Recurso de Agravio Constitucional - KFH 2024

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Expediente : 01911-2024-0-1801-JR-DC-03

Esp. Legal : Ricardo Tacuche Mesia


Sumilla : INTERPONEMOS RECURSO
DE AGRAVIO CONSTITUCIONAL.

AL PRESIDENTE DE LA TERCERA SALA


CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA
DE LIMA. -

GIULLIANA LOZA AVALOS, Abogada de la señora KEIKO


FUJIMORI HIGUCHI, en el presente proceso constitucional
de HÁBEAS CORPUS seguido contra el PODER JUDICIAL, a
usted respetuosamente me presento y digo:

I. PETITORIO

En ejercicio del derecho de defensa que le asiste a mi patrocinada y en


aplicación de los artículos 202°.2 de la Constitución Política del Perú, del
artículo 24° del Nuevo Código Procesal Constitucional (NCPConst.), y del
artículo 11° del Reglamento Normativo del Tribunal Constitucional, en el plazo
oportuno interpongo RECURSO DE AGRAVIO CONSTITUCIONAL contra la
Resolución N° 02 de fecha 16 de mayo de 2024 (notificada el 05 de junio de
2024) emitida por la Tercera Sala Constitucional de la Corte Superior de
Justicia de Lima, que REVOCARON la sentencia expedida mediante Resolución
N° 04, de fecha 01 de abril del año en curso que declaró infundada la demanda
de habeas corpus y, REFORMÁNDOLA declararon IMPROCEDENTE la
mencionada demanda, en atención a los principios de celeridad y economía
procesal1, SOLICITAMOS emita un PRONUNCIAMIENTO DE FONDO.
Disponiendo se DECLAREN NULAS Y SE DEJEN SIN EFECTO:

(i) Resolución N° 35 (incidente 186), de fecha 12 de setiembre de

1Exp. N° 04158-2011-PA/TC. Consid. 3. Caso: Santiago Passoni Hinostroza; Exp. N° 03230-


2011-PA/TC. Cons. 4. Caso: Ezequiel Wilfredo Clavijo Farfán; Exp. N° 04587-2004-AA/TC.
1
2022, emitida por el Cuarto Juzgado de Investigación
Preparatoria Nacional, que declaró infundada la excepción de
improcedencia de acción deducida por la defensa de la
beneficiaria por el delito de lavado de activos.

(ii) Resolución N° 46 (incidente 186), de fecha 06 de octubre de


2022, emitida por el Cuarto Juzgado de Investigación
Preparatoria Nacional, que declaró infundada la excepción de
improcedencia de acción deducida por la defensa de la
beneficiaria por el delito de organización criminal.

(iii) Resolución N° 110 (incidente 186), de fecha 30 de noviembre de


2023, emitida por el Cuarto Juzgado de Investigación
Preparatoria Nacional, que dispuso dictar auto de enjuiciamiento
en su contra, por la presunta comisión del delito de lavado de
activos.

(iv) A consecuencia de ello, se declare la nulidad de todos los actos


precedentes del citado proceso desde el inicio de las diligencias
preliminares llevadas a cabo en la Carpeta Fiscal N° 55-2017
(acumulada Carpeta Fiscal 80-2017 y 12-2016).

Por tratarse de decisiones judiciales manifiestamente inconstitucionales que


afectan gravemente el derecho a la libertad de la señora Keiko Sofía Fujimori
Higuchi, al haberse iniciado y desarrollado un proceso penal en su contra, sin
que los hechos atribuidos constituyan delito, entre otros, delito de lavado de
activos y organización criminal, perseguible penalmente.

En consecuencia, AL NO TENER EFECTOS LEGALES LAS CITADAS


RESOLUCIONES, SE ARCHIVE EL PROCESO PENAL SEGUIDO EN SU
CONTRA. La inconstitucionalidad yace ante una amenaza latente, cierta e
inminente por la que en el proceso penal que se le sigue se requiere una pena
privativa de libertad en su contra, esto es, se manifiesta la vulneración al

2
derecho fundamental de la libertad individual, el principio de legalidad penal,
así como el derecho a la obtención de resoluciones fundadas en derecho.

II. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL AGRAVIO OCASIONADO POR


LA RESOLUCIÓN MATERIA DEL RECURSO DE AGRAVIO
CONSTITUCIONAL

A. La Resolución del Ad Quem incurre en un


error de derecho respecto a la interpretación
del derecho a la obtención de una resolución
fundada en derecho.

2.1. La Sala en la Resolución Nº 02 de fecha 16 de mayo de 2024, ha


resuelto desestimar nuestro recurso de apelación, argumentando que
las resoluciones judiciales cuestionadas no han afectado nuestro
derecho a la motivación de resoluciones judiciales.

2.2. El argumento de la Sala Superior ha sido que:

“no se advierte que al expedirse las mismas se hubiera


afectado el derecho en comento, pues la parte accionante
no ha demostrado que las referidas decisiones
judiciales que se cuestionan mediante el presente
proceso de Amparo se hayan fundamentado en
normas derogadas o ajenas la materia controvertida
por las partes, ni menos aún ha probado que la
interpretación jurídica adoptada por él órgano
judicial penal demandado tuviera fundamento en
normas inválidas o impertinentes al tema discutido.
Por tanto, la alegada afectación de este derecho no resulta
estimable, debiendo desvirtuarse”.

2.3. En ese sentido, en principio debemos advertir que la Resolución materia


de impugnación incurre en error toda vez que no estamos frente a un
proceso de “Amparo” como erradamente se sostiene, sino, se trata de

3
un “Habeas Corpus”.

2.4. En segundo término, la Sala incorrectamente afirma que no hemos


demostrado que las decisiones judiciales que se cuestionan estén
fundamentadas en (i) “normas derogadas o ajenas a la materia
controvertida”, menos aún, hemos probado que (ii) “la interpretación
jurídica adoptada por él órgano judicial penal demandado tuviera
fundamento en normas inválidas o impertinentes al tema discutido”.

2.5. Sin embargo, la “causa petendi” de nuestra demanda de “Habeas


Corpus”, no se ha fundamentado en que el juez haya invocado
normas derogadas, menos aún, que haya fundado su decisión
en normas inválidas o impertinentes al tema discutido, sino que
se han imputado delitos [lavado de activos y organización
criminal], a la señora Keiko Fujimori por un hecho que, al
tiempo de su comisión, no se encontraba sancionado por la ley
penal [principio de legalidad], por lo que los instancias
ordinarias no han realizado una adecuada motivación acorde
con el Principio de Legalidad. En consecuencia, la justicia
constitucional debe verificar si las resoluciones judiciales cuya
nulidad se pretende, contienen una adecuada justificación
interna y externa de sus premisas2 que ofrezcan razones
justificativas3.

2 Recordemos, que toda resolución judicial deber contener una debidamente motivación tanto
interna como externa. A saber, la JUSTIFICACIÓN INTERNA consiste en verificar que: “el
paso de las premisas a la conclusión es lógicamente –deductivamente- válido” sin que
interese la valides de las propias premisas. De tal suerte que debe haber: (i) Premisa
normativa; (ii) Premisa fáctica; y, (iii) Una conclusión. En lo que concierne a la
JUSTIFICACIÓN EXTERNA, ésta consiste en controlar la adecuación o solidez de las
premisas, lo que supone que la(s) norma(s) contenida(s) en la premisa normativa sea(n)
norma(s) aplicable(s) en el ordenamiento jurídico y que la premisa fáctica sea la expresión de
una proposición verdadera.

