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asta raikenionyal Menai ae cae (ONRD TeshieQ-o7neN Eve Rehabilitacion Neuro-Oclusal Cane) 24 Edicién Pedro Planas AMOLCA PROLOGO A ce SEcuUND EDICION Por su brio se reconoce a la diosa, dijo el poeta de Ia Roma antigua. Por su brio inte- lectual, por su brio y no su contenido, se co- noce a tn dios de la medicina, ahadia mi pa- dre, hace algunos decenios, hablando de René Leriche, el més ilustre catedratico de cirugia de la Facultad de Medicina de Stras- bourg. Esta reflexion me vino stibitamente a a cabeza al terminar la lectura de la obra de Pedro Planas. Su texto es la obra de un gi- gante de la clinica, el cual, ante los proble- mas que presentan las desviaciones del desarrollo y de la anatomofisiologia posna- tal del aparato estomatognatico, ha investi- gado cémo evitarlas, cémo interceptarlas, como corregirlas. Este savoir faire se esfuer- za en comunicarlo en su libro, esforzdndose en racionalizarlo: es decir, en hacerlo inteli- gible gracias a la justificacién especulativa de todas las actuaciones y técnicas que ha aportado. El libro de Pedro Planas es, ante todo, un ensayo libre basado en la experiencia perso- nal de un gran clinico que ha sabido aplicar su imaginacién al servicio del paciente. Pe- dro Planas es un inventor, un creador que nos ensefia incansablemente que la vision de los problemas es mucho més importante que Ja realizacién de una receta para una aplicaci6n clinica. El material de esta obra esté organizado, para lo esencial, en funcién de las soluciones inventadas por el autor para obtener un resultado. Como todo verdadero innovador, Pedro Planas no presta mas que un interés muy se~ cundario a la confrontacién de sus tesis con las ideas de los otros clinicos. La ausencia de bibliograffa es la prueba. El inventa, in- nova y nos hace participes de su experiencia de clfnico. Deja a los otros el cuidado de en- sear tal o cual doctrina o el cone nocimientos y procesos técnicos. ce el material de su ensefianza. Reconozco haber quedado sorprendido por cierias interpretaciones de Pedro Pla- nas. Finalmente, mi reciente paso por su consulta en Barcelona me ha demostrado la futilidad de mi reaccién: alli donde yo perci- bia puntos de litigio, Pedro Planas no veia mas que una especie de «concesion pedagc gica». El mostraba su disponibilidad para entrever otras interpretaciones, pero conse- cuente consigo mismo, se mantenia inflexi- dle sobre lo que consideraba como un sdlido savoir faire clinico corroborado por la expe- riencia de toda una vida. ¢Acaso no se pue- de describir la misma realidad a través de dos modelos racionales diferentes? Enton- ces discutiamos, amigable pero firmemente Me prestaba atencién, pero no siempre me aprobaba. E] me dejaba entender, con hu- mor, que en plena madurez profesional es cerca de los pensadores heréticos donde se enriquece particularmente su experiencia. 2No ha sido, él mismo, durante mucho tiempo un «libre pensador» a los ojos de la comunidad ortodéntica? Por mi deforma- cidn profesional de investigador, me di cuenta un poco tarde que mis preguntas a Pedro Planas se dirigfan mas hacia lo que hace referencia a las explicaciones que ha- cia lo que concierne estrictamente al savoir faire clinico. Me maravillé por las muchas respuestas de: «lo ignoro», cuando se referia a la interpretacion, y la claridad y la preci- sidn de respuestas a toda cuestién referente una modalidad de una técnica clinica. nalmente, me lanz6 el reto de escribir este pr6logo. Después de dudarlo mucho, en par- te por mi ignorancia de la lengua espaiola, to de co- les ofre- vit IM Prélogo @ Ia segunda edicién finalmente acepté. Quisiera que este prélo- 0 fuera el testimonio de mi admiracién por el Maestro que me honra con su amistad. Eminentes clinicos se han pronunciado sobre la eficacia de la «ideologia planasia- nas, por ejemplo, se puede consultar con gran provecho, en portugués y en espaiiol, a ‘Wilma Simoes (Ortopedia funcional dos ma- xilares, Santos, Sao Paulo, 1985) y, en fran- cés, M. Chateau (Orthopédie dentofaciale, cap. 6, CaP, Paris, 1993). Queda el problema de la explicacion biolégica de la «ideologia planasiana», de la que abordaré ciertos as- pectos confrontandola con mis propias in- vestigaciones fisiologicas y biomédicas, en el animal y en el nifio. 1. La edoctrina planasiana» reposa so- bre el principio que fisiolégicamente y/o te- rapéuticamente la velocidad y la cantidad de crecimiento de la mandibula son modu- lables. ¢Se corresponde este postulado con la realidad? El hecho de que las variaciones del medio ambiente, tales como las malas condiciones de alimentacion, provoquen una disminucién del crecimiento de todos los cartilagos (fenémeno observado en los. gemelos monocigotos separados en la infan- cia) no podria ser invocado como explica- cidn de un crecimiento suplementario (0 re- ducido) del cartilago condilar provocado por un aparato funcional y ortopédico en un nifo alimentado normalmente. Pero las in- vestigaciones en mi laboratorio (Am. J. Or- thodont., 55, 71-74, 1969), han aportado la demostracién de que las particularidades ti- sulares y celulares de este cartilago condilar —y en particular el hecho de que, contraria- mente a lo que ocurre en el conjunto de los cartilagos que forman el esqueleto cartilagi- noso primario, las células que se dividen, los precondroblastos, no estan rodeados de ma- triz cartilaginosa—son las que explican esta modulabilidad fisiolégica, biomecdnica y te- rapéutica. Por otra parte, por esta misma raz6n, la referencia de ciertos ortodoncistas al «pie de las chinas»* para explicar la tera- péutica funcional es biolégicamente erro- Md T. «Pied de ohinoies. El autor hace referencia al pie dels china que es vendado para imped so erecimienio or ua costumibee cultural ofexreisutfeada con recuse ara esplicar ls procescs de eesimicato nea. ¥ en este mismo sentido Dhem y cols. (Rev. Orthop. Dentofac., 17, 219-224, 1983; 19, 101-113, 1985) asimilan, de forma biol6- gicamente arbitraria, el cartflago condilar a Ia exiremidad no fértil de un pequefio hueso largo. Puesto que el «pie de las chinas»* y la extremidad no fértil de un pequenio hueso largo son cartilagos primarios, el crecimien- to se debe a la multiplicacion de los condro- Dlastos, células rodeadas de matriz.cartilagi- nosa, y, por ello, las divisiones no estan in- fluidas por factores biomecanicos locales. Los condroblastos primarios son, pues, bio- logicamente diferentes de los precondro- blastos de cartflago condilar VJ. Jap. Orthod. Soc., 51 [Special issue], 3-25, 1992) El hecho esencial es que el postulado pla- nasiano se encuentra legitimado por un des- cubtimiento biol6gico especifico, dejando superfluas las especulaciones ambiguas, a la vez que inexactas, tan extendidas en la lite- ratura ortodéntica. 