el significante, encuentra un punto de corroboracién capital en los desarrollos 44 que Lacan consagra al anilisis del Yo idealy del Ideal del yo que se apoyan cn la metifora del esquema 6ptico. El esquema éptico de Lacan, también designado como es- quemade losidealesde la persona, estiidesarrolladoy comentado en “Observacién sobre el informe de Daniel Lagache: ‘Psicoa- nilisis y estructura de la personalidad’ S Ese estudio, redactado en 1960, es una respuesta a la intervencién de Daniel Lagache en el coloquio de Royaumont (julio de 1958): “La psychanalyse et la structure de la person- nalité”’ El comentario que desarrolla Lacan a propésito de esa n esta elaborado de acuerdo con una argumenta uy profunda, en la que el autor expone su famoso esquema en un parigrafo titulado: “De los ideales de la perso- na". Pero en realidad retoma ahi una exposicién introducida por primera vez cn una de las lecciones de su seminario consagradoa Losescritos nicosde Freud. tenta explicitar, de modo sintético, la in de Jas instancias del Yo ideal y del Ideal del yo a partirde la intrincacion de lo Imaginario, lo Simbélicoy lo Real en el terreno mismo del corpus freudiano. Ahi donde las explicitaciones freudianas parece, lastradas por cierta ambi- guedad, Lacan se esfuerza en aclarar el delicado problema planteado por las incidencias intrasistémicas inherentes a esas dos instancias narcisistas. En el propio texto de Freud, de hecho, la discriminacién entre Yoideale Ideal delyo (en ocasiones también el Supery6) no est exenta de confusion, Es ésa, justamente, la opinién com- partida por J. Laplanche y J. B. Pontalis. Desde un comienzo subrayan que, si bien Freud. ha creado el término Yo ideal, para él ese concepto no esta diferenciado del Ideal del yo, pero agregan de inmediato: Siguiendo a Freud, algunos autores han recogido el par formado por estos dos términos para designar dos formaciones intrapsiquicas distintas. 2Cémo comprender la ausencia de distincién conceptual imputadaa Freud cuandoen| el Diccionario de psicoanilisis, en el 45

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