3 La justicia ordinaria únicamente ha ofrecido razones explicativas de sus decisiones, basados


en factores sociales y personales. Como señala Taruffo “el juez no puede (…) recorrer en un
sentido inverso las etapas de un proceso psíquico que, como tal, le es en gran medida
desconocido en sus componentes decisivos; por otra parte, una hipotética motivación de este
tipo sería inútil, dado que no tiene sentido hablar de control de validez y de rectitud del proceso
4
2.6. Sobre la justificación de las decisiones judiciales Canale y Tuzet
afirman que:

“la teoría del derecho comtemporánea distingue dos formas


principales de justificación de las decisiones judiciales. Se
llama justificación interna (JI) a la justificación de la
conclusión del silogismo judicial. Se llama justificación
externa (JE) a la justificación de las premisas del silogismo
judicial (…) los juzgadores no pueden limitarse a un solo
silogismo (…) deben llevar a cabo una actividad
argumentativa más compleja. La decisión se justifica como
la conclusión de una inferencia silogística cuyas premisas
deben ser justificadas como conclusión de otros
argumentos. La JI es típicamente deductiva (…) La JE es,
de manera mucho más frecuente, no deductiva”4.

2.7. Ahora bien, el ordinal "d" del inciso 24 del artículo 2° de la Constitución
Política del Estado, establece que "Nadie será procesado ni
condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no
esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e
inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena no
prevista en la ley"; por lo que habiendo denunciado a través de nuestra
demanda de Habeas Corpus que este precepto constitucional se había
violado, los órganos de justicia constitucional han debido verificar si
efectivamente se había procesado a la señora Fujimori por hechos que
no estan calificados en la ley, debiendo para tales efectos analizar la
motivación de las instancias ordinarias.

2.8. Lo cometido por la Sala Superior, esto es, desviar el debate procesal,
constituye una grave afectación al debido proceso y motivación de
resoluciones judiciales, consistente en una motivación

psíquico a través del cual el juez llegó a la decisión”. Tafuffo, M. La motivación de la sentencia
civil, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, México, D.F., 2006, p. 97.
4 CANALE Diamano y Giovanni TUZET

2021 La justificación de la decisión judicial. Lima: Palestra. pp. 37-38.


5
sustancialmente incongruente.

2.9. El Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el expediente


00728-2008-PHC/TC (Caso Giuliana Llamoja) ha referido que se incurre
en una motivación sustancialmente incongruente cuando se emite una
decisión que suponga la desviacion, modificación o alteración del
debate procesal; lo cual en el caso en concreto ha ocurrido:

“La motivación sustancialmente incongruente. El derecho


a la debida motivación de las resoluciones obliga a
los órganos judiciales a resolver las pretensiones de
las partes de manera congruente con los términos en
que vengan planteadas, sin cometer, por lo tanto,
desviacion que supongan modificación o alteración
del debate procesal (incongruencia activa). (…) Y es
que, partiendo de una concepción democratizadora del
proceso como la q e se expresa en nuestro texto
fundamental (artículo 139°, incisos 3 y 5), resulta un
imperativo constitucional que los justiciables obtengan de
los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y
congruente de las pretensiones efectuadas; pues
precisamente el principio de congruencia procesal exige
que el juez, al momento de pronunciarse sobre una causa
determinada, no omita, altere o se exceda en las peticiones
ante él formuladas”.

2.10. Reiteramos, hemos alegado que existe una manifiesta violación al


derecho constitucional a la libertad individual por medio de una
violación conexa al debido proceso penal (principio de legalidad y
derecho a una resolución fundada en Derecho) que afecta el contenido
esencial de los derechos antes mencionados.

2.11. Por un lado, la libertad ambulatoria se encuentra ya restringida


por medio de un conjunto de restricciones que se le han
impuesto a la beneficiaria de este hábeas corpus en el proceso
penal, sin olvidar que, en anteriores ocasiones, como se
mencionó, se le ha dictado incluso una detención preliminar y

6
dos prisiones preventivas que la justicia constitucional ha
revocado por su arbitrariedad e inconstitucionalidad; y,
actualmente tiene vigente una medida de comparecencia con
restricciones desde abril del año 2020.

2.12. Por otro lado, el hecho que se le atribuye como delito no cumple
abiertamente con las exigencias típicas de los injusto de lavado de
activos y organización criminal, por lo que se le está procesando por un
hecho que, al tiempo de su comisión, no se encontraba sancionado por
la ley penal.