2. El modus operandi del efecto funcio nal de una «terapéutica planasiana» de la clase II se puede interpretar fisiolégicamen- te por medio de nuestro concepto cibernéti- co (F. Juan Aguila: Crecimiento craneofacial. Ortodoncia y ortopedia, cap. 5. Aguiram, Sa- badell-Barcelona, 1991; M. Chateau: Ortho- pédie Dentofaciale, cap. 4. CdP, Parts, 1993). Esquematizando un poco, Wilma Simoes, Jeanne Stuizmann y yo mismo hemos pro- puesto la siguiente cadena causal (J. Clin. Pediair. Dent., 16, 79-85, 1992; B. Terk: Rev. Orthop. Dentofac., 26, 9-26, 1992): a) Sise toma como ejemplo la categoria auxol6gica de crecimiento (v. mas adelante, en el parrafo 5), en la clase I, la intercuspi- daci6n (actuando como comparador del sservosiste mas) se opone, al menos ligera- mente, al alargamiento de la mandibula, tanto por un efecto de retraso en el creci- miento del cartflago condilar como por el cierre del Angulo mandibular. 4) La colocacién del aparato Planas, eventualmente asociado (0 precedido) al ta” lado de los caninos y de las ctispides de los premolares y molares, resulta de la restau- raci6n apropiada o la supresién del «com- paradory del servosistema que controla el crecimiento del esqueleto facial, es decir, en la desactivacién de los efectos «represores» que han actuado hasta el inicio del trata- miento. Dicho de otra forma, la mandibula tendra la tendencia fisiolégica a ocupar una posicion mas anterior, lo que implica un su- plemento de actividad contractil del pteri- z0ideo lateral. c) En los casos de clase II, la tendencia ala mesializacién de la mandibula termina or conseguir el contacto incisivo, lo que, a su ver, provoca la inhibicién de la actividad contractil del pterigoideo lateral. El movie miento hacia atrés de la mandibula anula este contacto incisivo y permite de nuevo la contraccién del pterigoideo lateral d)_ Esta actividad contractil repetida, so- licitando ademés un suplemento de la acti- vidad del freno menisco-condilar, provoca un aumento de crecimiento del cartilago condilar y, como consecuencia, un incre- mento de crecimiento a nivel del borde pos- terior de la rama ascendente. Dicho de otra forma, tendremos un aumento del alarga- miento de la mandibula. e) Al ser de nuevo posibles los movi- mientos de lateralidad de la mandfbula, el tratamiento de la clase II segiin Planas am- plifica, alternativamente a derecha quierda, la actividad contréctil del pterigoi- deo lateral y, en consecuencia, provoca una ‘estimulacién suplementaria amplificada del crecimiento de los cartilagos condilares y del alargamiento de la mandibula. Por otra Parte, estos movimientos laterales de la mandibula son, esencialmente, jel origen de Ja estimulacién del crecimiento de la man- dibula! f)_ Los movimientos de lateralidad de la mandfbula inducen, por otra parte, un cre- cimiento suplementario de la sutura media maxilar. La mesioposiciGn de la mandfbula es as{ facilitada, g) Cuando Planas habla de «rehabilita- cidn neuro-oclusal», yo veo cibernéticamen- te Ja creacién de un nuevo engrama senso- rio-motor para la posicién sagital y los mo- vimientos de la mandfbula, creacién facilitada por la «reparacin» previa del comparador del servosistema. Vemos de forma resumida como, a la luz de la concepcisn cibernética del control del Protege ae segunda edicién 1X crecimiento de la mandfbula, se puede in terpretar el modo de accién ortopédica del aparato de Planas. Los diferentes eslabones de esta secuencia causal que ha sido estable- cida explicitamente deben ser, todos y cada uno, probados en el nino tratado seguin Pla- nas. Pero disponemos ya de una hipotesis de trabajo rigurosa y de un esquema direc- tor del razonamiento bien preciso. 3. La correccién de una malformacién debe, segiin Planas, comenzar a una edad muy precoz. Mis investigaciones abogan ab- solutamente en favor de esta tesis, y ello por dos grandes razones (Bull. Orthod. Soc. Yu- goslavia, 26, 25-36, 1993) 2) Enel nifto pequefo, el desplazamien- to de los dientes es muy facil, va que las fi- bras del petiodonto son atin inmaduras, Ha- biendo obienido muy precozmente el suple- mento de alargamiento de la mandfbula, se comprende que un «tratamiento planasia- no» no obligue a realizar extracciones den- tarias mas que muy excepcionalmente. ) En cuanto los dientes estén bien ali- neados, la confrontacién entre las respecti- vas posiciones de las dos arcadas dentarias puede, gracias a la maxima intercuspida- cidn oclusal, desempenar completamente su papel de «comparador» del servosistema fi- siol6gico controlando la velocidad y direc- cién del crecimiento del cartilago condileo. Efectivamente, el «comparador» enviara los signos nerviosos de forma que la actividad postural del pterigoideo lateral mantenga la superficie oclusal mandibular en posicién de ajuste Sptimo. Sien una clase II de Angle la mandibula es demasiado corta, la activi- dad del pterigoideo lateral aumentard y, en consecuencia, la actividad del freno retro- meniscal también aumentard, provocando un mayor crecimiento del cartilago condi- lar, llevando a la vez a un alargamiento ma- yor de la mandfbula. Este funcionamiento del servosistema es muy eficaz entre los 5 y los 7 aftos, y durante la fase ascendente de la aceleracién del crecimiento del esqueleto en la pubertad, con la condicion de que el ecomparador» no presente malformaciones. La cideologia planasianay nos permite satis- facer, fisiolégica y terapéuticamente, esta condicion. coal X —Prélogo a la segunda edicién 4. Pedro Planas da una gran importan- cia a la alimentacin del recién nacido con el pecho materno. Aqui también mis investi- gaciones experimentales con J. Stutzmann abogan en el mismo sentido (G. Graber, T. Rakosi y A. Petrovic: Dentofacial orthope- dics with functional appliances, cap. 16, Mosby, St. Louis, 1985; M. Chateau: Ortho- pédie dentofaciale, cap. 4, CaP, Paris, 1993), Las investigaciones han demostrado que la alimentaci6n de la rata recién nacida por medio de una tetina blanda no sélo reduce el crecimiento de la mandibula (se observa, ademas, una especie de «rotacién poste- riore), sino que deja el cartilago condilar menos apto a responder posteriormente a un tratamiento funcional. Este efecto resul- tante del modo de alimentacién artificial es mucho menos pronunciado sila tetina es ri gida. Estas investigaciones experimentales de- muestran la importaneia, desde el naci- miento, de los movimientos masticatorios fisiol6gicos (actividad contractil del pteri- goideo lateral, actividad repetida del freno retromeniscal) en el crecimiento de la man- dibula (Am. J. Orthod. Dentofac. Orthop. 97, 381-392, 1990). Estas investigaciones apor- tan una base experimental a las ideas de Pe- dro Planas. 