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LA CRUZADA ESPANOLA
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CAMPOS DE CONCENTRACION
EL FIN DE LA SEGUNDA REPUBLICA—=T Tus revistas
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CLIO
La Historia mas actual
Editorial
EL ORIGEN DE LA GUERRA
CIVIL
DIRECTORA: Nin Lorn
Iron ravin@adireso=
‘COLABORADORES:
blicanos, que contaban con el apoyo de la
Policia y podian ademas disponer de 3.000,
uardias civiles, 3200 guardias de asalto y
300 mazos de escuadra, les hicieron frente.
A pesar de la postura que habia mantenido
hasta entonces, Llano de la Encornienda se
rmostré indeciso en cuanto a la respuesta
Que iba a dar a la sublevacién; mientras,
continué dando érdenes y haciendo lama-
das telefonicas en un esfuerzo por cortar la
revuelta, lo que acabé por causar enorme
confusin entre los rebeldes. Cuando el ge
eral Goded, que se habia sublevado en Ba-
leares,legé a Barcelona, arresté a Llano de
la Encomienda y se hizo con el mando de la
divisin, pero tuvo que enfrentarse alos tra-
bajadores, que liderados por los anarquistas
de la CNT-FAI, unidos a las fuerzasleales de
la Republica y de la Generalidad, contraa-
tacaron al dia siguiente, Después de duros
‘combates, los milicianos y las unidades que
no se hablan unido a la rebelién lograron
recuperar el control de toda Barcelona y
Poner enlivertad a Llano de la Encomienda,
al que, durante los meses siguientes, el Go-
bierno mantuvo en "cuarentena'ES
GUERRACVLEEQSEe = ket = |) eed
>» La V Dvsén tenia su sede en Zara-
gem y aborcaba las provncas de Huesca,
Zaragoza, Teruel y Soria. Estaba al mando:
de Miguel Cabanellas Ferre, de notorio
pasado masén y republican, y miembro
del Partido Republicano Radical, con el que
se habia presentado a las elecciones de
1933, Con gran sorpresa para el Gobiero,
Cabanellas se unié a la rebelién y arrasteé
con él a muchos de los indedsos.
£118 de julio dipuso el despiegue de las
tropasen lugares estratéios de Zaragoza y
cordené detener 360 miembros principales
dels partidos del rente Popul, ncidos
at goberador civil el enviado gubera-
‘mental general Miguel Nes de Prado.
Lego emit un bando enel que decaré el
estado de guerra al tiempo que ratificaba
susideasrepublcanas
Ein 24 ls sublevados acordaron formar
como 6gano supremo ua lunta de Defensa
Naconal-de ail nombre de "nacional",
defn que le designaron president por ere
general de division mas antiguo. El cargo era
simbéico,conesczo poder rea, pero per:
ti apartarl del mando efectivo dela topaz
‘Alas dos semanas firmé un decreto por el que
la bandera tricolor estableid por fa Repl
ca voli ser reemplazada por iabcoo.
la VI Divsién tenia su cabecera en la
ciudad de Burges; abarcaba Navarra, ls
\ascongadas casi todas le province de
Castilla la Vieja: Santander, Burgos, Palencia,
Logrofo, av, Vicaya,Gupiacoa y Nava-
ra. Estaba al mando del genera de cision
Domingo Batet Mestres
a Vl Disén tena el cuartel general en
Vladoli,y de lla dependian parte de Cas
tilla la Vieja, parte de Extremadura y parte
dela reién de Leén, con las provincias de
Zamora Salamanca, Vlado, Segovia, Av
a y Caceres. Estaba al mando del general
de divsién Nicolés Molero Lobo, que habia
sido ministro de la Guerra desde el 14 de di-
Gembre de 1935 al 19 de febrero de 1936,
‘SUBLEVADOS E INDECISOS
‘Aungue estaba en plena convalecencia de
‘una operacion, ante los rumores de un alza-
‘miento militar, se incorporé a su puesto. En
su despacho lo detuvieron el dia 19 los gene
rales Saliquety Ponte, al negarse a secundar
[a sublevaciin, Durante la discusion se pro
Gira era partidario de la entrega de
armas a las organizaciones obreras y de la
lsolucién del Efército, pero sus intenciones
s@resinteron en fa zona que mantenia bajo
control al desencadenarse en muchos luga
res una revolucién que cred sus propios 6rga
‘nos de gobierno. El poder pasé a los comités
de partido sindicato,localidad, provincia 0
regién, vel Estado y sus Fuerzas Armadas se
desmoronaron. Aunque también es cierto
ue el Gobierno contribuyé a su desman:
telamiento al disolver las unidades en que
s2 hubieran producido brotes de rebelin.
Como, dada fa dvision del Ejército, no hubo
[prdcticamente ninguna guamicion en la que
ose produjera alguna, as Fuerzas Armadas
quedaron dislocadas, a pesar de que inci
‘mente constituyeran el nervio de todas las
columnas que el Gobierno envié para dete-
ner alos rebelde.
En Madrid, donde se hacla més caso alas
»