Adicionalmente, el pedido al juez demandado de que sobresea la causa


contra la beneficiaria de este hábeas corpus por tratarse de un hecho
atípico (excepción de improcedencia de acción) ha sido denegado por
medio de una resolución judicial que se apoya en alegaciones sin
ningún respaldo jurídico [sin una adecuada justificación interna de las
premisas].

2.13. La vulneración a los derechos constitucionales antes referidos es


manifiesta, pues constituyen una violación evidente y clara de los
derechos que resguarda nuestra Norma Fundamental. Se trata de una
transgresión patente y fácilmente identificable que esté protegida por
la legislación y los tratados internacionales. Cuando se habla de
vulneración en forma manifiesta, se está haciendo referencia a
situaciones en las que la violación de los derechos fundamentales es
tan evidente y notoria que no requiere una interpretación compleja o
extensa para ser reconocida como erradamente sostiene el Ad-Quem.
Puede incluir actos o decisiones que de manera clara y directa atentan
contra la libertad.

2.14. En el desarrollo de un proceso penal, existe un conflicto jurídico entre


partes, por un lado, el Estado a través del Ministerio Público pretende
que se efectivice una sanción de índole penal y privativa de la libertad

7
y, por otro lado, el imputado pretende la realización o la vigencia de su
derecho a la libertad.

2.15. Entonces, es claro y evidente que, como ha sucedido en el proceso


penal seguido a la señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi, se le vulnera
flagrantemente y se limita gravemente su libertad personal; pues se le
ha iniciado y mantiene un proceso penal no solo alejado del marco legal
vigente, sino en clara violación a la base constitucional que debe primar
sobre cualquier interpretación que no sea válida ni pertinente, en tanto
ninguna persona puede ser procesada menos pretenderse una sanción
ahí donde los hechos no constituyen delito; he aquí la justificación para
instaurar una demanda de hábeas corpus contra las resoluciones
judiciales que vulneran la libertad personal, el principio de legalidad
penal y el derecho a la obtención de resoluciones fundadas en derecho.

2.16. Con acierto, Obando Blanco sostiene que “El proceso es un instrumento
de tutela del derecho, de modo que, si se desnaturaliza por violación
de sus formas esenciales, el instrumento de tutela falla y con él
sucumbe inexorablemente el derecho de los justiciables; existe
entonces la necesidad de cuidar el proceso.”5

2.17. Ahora bien, en el caso de la señora Fujimori Higuchi se han forzado


todos los márgenes legales vigentes y constitucionales que viabilizan
legítimamente el procesamiento a un ciudadano. No ha existido, pues,
el mínimo reparo en respetarse las cláusulas básicas. Una persecución
penal no puede ser legítima, menos constitucional, si es que reposa en
hipótesis incriminatorias que vulneran el debido proceso. De modo que,
al tratarse de un proceso inconstitucional se afectaría inexorablemente
el derecho a la libertad, dejando de lado su efectiva y plena vigencia.
Ello, desde luego, no puede suceder en un Estado constitucional de

5 Obando Blanco, Víctor Roberto. El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva en la


jurisprudencia, 2001, p. 60.
8
Derecho.

B. Vulneración al derecho al plazo razonable

2.18. Señores magistrados, por el Principio de Suplencia de Queja Deficiente,


vuestro Tribunal Constitucional debe advertir que en el caso de la
señora Fujimori se viene afectando su derecho al Plazo Razonable.

2.19. La recurrente viene siendo objeto de una imputación penal que


no cumple con el principio de legalidad previsto en el ordinal "d"
del inciso 24 del artículo 2° de la Constitución Política del Estado, según
el cual "Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al
tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de
manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni sancionado
con pena no prevista en la ley"; desde el año 2017.

2.20. Esta afectación al Principio de Legalidad presupone a su vez que se nos


afecte el derecho al Plazo Razonable que forma parte del debido
proceso garantizado en el artículo 139 inciso 3 de la Constitución
Política del Perú.