5. El clinico sabe que no todos los ninos responden de la misma forma a un trata- miento funcional. Las investigacines reali- zadas con Jeanne Stutzmann a nivel tisular y celular me han permitido mostrar la exis- tencia en el nifio, en el momento de la pu- bertad, de seis categorias auxolégicas de crecimiento (Ortodoncia, 48, 26-34, 1984), correspondientes a 11 tipos rotacionales descritos por J. Lavergne y Nicole Gasson (Scand. J. Dent. Res., 85, 185-192, 1977). El tratamiento funcional (Fraenkel, LSU-Acti- vador, Bionator segiin Ascher, Begg y eldsti- cos de clase II asociados a Edgewise) tiene sus mejores efectos en la categoria auxologi- ca mimero 5 (Rev. Orthop. Dentofac., 26, 369-374, 1992; F. Juan Aguila: Manual de ce- falometria, cap. 10. Aguiram, Sabadell-Bar- celona, 1993), ¢Y el tratamiento segtin Planas? Los re- sultados preliminares de una investigacién en curso, obtenidos en colaboracién con Jeanne Stutzmann, Wilma Simoes y varios otros ortodoncistas, nos sugieren las dos conclusiones siguientes 1, En primer lugar, cuando el trata- miento segtin Planas es menos eficaz, se tra- ta generalmente de un niio que pertenece a a categoria auxoldgica mimero 1 (tipo rota- cional P2D), aquel que se caracteriza, a ni vel tisular, por un potencial de crecimiento mds débil. 2. En segundo lugar, dado que los ninios que han sido tratados segtin Planas lo han sido desde edad muy joven y el andlisis ha sido realizado 1 afio después del inicio de la fase ascendente de la aceleracién de creci- miento puberal, los porcentajes de las cate- gorias auxol6gicas y de tipos rotacionales parecen ser diferentes de los que hemos ob- servado con J. Lavergne (F. Juan Agui Manual de cefalometria, tabla 10-4. Agui- ram, Sabadell-Barcelona, 1993), en las po- blaciones ortodénticas destinadas a ser tra- tadas con Fraenkel, LSU-Activato, Bionator, Begg o Edgewise: a) Tipo rotacional P2D: 9% en lugar de 115%. 4) Tipo rotacional A2D: 2 % en lugar de 5.7%. ¢) Tipo rotacional PIN: 16 % en lugar de 11,5 %. 4) "Tipo rotacional AID: 9 % en lugar de 16.9%. ©) Tipo rotacional AIN: 18 % en lugar de 112%. Esta comparacién tiene dos grandes de- fectos: 1. Por un lado, el nimero de nifios tra- tados segiin Planas es bajo, apenas 150. 2. Por otro lado, los nifios que han sido previamente tratados segin Planas son comparados con los que serdn tratados por otros aparatos funcionales. De todas formas se puede, de modo provi- sional, formular la hipétesis segiin la cual la puesta en marcha de forma precoz de un «tratamiento planasiano» en una clase II de Angle no solo ha provocado un suplemento en el crecimiento del cartilago condilar, sino que ademés ha inducido una elevacién del nivel de base del potencial auxolégico. Ello estarfa dilucidado por la disminucién en porcentaje de los tipos rotacionales A2D y AID, y cl aumento en porcentaje de los ti- pos rotacionales PIN y AIN. En cuanto al P2D, por el momento, no nos podemos pro- nunciar. La interpretaci6n fisiolégica de este efecto auxoldgico debido al tratamiento precoz preconizado por Planas se debe in- vestigar a nivel tisular. De momento pode- mos decir que la tomografia por emision de positrones sugiere que el aumento de la cir- culacién sanguinea a nivel del freno menis- cocondilar es, a la misma edad, mayor en los nifios tratados precocmente segin Planas que en los ninos que han sido tratados por otros aparatos funcionales (Bull. Orthod. Soc. Yugoslavia, 26, 25-36, 1993). Nuevas in- vestigaciones, aprovechando los métodos de Ja biologfa celular y molecular, nos permiti- rén saber si el tratamiento precoz seguin Pla- nas puede efectivamente elevar el potencial de crecimiento de la mand{bula. En conclusi6n, en el plano practico, la «ideologia planasiana» expuesta en este li- bro ha sido, es y sera juzgada por el clinico, Sobre el plano te6rico, la confrontacién cri- tica entre la y las in- vestigaciones que he realizado con mis cola- boradores se revelan a la ver. como una jus- Préloge ala cogunda edicién Xt tificacién biomédica y como una tentativa de explicacion fisiol6gica de las tesis inno- vadoras de Pedro Planas. Ms que un litigio, esta confrontacion quisiera ser también, y sobre todo, una plataforma conceptual para la revision de la ortodoncia en su conjunto, ya que metodolégicamente toda aproxima- ‘ci6n unilateral, tanto clinica como cientifi- ca, deberé ser reemplazada por una aproxi- macién sistematica, tinica forma de futuro de la investigacién moderna Pedro Planas nos ensefia cémo actuar. Como todo verdadero innovador, nos fuerza también a reflexionar. Para mi, més que un ‘maestro para pensar, ;Pedro Planas es un ‘maestro inspirador! Strasbourg ALEXANDRE G. PETROVIC, M.D., D.Sc. Directeur de Rechierche & "Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale, Strasbourg, France: Visiting Professor, Department of Orthodon- tics, Graduate School, Louisiana State University, Medical Center, New Orleans, U.S.A Professor a contratto di orthognatodonzia nella Scuola di Specializzazione in Odontostomatologia, Universita Cattolica del Sacro Cuore, Roma, Italia; Professor Honoris Causa, Universidade «Camillo Castelo Branco», Faculdade de Odontologia, Sao Paulo, Brasil. Una ver agotada la primera edicion de esta obra, mas répidamente de lo previsto, fuimos solicitados por el editor para una nueva edicién, corregida y aumentada; he ahi nuestro problema. Esta obra es produc- to de la experiencia de 50 aiios de trabajo y después de ese tiempo es dificil rectificarse en cuestiones sustanciales o basicas. Siem- pre que hemos comentado el contenido del libro con colegas que lo han lefdo, hemos Negado a la conclusién de que no se podia afiadir ni suprimir nada. De todas formas podremos incluir casos que durante estos ultimos afios han termi- nado 0 mejorado y con ellos reforzaremos nuestra filosofia. Un aspecto que considero muy importan- te es poder ampliar la dedicatoria de esta ‘obra a mis biznietos y presentar las bocas de mis nietos con una profilaxis casi total frente al subdesarrollo propio de la civiliza- cidn. Puedo garantizarles que no han cono- cido ni al ortodoncista, ni conocerdn al pa- rodontologista, ni tendrén problemas de ATM, al igual que les sucede a mis hijos y a todos los que han tenido la suerte de haber sido sometidos desde sus primeros afios de vida a tratamientos profilacticos de RNO. No nos cansaremos de insistir en que nuestra medicina es la nica medicina pro- filéctica de los problemas del sistema esto- matognatico, en lo que respecta a parodon- tosis y trastornos craneomandibulares, pues el problema de las malposiciones dentarias desaparece esponténeamente al aplicar la profilaxis de la parodontosis. E] dia en que en estomatologfa no existan tantas subespecialidades y se desarrolle au- ténticamente la especialidad de la profilaxis o, ‘en caso de haberse perdido esta posibilidad, PREFACIO A LA SEGUNDA EDICION la de terapéutica muy precoz, entraremos en una medicina cientifica y menos comercial. Profilaxis es la aplicacién de una terapéu- tica para prevenir una enfermedad que atin no exisie. Cuando se diagnostican malposi- ciones dentarias, ya se deben aplicar tera- péuticas no profildcticas. Asimismo, la apa- ricién de un problema parodontal clinica- mente significa que la causa etiolégica esta actuando desde hace afios, y la terapéutica que se ha de aplicar siempre serd tardia. Lo mismo sucede con los trastornos craneo- mandibulares. Con el conocimiento de la RNO se pueden aplicar terapéuticas profilécticas contra la parodontosis y las lesiones craneomandibu- lares, y logicamente contra las malposicio- nes dentarias. Se trata, pues, de conducir desde la erup- cin de los primeros dientes a una situacion de equilibrio, luchando contra el subdesa- rrollo producido por la alimentaci6n artifi- cial a base de biberén y la alimentacion blanda que proporciona la civilizacién (cre- mas, papillas, etc.), y procurando que se cumpla el principio de Claude Bernard, que dice: «1a funci6n crea el érgano y el érgano proporciona la funciény; pero estos trata- mientos en general deben ser aplicados in- tensamente desde el nacimiento hasta la pu- bertad y controlados hasta la senectud. Logicamente, si no es necesaria la aplica- cién de esta terapéutica, no se aplicard, pero cuanto mds civilizada y educada sea nuestra sociedad, mas necesaria e imprescindible se hace su aplicacién. La patologia que consi- deramos es creada por la civilizacién y las necesidades modernas de la sociedad, y se debe tratar con métodos civilizados. Esto es To que hacemos con nuestra RNO. ut XIV Prefacio a la segunda edicién Se aconseja a todos los individuos civiliza- dos alternar su tiempo de trabajo —mientras estan sentados en un escritorio, conducien- do un automévil o Hevando una vida mds 0 menos sedentaria— con el ejercicio en las horas libres, como jugar al tenis 0 al fitbol, hacer gimnasia 0 footing, jugar a golf, ete., a fin de movilizar la musculatura y las articu- laciones, que permanecen la mayor parte del dia inactivas, o sea, una terapéutica de recu- peracién funcional, si es posible, durante oda la vida. Igualmente, aconsejamos nues- tra RNO para el aparato masticatorio, a lo Jargo de toda la vida, desde el nacimiento y durante todo el desarrollo. Precisamente ¥ por este motivo, hemos afiadido el capitulo 9, que se refiere al tiempo de duracién de nuestros tratamientos. También hemos pen- sado en aclarar, bajo nuestro punto de vista, Tas leyes de Hanau, recogidas en el capitulo 2, pues nos hemos dado cuenta de que todo el mundo las recita, pero casi nadie las en- tiende. Creemos que nuestros 60 anos de expe- riencia, resumidos en esta obra, son dignos de ser aprovechades. P. PLANAS, PROLOGO A LA PRIMERA EDICION La dentisteria ha evolucionado desde sus origenes gracias a los dentistas u odontélo- 20s. Ellos tuvieron problemas clinicos que resolver y encontraron soluciones practicas, Pero de la mayoria de odontdlogos que utili- zaron 0 modificaron sus técnicas, o inventa- ron o buscaron el sistema de hacer la practi- ca diaria més simple, s6lo algunos destacan, a finales de siglo. Estos tiltimos eminentes profesionales han interpretado mas amplia- mente los fenémenos del crecimiento, de la estabilidad funcional y de la senectud del aparato estomatognético. Han tratado tam- bien de comprender o de «sentir» los tejidos sobre los cuales deben trabajar. De esta for. ma han introducido filosofias coherentes que iluminan con un enfoque nuevo no sola- mente detalles técnicos, sino todo un arte medicodentario. Pedro Planas es uno de esos pensadores odontolégicos que sienten la biologfa e in- terpretan la evolucién de las enfermedades en todo su ser, y estan, por eso, mucho mas cerca de diagnosticar, guiar y reorientar las tendencias patégenas de sus enfermos. Este enfoque necesita un conocimiento multidis- ciplinario amplio, asociado a un contacto humano profundo, asociacién que no va en el sentido actual de la hiperespecializacion. Pocos son los dentistas que pueden Ila- marse a la vez parodontologista-especialis- ta, gnatologista-especialista ortodoncista- especialista y protesista-especialista. Pedro Planas es todo eso a la vez, porque ha conse- guido una maestria, no de libro, en todas esas zonas de la dentisteria especializada. Es de este modo que ha podido convertirse en el generalista capaz de grandes sintesis. Ha podido definir su filosofia de la rehabilt- tacién neuro-oclusal y aplicarla al nifio en crecimiento, al adolescente, al adulto y al minusvalido funcional, que es el desdentado parcial o total Yo habfa observado a Pedro Planas en la Sociedad Francesa de Ortopedia Dento-Fa- cial ya a principios de los aiios 60. Habfa ofdo acerca de él apreciaciones elogiosas de mi maestro y amigo el profesor Michel Cha- teat, que me decfa: «Planas es uno de los ge- nios vivientes de Ia ortodoncian, Pero com- prendf y sentf realmente el valor de Pedro Planas mientras preparaba un tratado de parodontologfa y visitaba a las pocas perso- nalidades del mundo odontolégico capaces de presentarme casos tratados después de més de 10 afios. Pedro Planas fue una de elas. Tenia delante de mf aun maestro que ofvecfa una respuesta a este importante pro- blema: la profilaxis de la parodontosis por medio de terapéuticas gnatolégicas-orto- déncicas-parodontolégicas. La abundancia y la calidad del material de Planas fueron una revelacion que quedé desde aquel dia muy viva en mf. Después de haber seguido estudios com- plementarios en gnatologia y ortodoncia, ademés de las ciencias fundamentales, pude legar a un nivel académico internacional. Después de haber ensefiado en Francia, y de ¢jercer como profesor titular con plena dedi- ‘caci6n en una universidad americana provi ta de un programa avanzado, me he podido dar cuenta de que la actitud que prevalece en Ia actualidad en la profesién odontolégi- ca es alarmante. Una avidex de confirma- cién cientifica de las realidades clinicas, aunque con buena intencién desde un prin- cipio, esté en vias de esterilizar la iniciativa inventiva y la elaboracion de conceptos de envergadura dentro de nuestra profesi XVI Prélogo a la primera edicién Demasiados colegas «investigadores» prue- ban «cientificamentes los métodos existen- tes sin comprender su filosofia ni sus bases biolégicas. Frecuentemente, al no estar pre parados para la investigacién cientifica, uti lizan métodos de pesquisa inadecuados. Por ejemplo, comparan poblaciones de enfer- mos con poblaciones normales, utilizan aparatos deformanies sobre