2.21. El Tribunal Constitucional en el expediente 00461-2022-PHC/TC, que:

(…) el derecho al plazo razonable del proceso o a


ser juzgado dentro de un plazo razonable,
constituye una manifestación implícita del derecho
al debido proceso, reconocido en el artículo 139,
inciso 3, de la Constitución. El plazo de un proceso o
un procedimiento será razonable sólo si es que aquél
comprende un lapso de tiempo que resulte necesario y
suficiente para el desarrollo de las actuaciones
procesales necesarias y pertinentes que requiere el caso
concreto, así como para el ejercicio de los derechos de
las partes de acuerdo a sus intereses, a fin de obtener
una respuesta definitiva en la que se determinen los

9
derechos u obligaciones de las partes.

2.22. En el caso en concreto, se viene sometiendo a la señora Fujimori a un


proceso penal por varios años sin que se hubiera cumplido, ab initio,
con una imputación que responda a los cánones del Principio de
Legalidad. Si la conducta realizada por una persona no constituye
delito, entonces someter a una persona a investigaciones y procesos
en curso por más de 7 años vulnera flagrantemente el derecho al “plazo
razonable”.

C. El Ad-Quem desconoce la protección


constitucional que merece el principio de
legalidad

2.23. Los Jueces de la Tercera Sala Constitucional sostienen que:

“queda claro para este Colegiado que bajo la aparente


protección del principio de legalidad penal que se solicita
mediante la presente acción, en realidad se busca que la
justicia constitucional se subrogue en la labor y las
competencias que son propias de la jurisdicción penal
ordinaria, lo que escapa de la finalidad de los procesos
constitucionales, a tenor de lo preceptuado por el Artículo
1º del Código Procesal Constitucional”.Es importante
recordar que, el artículo 1 del Código Procesal
Constitucional, ha dispuesto que en lo que se refiere a las
disposiciones generales que regulan los procesos de
hábeas corpus, amparo, hábeas data y cumplimiento: “Los
procesos a los que se refiere el presente título tienen por
finalidad proteger los derechos constitucionales, ya sean de
naturaleza individual o colectiva, reponiendo las cosas al
estado anterior a la violación o amenaza de violación de
un derecho constitucional, o disponiendo el cumplimiento
de un mandato legal o de un acto administrativo”.

2.24. Conforme a lo señalado de este concepto primigenio tenemos que, la


demanda de Hábeas Corpus se concibe como una garantía que se

10
ejecuta dentro de un trámite inmediato y que está relacionada en
esencia, con la protección de la libertad individual de la persona
humana, con el objetivo de protegerla contra los actos coercitivos
emanados de cualquier persona o entidad, de cualquier rango,
jerarquía o competencia; en donde se intente o concrete la vulneración
al derecho de libertad individual o el debido proceso, tutela
jurisdiccional efectiva e inviolabilidad de domicilio, cuando tales
actos aparezcan realizados de modo arbitrario, inmotivado por exceso
y/o de manera ilegal en tanto se encuentren conexos a la libertad
personal.

2.25. En ese sentido, se entiende por tutela procesal efectiva aquella


situación jurídica de una persona en la que se respetan, de modo
enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano jurisdiccional, a
probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el
proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni
sometido a procedimientos distintos de los previstos por la ley, a la
obtención de una resolución fundada en derecho, a acceder a los
medios impugnatorios regulados, a la imposibilidad de revivir procesos
fenecidos, a la actuación adecuada y temporalmente oportuna de las
resoluciones judiciales y a la observancia del principio de legalidad
procesal penal.

2.26. En efecto, el principio de legalidad se encuentra consagrado por la


Constitución Política en su artículo 2, inciso 24, literal d), conforme al
cual “Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que
al tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley,
de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni
sancionado con pena no prevista en la ley”6.

6 EXP. N.° 00654-2023-PA/TC, FJ. 6


11
2.27. Es necesario hacer énfasis en este artículo, pues en el caso en cuestión,
dentro de la etapa intermedia del proceso penal que se le sigue a la
señora Keiko Fujimori Higuchi, el juez de investigación preparatoria
demandado vulneró su derecho al debido proceso en clara
contravención al principio de legalidad y el derecho a la obtención de
resoluciones fundadas en derecho, al declarar infundada su excepción
de improcedencia de acción, dando así validez a una imputación fiscal
que se aleja del marco legal y constitucional, dando, además, luego
pase a juicio oral al dictar el auto de enjuiciamiento.