animales sanos para sacar conclusiones sobre tratamientos destinados a seres humanos o también repi- ten sobre el animal lo que ya esta probado en el hombre desde hace mucho tiempo. Nada positivo puede germinar de estos ma- Jos principios. La investigacién y el espiritu de sintetizar parecen estar inhibidos, tanto que en ortopedia dentofacial se utilizan en nuestros dias aparatos de mas de 10 afios, desprovistos del espiritu funcional que pre- sidié su creacién. Los resultados, légica- mente, s6lo pueden ser muy discutides. La interpretacin de los resultados obte- nidos en ortopedia dentofacial exige compa raciones entre los estados de «antes y des- pués» de la intervencién terapéutica. Esta interpretacion solo es valida para un individuo conocedor del crecimiento y don- de se sospecha una evolucién morfologica desviada de lo normal. Conocer el creci- miento normal més que un arte es una cien- cia, y Planas tiene la sensibilidad de un ar- lista capaz de darse cuenta de la curacin durante los tratamientos de las desviaciones de crecimiento en el nifto o durante la reali- zacién de un equilibrado por una rehabilita- cién protésica. Desgraciadamente se poseen pocas bases cientificas para poder medir es- tas variaciones individuales: el sentido co- min y el sentido estético hacen a ley. Los que piensan que unas bases mateméticas son necesarias para medir los fendmenos de adaptacién biologica individual, o la belle- za, tienen muchas probabilidades de no aprovechar las lecciones de Pedro Planas. Ellos se lo perdersn. No puedo hacer mds que aconsejar que se ea una y otra vez esta sintesis odontolégica, ccuya base es la propiocepcién y la mecénica funcional estomatognatica puesta de mani- fiesto gracias a articuladores inteligentemen- te modificados. Planas dirige el crecimiento hacia Ia normalidad en los nifos muy pe- quefios por métodos brillantes y sencillos como pueden ser los tallados selectivos en la denticién lacteal. Corrige las anomalfas es- tructurales de los maxilares paralelamente con las articulaciones temporomandibula- res, gracias a sus pistas de rodaje, su Equi Plan y su ley de la mfnima dimensién verti cal. Igualmente dentro del mismo espiritu rehabilita al desdentado total con prétesis equilibrada. Entre las Iineas de esta obra se adivinan las grandes leyes terapéuticas que insisten ‘en que jams se ha de luchar contra las fuer- zas lisiolégicas (neuromusculares), sino que mas bien se han de utilizar para dirigir lo anormal hacia la normalidad. Ademés, exis- te una relacion de privilegio entre las estruc- turas esqueléticas y las funciones estomato- logicas. Estas surgen aqui en forma mas compleja que la idea de que una simple mo- dificacién de la fumcién puede variar la for- ma. El feed-back neuro-oclusal, tan bien comprendido por Planas, nos asegura la re- gulacién. Todo esto hace de Pedro Planas un odontologista que ha escrito un gran ca- pitulo en la historia de Ja dentisterfa, Parti- cularmente y para mies un ortopedista de vanguardia, de cuya amistad me siento or- gulloso, asf como de promover sus ideas en mis ensefianzas en Estados Unidos. Dallas, Texas (EE.UU.), 1986 Henet Penrr Chirurgien Dentiste; Docteur d'Etat en Sciences Naturelles; Doctor of Philosophy; Ph.D. (Anatomie et Physiologic) Professor: Research Director, Department of Orthodontics, Baylor College of Dentistry, Dallas, Texas (EEUU) PREFACIO ce cx) PRIMERA EDICION A mis colegas que una vez que hayan lef- do esta obra me acusen o feliciten, diciendo que soy un autodidacta, les diré que en algo tienen raz6n. ¥ ante unos y otros debo excu- sarme porque no sé si esie autodidactismo es constitucional en mi o adquirido a través de mis mejores maestros que me llevaron a ejercer vocacionalmente esta profesién odon- toldgica, Entre estos maestros, el primero y a quien no puedo dejar de mencionar, fue mi padre, cirujano dentista, del que aprendi, en cl la- boratorio de mi casa, que conocer la prétesis es el primer paso para conocer mas tarde la cespecialidad odontolégica; asimismo apren- di el concepto de la responsabilidad, el or- den y la disciplina en el trabajo, condiciones imprescindibles para intentar una supera- cin en cualquier terreno. El segundo fue el profesor don Florestén Aguilar. De él aprendi el seftorio. Seforio necesario en cualquier profesional. Recuer- do que cuando éramos alumnos nos invita- ba, de vez en cuando, a su clinica privada. La llamabamos el palacio de don Floro. En lla se trataban Sus Majestades los Reyes de Espatia y toda Ja nobleza. Las normas de ur- banidad y buena educacién aprendidas en la escuela y en nuestras casas, y que habian sido algo abandonadas en los tiempos de fa- cultad, se ponfan nuevamente de manifies- to en aquel ambiente. {Quién iba a decir- me que, terminada la Guerra Civil Espafio la, yo me establecerfa en aquel palacio donde pude seguir en la misma linea de se- El tercer maestro fue el profesor don Ber- nardino Landete. Este me ensefié a razonar. Tal ver de él se me contagié su autodidactis- mo, pues lo practicaba en extremo, y esto constitufa para mf una de sus mejores cuali- dades. La frase: «EI sentido comtin es el me- nos comtin de los sentidos», que él repetia a menudo, me caus6 un gran impacto. Su for- ma de ensenarnos a diagnosticar en la que obligaba al alumno a contestar los «tres por- qués» llegé a obsesionarme en mis tiempos de estudiante. Facilmente se contestaba el primer porqué, mas dificil el segundo, pero el tercero era casi siempre imposible de con- testar. Por ejemplo, al preguntar el porqué del dolor de una muela, la primera respues- ta podia ser que era por una periodontitis. Al segundo porqué, al preguntar por qué ducle una periodontitis, se puede contestar que la inflamacién de los vasos sanguineos del periodonto comprimen las terminacio- nes nerviosas produciendo dolor. El tercer porqué, la causa por la cual la compresin de las terminaciones nerviosas produce do- lor, ya es ms dificil de contestar para un profesional de la odontologia. EI principio de los tres porqués ha sido tal vez la causa de no acepiar el conformismo y de haber desarrollado nuestra rehabilitacién neuro-oclusal (RNO). El preguntarnos pri- mero por qué aparecen los dientes mal colo- cados o en maloclusion, contestamos que ello es debido a la falta de espacio. En se- gundo lugar, la falta de espacio se ocasiona por la falta de funcidn. ¥ en tercer lugar, la falta de funcién es consecuencia de una fal- ta de excitacion o estimulo neural, con lo cual ya hemos legado a nuestra RNO. El contenido de este libro est en mi men- te desde hace muchos afos. Ha llegado a editarse gracias al estimulo que me ha pro- porcionado: 1) Mi asistencia periddica a las reuniones anuales de la Sociedad Francesa de Ortopedia Dento-Facial (SFODF), donde xvii boule XVIIl__Prefacio a la primera edicién me he sentido ayndado por la gran amistad y confianza que me dispensaron sus miem- bros desde que ingresé en ella. 2) La funda- cién de la Sociedad Espaftola de Ortodoncia (SEDO) de la que fui fundador y primer pre- sidente durante 6 aftos. 3) El apoyo de algu- nos de sus miembros que, después de mi di- misién como presidente y miembro de la SEDO, me llevaron a crear el Club Interna- cional de Rehabilitacién Neuro-Oclusal (CIRNO) cuyos miembros siguen proporcio- nandome el estimulo para continuar en este trabajo. A todos ellos les doy las gracias des- de estas lineas por la ayuda moral y cientifi- ca que me prestaron y siguen presténdome. Ademés, debo agradecer muy especial- mente, pues sin su colaboracién desintere- sada no bubiese visto la luz esta obra, a mi ayudante y colaboradora, la doctora Katy Canalda, que ha dactilografiado y revisado este texto, a mi nieto y colaborador el doc- tor Carlos Salvador Planas, que ha contri- buido en la ardua tarea de ordenar y prepa- rar las 900 diapositivas que ilustran esta obra y, por tiltimo, al doctor José Antonio Lasagabaster, gran dibujante, autor de los esquemas que ilustran el libro. No acompafo una bibliografia, de acuer- do con lo clasico, precisamente por tratarse de una obra autodidacta, pero no me he ol- vidado de mencionar en su lugar oportuno a cada profesor a quien debo lo aprendido, De no ser asi, puesto que no naci sabiendo, de- beria citar todos los libros y autores leidos durante mi formacién profesional y los li- bros y revistas leidos posteriormenie, pues sus autores, buenos y malos, me han brin- dado los conocimienios que me han servido para forjar esta obra. Y no cabe la menor duda que es una obra autodidacta, puesto que en ella he procura- do escribir lo que no he tenido ocasin de haber leido nunca en otras obras, en espe- cial en lo que se refiere a nuestra filosofia de la rehabilitactén neuro-oclusal. Hay un capitulo sobre protesis total con técnicas muy personales, que tampoco he tenido ocasién de leer en otros tratados, La técnica de montaje en escalera es ex- clusivamente nuestra. Los métodos empleados para llevar a cabo grandes rehabilitaciones son muy pro- pios y fruto de una gran experiencia, Hay un pequefio capitulo de prétesis re- movible con una aportacién personal, que no hemos querido dejar de exponer. En resumen, esta obra es el resultado y la experiencia de mas de 50 afios de ejercicio de la profesion, que nos ha permitido selec cionar lo que debe ser y lo que no deberfa ser, y de ello sacar nuesira filosofia de la re- habilitacién neuro-oclusal (RNO). P. PLANAS, INDICE DE CArOros Justificacién de la «rehabili- tacién neuro-oclusal». Definicién de la erehabilita- cién neuro-oclusal> y con- cepto de lo normal en forma, funcién y tiempo. Ley Planas de la minima di- ‘mensi6n vertical y angulo fun- cional masticatorio Planas Leyes Planas de desarrollo dei sistema estomatognatico. 1.‘ ley: Desarrollo posteroante- rior y transversal (huesos y dientes)... Resumen... 20 ley: Desarrollo vertical de 5 remalares y moles “ley: Desarrollo vertical de oes incisivos..... ley: Situacién del plano Soda El biotipo Las cuatro constituciones fun- damentales: Constitucién endoblastica. Constitucién mesobléstica Constitucién cordoblastica Constitucion ectoblastica ... Articulacién temporomandi- bular y «rehabilitacién neu- ro-ochisal» Resumen .. Parodonto y «rehabilitacién neuro-ochusal» a Puntos de apoyo oclusales Incisivos... 13 27 a 82 83 88 88 10. Caninos Premolares Molares. Labrado de facetas oclusales Incisivos. Caninos. Premolares... Molares.. Resumen La doble oclusién .. Patogenia de la doble oclusién El trauma incisivo Disfuncién unilateral. Resumen .. Génesis del sistema estoma- tognatico bajo el concepto de la «rehabilitacién neuro- ‘oclusals e Excitacién paratipica del pri- mer tramo respiratorio... Desarrollo fisiol6gico. Desarrollo patolégico .... Perfodo de lactancia.....0s Desarrollo fisiolégico..... Desarrollo patolégico ... Enupci6n de los primeros inci- sivos temporales.. Desarrollo fisiolégico. Desarrollo patolégico Desarrollo desde los 6 aitos. Desarrollo fisiologico. Desarrollo patolégico Tiempo de duracién de los tratamientos con RNO Resumen Nuestro diagnéstico sintoma- tico y funcional visto bajo el 88 88 89 98 98 98, 98, 98, 99. 100 101 106 106 108 109 110 110 0 ut 111 113, 114 114 115 115 15 119 121 136 xix xx uu. 12. 13. indice de capitulos concepto de Ia «rehabilita- jén neuro-oclusaly Primera exploraci6n: radiogra- fia panoramica.. Técnica gnatostatica Planas Forma de utilizarlo Aparatologia. Placas Planas con pistas de ro- daje y su forma de actuar. Aditamentos de las placas «Pla- nas. Construccién de las bases de Jas placas, Pistas Topes dclusales. Estabilizadores, Tornillos.. Muelles de presencia. Ganchos de arrastre.. Resorte vestibular simple Biela central . Doble biela o bielas centrales Resorte de progenie Observaciones.. Otros aparatos . 5 Resortes dorsales telescép’ cos, también lamados re- tenedores o estabilizado- res de equilibrio EI Equi-Plan ss Origen del Equi-Plan... Terapéutica durante el pri- mer aio Terapéutica en Ja primera denticién: verdadera terapia de la «rehabilitacién neuro- oclusab ..... Subdesarrollo de 1.” grado en la primera denticién... Nuestra técnica de tallado se~ lectivo Forma de actuar. Subdesarrollo de 2 grado en la primera denticion.. Terapéutica de «pistas direc- tas», pistas directas com- posites. i Subdesarrollo de 3." grado en Ja primera denticion... 137 138 139 147 163, 183 169 169 169 170 im 172 174 174 174 175 176 171 178 179 179 179 180 183 185 186 186 187 195 195 202 14, 15. 16. ia: 18. 19. Oclusiones eruzadas Pistas directas composites... Hipertrofias mandibulares en a primera denticién ... Terapéutica . Mordidas abiertas.. Terapéutica en la denticion mixta y segunda denticin. Diagnéstico . Terapéutica rum Cuadrar la mandibula .. Subdesarrollo transversal Distoclusién bilateral. Distoclusién unilateral Sobremordidas.... Oclusiones cruzadas Progenies. = Mordidas abiertas .-..