2.28. Dicha vulneración es manifiesta lo que habilita la procedencia de la


demanda de habeas corpus conforme al artículo 9 del Nuevo Código
Procesal Constitucional, pues no cumple con las exigencias típicas de
los delitos imputados de lavado de activos y organización criminal, por
lo que se le está procesando por un hecho que, al tiempo de su
comisión, no se encontraba sancionado por la ley penal.

2.29. Cabe mencionar que, al tratarse de una violación a un derecho


constitucional y al no haber recurso impugnatorio intra proceso en el
ámbito penal, el presente proceso de Habeas Corpus se torna un
recurso adecuado para la tutela del derecho fundamental a la libertad,
conforme al artículo 25 de la Convenión Americana sobre Derechos
Humanos:

Artículo 25. Protección Judicial


1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o
a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley
o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por
personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.

2.30. Asimismo, se ha sostenido que sólo excepcionalmente se podrá


efectuar el control constitucional de una resolución judicial por
afectación del principio de legalidad penal. En concreto, esto es, en
12
aquellos casos en los que, al aplicar un tipo penal o imponer una
sanción, el juzgador penal se aparta del tenor literal del precepto o
cuando la aplicación de un determinado precepto obedezca a pautas
interpretativas manifiestamente inadecuadas, extravagantes o
irrazonables, incompatibles con el ordenamiento constitucional y su
sistema material de valores.7

2.31. Así pues, se tiene el Expediente N° 00413-2021-PHC/TC, que indica:


“(…) hay casos excepcionales en que la Justicia Constitucional
puede ingresar a revisar, por ejemplo, a la subsunción de la
conducta en un determinado tipo penal, la dilucidación de la
responsabilidad penal, la aplicación o inaplicación de acuerdos
plenarios, los juicios de reproche penal de culpabilidad o inculpabilidad,
la variación de medidas restrictivas de la libertad, la interpretación y la
aplicación de normas legales, entre otros. Ello se da, insisto, cuando
se ha producido la violación de algún derecho fundamental o se
ha afectado la Constitución de alguna forma, lo cual incluye a
sus principios, valores e institutos, entre otros aspectos
inherentes a la misma.”8

2.32. En ese sentido, el proceso de hábeas corpus posee la facultad de


examinar y emitir decisión en aquellos casos donde se identifique una
conducta evidentemente contraria a la vigencia de los derechos
fundamentales valores, principios, e instituciones que prevalecen de la
Constitución, esto es, no solamente interviene en situaciones
procedimentales, sino que, además, puede y debe tener injerencia en
discusiones sustantivas cuando la amenaza es evidente.

2.33. Este examen de las decisiones judiciales que atentan contra el Principio
de Legalidad es un imperativo derivado de los Tratados Internacionales.

7 Cfr. STC 2758-2004-HC/TC]. (Cfr. Exp. 03691-2009-HC/TC. FJ 5. Caso: Luz Emérita Sánchez
Chávez.
8 Fundamento de Voto del Magistrado Ernesto Blume Fortini.

13
La Corte Interamericana de Derechos Humanos en el fundamento
96 del caso Liakat Ali Alibux Vs. Suriname, ha reconocido que el
juez debe observar la mayor rigurosidad en el adecuamiento de la
conducta de la persona incriminada al tipo, de forma tal que no se
incurra en la penalización de actos no punibles en el ordenamiento
jurídico, contrario sensu, cuando esto no ocurra, el juez constitucional
debe realizar dicho control para proteger la legalidad y el debido
proceso:

61. (…) corresponde al juez, en el momento de la


aplicación de la ley penal, atenerse estrictamente a
lo dispuesto por ésta y observar la mayor rigurosidad
en el adecuamiento de la conducta de la persona
incriminada al tipo, de forma tal que no incurra en la
penalización de actos no punibles en el
ordenamiento jurídico. La elaboración de tipos penales
supone una clara definición de la conducta incriminada, que
fije sus elementos y permita deslindarla de
comportamientos no punibles o conductas ilícitas
sancionables con medidas no penales. Asimismo, este
Tribunal subraya que la tipificación de conductas
reprochadas penalmente implica que el ámbito de
aplicación de cada uno de los tipos esté delimitado
de la manera más clara que sea posible; es decir, de
manera expresa, precisa, taxativa y previa.

2.34. Asimismo, que el hábeas corpus sea subsidiario a los recursos


procesales ordinarios y que se puedan interponer en el curso de un
proceso penal para postular la libertad de un detenido, no significa que
su uso se encuentre proscrito ante una resolución judicial como
erradamente sostienen los jueces superiores, proveniente de un
proceso irregular o también regular formalmente. Debido a que, si no
existe recurso alguno o estos se han agotado, el hábeas corpus se
convierte en el único instrumento de defensa de la libertad, constreñida

14
por una resolución que no se ajusta al derecho constitucional9.

2.35. Cabe resaltar que es admisible interponer un hábeas corpus, siempre


que concurran tres supuestos10: […] aunque exista otro medio de
defensa en el orden legal, procede el hábeas corpus siempre que por
esta vía extraordinaria se trate de evitar urgentemente un daño
irreparable.

2.36. Y, tal como se mencionó en la demanda de hábeas corpus el hecho de


emitir un auto de enjuiciamiento teniendo como base resoluciones que
vulneran el principio de legalidad, no solo vulneran el debido proceso,
sino que afectan y amenazan de manera grave y evidente la libertad
de la beneficiaria, pues debido a dichas transgresiones corre el riesgo
latente de ser pasible de una condena no menor de 31 años de pena
privativa de libertad por hechos que no constituían delito en su
oportunidad.

2.37. Cualquier ciudadano que se vea privado de su libertad por hechos que
no constituían delito, aun cuando sea preso un día, ello supone
indudablemente un daño irreparable, por lo que este daño debe
evitarse a través del presente Habeas Corpus.

2.38. No realizar este control constitucional de las resoluciones judiciales


cuestionadas, implicaría que el ordinal "d" del inciso 24 del artículo 2°
de la Constitución, sea una cláusula vacía, un mero enunciado, cuya

9 LANDA, César. «Habeas corpus y corrupción», pp. 19-23; ABAD, Samuel. «Un habeas corpus
polémico. ¿Libertad individual o justicia selectiva?», pp. 25-31; CASTILLO, José. «El caso
Bedoya: ¿una lección o un error? El problema del in dubio por reo», pp. 47-58; NAKASAKI,
César. «Análisis jurídico penal del caso del Tribunal Constitucional», pp. 37-46. En Diálogo con
la Jurisprudencia. Especial sobre el fallo del Tribunal Constitucional: Caso de Bedoya de
Vivanco. N.o 41. Lima: Gaceta Jurídica editores, 2002.
10 GIMENO SENDRA, Vicente. «El proceso de Habeas corpus». Madrid: Tecnos, 1985, 237 p.;

asimismo SORIANO, Ramón. El derecho del Hábeas corpus. Madrid, El Congreso de los
Diputados, Serie IV: Monografías N.o 6, 1986, p. 307.
15
contravención no pueda ser objeto de protección en sede
constitucional.

D. Los jueces haciendo una interpretación


contraria a los principios y garantías
constitucionales se inhiben de proteger el
derecho a la libertad de la favorecida

2.39. Los jueces integrantes de la Tercera Sala Constitucional de Lima han


indicado que: “(…) queda plenamente evidenciado para el Colegiado
que la parte demandante persigue en realidad que la justicia
constitucional realice un reexamen de los hechos y una calificación
jurídica y un nuevo juicio de subsunción de las conductas atribuidas a
la favorecida, en el proceso penal subyacente, sustentado en una nueva
y diferente valoración a la realizada por el juez penal ordinario
demandado en el mencionado proceso subyacente; y de ese modo
dejar sin efecto las resoluciones judiciales penales dictadas contra la
beneficiaria; aspectos que, por lo demás, ya han sido materia de
análisis, oportunamente, por parte del órgano jurisdiccional
competente”.