- Estabilizadores o recupera- dores de equilibrio Distalacion Resumen terapéutico. Apéndice. Confirmacion de nuestra RNO como tinica y verdadera medicina del siste- ma estomatognatico y profi- lactica de las malochisiones, parodoncias y lesiones en las ATM Prétesis total... Técnica Planas del montaje de una prétesis total... Articulador xdentatus-Planas Registro de dimensién verti- al o relaci6n céntrica.. Registro de las trayectorias condileas. Montaje de dientes.. Montaje en escalera Ejemplos Rehabilitacién en adultos Rehabilitacién en bocas adultas Primer postulado. Segundo postulado, Tercer postulado, Protesis parciales removibles Dentomucosoportadas Indice alfabético de materias 21s 223 227 228 233 237 238 238 238 239 240 240 240 241 241 241 241 298 305 307 310 312 317 324 339 341 347 347 348, 351 351 357 358 363 1 JUSTIFICACION DE LA «REHABILITACION No desconozco la responsabilidad que en- trafa el escribir un libro, el dar un curso 0 una conferencia, y precisamente por esto ‘creo que tengo que justificarme ante el lec- tor de esta obra, explicdndole los motivos que me Hlevaron a escribirla y a la creacion de su titulo Rehabilitacién neuro-oclusal (RNO) y su contenido cientifico. Al terminar nuestra formacion profesio- nal, hace ya més de 60 afios, ademas de! in- terés que vocacionalmente tuvimos en curar las bocas de nuestros enfermos, despert6 mucho mas nuestro interés investigar de qué moria esta boca, pues ella era nuestro enfermo. Facilmente aprendimos que la boca morfa principalmente por tres causas caries, parodontosis y trastornos craneo- mandibulares, o sea lesiones de ATM. Respecto a la muerte por caries, rapida- mente vimos que se disponia de métodos para atacarla precozmente a base de ali mentaci6n sin exceso de azticares, buena hi giene, exploraciones periddicas de rayos X, terapéuticas precoces y preventivas de c: ties de primer grado, y asimismo terapéuti- cas para caries mas avanzadas, sellados de surces, fluorizaciones, ete. Una persona cuidadosa, en manos de un profesional responsable y competente, po- dria conservar su boca, en lo que a caries se refiere, tedricamente toda la vida, tanto en la primera como en la segunda denticién. De 40 afos a esta parte, exceptuando los hi- droxidos de calcio para proteccién pulpar, NEURO-OCLUSAL» las fluorizaciones, los composites como ma~ teriales duros y adhesivos, las puntas de dia- mante y la alta velocidad, su terapéutica de fondo en poco ha cambiado. Precisamente, al aparecer la alta velocidad en el mundo odontolégico, un compariero de Facultad entranable, el profesor Arturo Lépez Viejo (ya fallecido), muy competent y muy hu- manista, me pregunt6 qué opinaba yo de ello, y recuerdo que le contesté: «Se Segui- rén haciendo las mismas cavidades, bien 0 mal hechas, pero mucho mas deprisa.» Fliminada nuestra vocacién para trabajar sobre la caries, aunque no cabe la menor duda de que la investigacién sobre su etiolo- gia y génesis es de una importancia capital, y solo por ellas algiin dia se le podra dar la batalla final que tanta falta hace a la huma- nidad, decidimos estudiar y preocuparnos por la segunda causa de la muerte de nues- tra boca, la parodontosis. Ya en aquel entonces nos dimos cuenta de que la causa fundamental de la lesion pa- rodontal era el trauma oclusal, gue tanto se puede producir por hiper como por hipo- funcién, En aquellos tiempos a la pomposa placa dental se le llamaba suciedad, suciedad per- judicial en cualquier parte de nuestro orga- nismo; pero para nosotros tiene importan- cia preferente el trauma oclusal, sin negar la importancia que tiene la placa dental bacte- riana (y deseamos que quede buena cons- tancia de ello) ‘bie 2 Rehabi .cién neure-celusal (RNO) No obstante, y lamentandolo mucho, esta profilaxis y terapéutica precoz de las caries, tan conocida y divulgada y que deberia ser aplicada y reclamada por toda la sociedad civilizada, no se lleva a la préctica no tan sélo por el pueblo de cultura media, sino por individuos bien situados, que se consi- deran cultos y que aparecen en nuestras consultas presumiendo de que llevan aiios sin haber visitado a un dentista, pero llenos de sarro y quejandose de que tan solo en aquel momento sienten dolor por una pe- queha caries de primer 0 segundo grado, en el mejor de los casos, y de lo cual se sienten muy orgullosos, Hay que educar a la poblacién para que acuda 2, 30 4 veces al afio al dentista, desde que existen los dientes temporales. Ya existe una minoria, muy reducida, que cumple este precepto, y solamente asf se po- dra aplicar una terapéutica profildctica 0 precoz, que es el ideal de nuestra medicina y repetimos: profilaxis y terapéutica precoz. Profundizando en la etiologia traumatica del proceso paredontal, llegamos en aquel entonces a darnos cuenta de que el trauma 0 el microtrauma, atin mas perjudicial, exis- tia por no estar los dientes en su posicién debida en el espacio bucal para poder reali- zar su funcién de molienda en el acto masti- catorio, 0, dicho de otra forma, que la boca no estaba equilibrada, equilibrio perfecta- mente descrito por Gysi. A rafz de todo esto empezamos a montar las bocas en articuladores semiajustables, 1o que nos permiti6 ya en aquel tiempo, hace més de 60 aftos, familiarizarnos con su ma- nejo, y pudimos darnos cuenta de que para suprimir el trauma sobre unos modelos montados en articulador semiajustable y de- bidamente orientados como en al créneo en los tres planos del espacio, tedricamente ha- bia que extruir unos dientes, intruir otros, cambiar las direcciones de sus cjes, ete., y que lo menos importante era su cosmética Bocas poco cosméticas podian estar equili- bradas y légicamente sobrevivir sin trauma y, viceversa, bocas de aspecto estético per- fecto tenian grandes traumas por desequili- brios oclusales Observando desde nuestro punto de vista este problema, conociendo la existencia de la ortodoncia y de sus principios (ciencia ca- paz de mover dientes), pensamos que con ella podriamos prevenir 0 curar el desequili- brio oclusal y, en consecuencia, la parodon- tosis que era y es nuestro objetivo (pues de lo que se trataba cra de colocar los dientes en condiciones de equilibrio suprimiendo el trauma), en vista de lo cual nos pusimos de lleno a estudiar y ejercer esta especialidad de ortodoneia, nd con la finalidad de endere- zar dientes ni vender cosmetica, sino como medida profildctica 0 terapéutica de la paro- doniosis en lo que al trauma oelusal atane. ‘Hemos conocido los aparatos de Mershon, de Ainsworth, de Angle, Arcos cinta en oro platinado, el Monobloc de Robin, los apara- tos de Andressen, las placas de Schwarz, Bimler, Frankel, Balters, Ricketts, Edewise, etcétera; hemus seguido de cerca las moder- nas técnicas multibandas, estudios telerra- diogréficos, etc, Fue y ha sido un continuo esperar, afio tras afto, para poder apreciar el resultado de estos tratamientos La estética era conseguida afortunada- mente para la satisfaccién del enfermo, pero no para la nuestra, pues el trauma segufa e incluso, a veces, aumentaba con nuestras intervenciones. Las consecuencias, muchos afios después de haber dado por terminado el tratamiento, eran las recidivas y las lesio- nes parodontales que el enfermo aceptaba y sigue aceptando con mas 0 menos resig- nacién. Terminada la I Guerra Mundial, decidi- mos asistir a congresos para conocer los he- chos de los demés colegas especialistas y sus resultados. Nos dimos cuenta de que, desde nuestro punto de vista, en general sélo hacian tratamientos tardios y que su objetivo mas importante era la estética y muy poco 0 nada el equilibrio oclusal y la funeién, aunque siempre se hablaba de ellos. Eso si, el problema de la recidiva era el més importante y el més grave, asi como las consecuencias parodontales. De los trastor- nos craneomandibulares ya no se hablaba, pues aparecian mucho tiempo después de haber dado el alta al enfermo ortodéncico y correspondian a otra especialidad, al igual que los problemas parodontales. Todo esto no nos convencié en absoluto, pues la reali- Justificacién do la «rohabilitacién neuro-cclusaly 3 dad es que, si una boca funciona equilibra- damente toda su vida, nunca tendré proble- mas parodontales ni de las ATM. Dada la circunstancia, confirmada reite- radamente, de que los mejores métodos diagnésticos y las mejores terapéuticas no nos solucionaban el problema del trauma oclusal, decidimos hacer la guerra por nues- tra cuenta. Asi, pusimos en marcha nuestra rehabilitaci6n neuro-oclusal, basada en el principio de Claude Bernard de que «la fun- cidn crea el 6rgano, y el 6rgano proporciona Ia funcién». Sin embargo, nosotros vamos més all, pues ya que la funcién arranca de una excitacién neural, si ésta ¢s fisiolégica producira una funcién y un desarrollo fisio- logico, y si, por el conirario, es patolégica, Ia respuesta de desarrollo sera asimismo pa- tolégica. Toda nuestra RNO se fundarnenta en des- cubrir dénde, cudndo y cémo hay que actuar sobre los centros neurales receptores que pro- porcionan la respuesta de desarrollo del siste- ‘ma estomatognético para que, exciténdolos fisioldgicamente y en la medida necesaria, nos proporcionen tna respuesta de desarrollo normal y equilibrada. Es asi que, con mu- chos afios de observacién directa, hemos des- cubierto leyes y, en consecuencia, desarrolla- do técnicas. Estas leyes y técnicas, que serén descritas en el transcurso de esta obra, son las siguientes: La ley de la minima dimensi6n vertical. Las leyes del desarrollo del sistema esto- matognatico. El Angulo funcional masticatorio. La técnica gnatostatica. Los tallados selectivos en la primera den- ticion. Las placas con pistas indirectas. Las pistas directas. El Equi-Plan (Equilibrador Planas). El articulador Dentatus-Planas. El montaje en escalera Una vez expuestos los motivos fundamen- tales que nos Ievaron a la creacion de la RNO, no estaré de més exponer someramen- te los origenes de la estomatologia, los cua- les también han contribuido a la creacién de nuestra RNO. La caracteristica predominante del hom- bre, desde que éste poblo el globo terréqueo, ha sido el afan de descubrir, la sed de con imiento, el ansia de saber. Esta es la autén- tica vocacién del hombre que le lleva a una aventura. Esta aventura, por asf llamarla, es la diferencia més importante entre el hom- bre y el resto de los seres pobladores del glo- bo. Desde el descubrimiento del fuego hasta Jos viajes espaciales, todo ha sido un correr de aventuras. El hombre primitive impulsa- do por ésta su sed de conocimiento, fuerza que hemos llamado aventura, sintié las mis- mas inguietudes que el hombre de hoy. Sin- 1i6, pues, la necesidad de suprimir el dolor, de poseer una euritmia o estética y de reali- yar una funcion Estas tres necesidades aplicadas a la cara y boca fueron las tres causas (dolor-eurit- ‘mia-funcién), que separadas primero y fu- sionandose después en el tiempo, no sin di- ficultades atin en nuestros dias, dieron origen a la dentisteria, odontologia o esto- matologia. La palabra es lo de menos, ya que lo importante es su contenido. A través de los tratados de historia de la medicina sabemos que Hipécrates, Celso, Galeno, Avicena, Paracelso y otros citan en sus obras de arte médico recetas para aliviar el dolor de muelas, legéndonos incluso algu- nos instrumentos para efectuar la avulsion dentaria. Conocemos asi el origen médico para combatir el dolor, no ignorando que pueblos primitivos, sin médicos en su socie- dad, posefan sus pécimas para tales fines. La primera necesidad, que persigue aliviar el dolor, ha sido cumplida. Por otra parte, se han encontrado créneos humanos pertenecientes a épocas muy ante- riores, preneoliticos, neoliticos, de la Edad de Bronce, etruscos, que presentan mutila- ciones y reposiciones de piezas dentarias mediante dientes parecidos pertenecientes a animales, o bien tallados en piedra, madera (© marfil, ensamblados y ligados con distin- tos materiales. No cabe la menor duda de que, una vez superada la crisis del dolor y la pérdida de algtin diente por cualquier moti- vo, surgié la segunda necesidad, es decir, la de salvar la estética o euritmia mediante la reposicién del material afectado. Este pro- blema fue resuelto por otras personas que, al 4 Rehabilitacién noure-oclusal (RNO} margen de la medicina, solucionaban dicha necesidad estética, al tiempo que obtenfan beneficios econémicos Es importante sefalar, sin embargo, que en lo referente a estas restauraciones, s6lo las anteriores, es decir, las eminentemente estéticas, tuvieron éxito, No fue asf con las posteriores, que intentaban resolver ademas. un problema funcional al pretender ayudar ala masticacion. Con esta tercera necesidad se fracas6 siempre. De lo expuesto hasta aqui podemos sacar tres conclusiones: 1. El dolor lo trataron los médicos. 2. Laestética la sohucionaron otras per- sonas que ms tarde se llamarian protési- 3. La funcién dificilmente pudo resol- verse en el sentido en que nosotros la enten- demos y desgraciadamente se sigue fraca~ sando en el intento. El médico se desinteres6 de la restaura- cidn estética y funcional del sistema esto- matognatico, pero los técnicos que resolvian estos problemas tomaron conciencia de que hab{a que estudiar. Poco a poco se fueron creando los dentistas, con mayor 0 menor cantidad de estudios de medicina, hasta lle- gar a los odontélogos, que tienen su carrera Propia, y por tiltimo a los estomatdlogos. Esta evolucién comienza en el afio 1544 con la aparici6n de la imprenta, inventada por Gutenberg. Empiezan a aparecer libros. sobre dentisteria y ya en 1728 Pierre Fou- chard escribe un tratado de protesis y odon- tologia médica, por el que se le adjudica el merecido sobrenombre de padre de la odon- tologia. Es evidente que las primitivas prétesis no lograron reconstrucciones de tipo funcional. A partir de Fouchard, se sigue insistiendo en rehabilitar la funci6n. Se habla por doquier de ella y del equilibrio oclusal, pero en real dad tanto la una como el otro son posterga- dos por su complicacién. Modernamente han aparecido nuevas teorias como «ochi- sién de surco y fosa», «céntrica larga>,

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