2.40. La beneficiaria no persigue como erradamente sostiene el Ad-Quem,


que la justicia constitucional realice un reexamen de los hechos, una
calificación jurídica y un nuevo juicio de subsunción de las conductas
atribuidas como delito a la Sra. Keiko Fujimori Higuchi.

2.41. Contrario a lo que dice la Tercera Sala Constitucional de Lima, la


pretensión contenida en la presente demanda tiene especial
trascendencia constitucional y tiene por objeto que el juez
constitucional realice un control estrictamente constitucional, pues, así

16
nos habilita la Constitución, el Código Procesal Constitucional y la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional.

2.42. En efecto, en el ámbito de la justicia constitucional, si bien el juzgador


constitucional no puede invadir el ámbito de lo que es propio y exclusivo
del juez ordinario, dicha premisa tiene como única y obligada excepción
la tutela de los derechos fundamentales, pues es evidente que allí
donde el ejercicio de una atribución exclusiva vulnera o amenaza un
derecho reconocido por la Constitución, se tiene, porque el
ordenamiento lo justifica, la posibilidad de reclamar protección
especializada en tanto es ese el propósito por el que se legitima el
proceso constitucional dentro del Estado Constitucional de Derecho11.

2.43. El Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Expediente Nº


08125-2005-HC/TC señala que el juez constitucional tiene la potestad
de fiscalizar que el juez ordinario no haya vulnerado o amenazado un
derecho procesal con valor constitucional como la tutela judicial efectiva
y el debido proceso:

“§ 2. Determinación del objeto del proceso


constitucional de habeas corpus
5. En reiterada jurisprudencia, emitida por este Supremo
Tribunal, se ha establecido que el Tribunal Constitucional
no es instancia en la que pueda dictarse pronunciamiento
tendiente a determinar si existe, o no, responsabilidad
penal del inculpado, ni tampoco la calificación del tipo penal
en que este hubiera incurrido, toda vez que tales cometidos
son exclusivos de la jurisdicción penal ordinaria. Sin
embargo, debe quedar plenamente establecido que si bien
el juzgador constitucional no puede invadir el ámbito de lo
que es propio y exclusivo del juez ordinario, en los términos
que aquí se exponen, dicha premisa tiene como única y
obligada excepción la tutela de los derechos
fundamentales, pues es evidente que allí donde el
ejercicio de una atribución exclusiva vulnera o
amenaza un derecho reconocido por la Constitución,

11Ver: Las resoluciones recaídas en los expedientes N.° 3282-2004-HC/TC. FJ. N.° 2. Caso:
Almeyda Tasayco; N.° 03595-2007-HC/TC FJ. 5. Caso: Bethsavil Franco Mercado; N.° 03873-
2013-HC/TC. FJ. N.° 7. Caso: Roberto Yanqui Quispe.
17
se tiene, porque el ordenamiento lo justifica, la
posibilidad de reclamar protección especializada en
tanto es ese el propósito por el que se legitima el
proceso constitucional dentro del Estado
constitucional de derecho.
6. No se trata naturalmente de que el juez
constitucional, de pronto, termine revisando todo lo
que hizo un juez ordinario, sino, específicamente,
que fiscalice si uno o algunos de los derechos
procesales con valor constitucional están siendo
vulnerados. Para proceder de dicha forma existen
dos referentes de los derechos de los justiciables: la
tutela judicial efectiva como marco objetivo y el
debido proceso como expresión subjetiva y específica,
ambos previstos en el artículo 139°, inciso 3 de la
Constitución Política del Perú.
(…)
8. Particularmente, si bien el proceso de habeas corpus no
tiene por objeto proteger en abstracto el derecho al debido
proceso, en el presente caso, habida cuenta que las
vulneraciones aducidas no sólo implican la
observancia del derecho al debido proceso sino que
incidiría en el ejercicio de la libertad individual de los
beneficiarios, el Tribunal Constitucional tiene
competencia ratione materiae, para evaluar la
legitimidad constitucional de los actos considerados
lesivos.”

2.44. En este orden de ideas, es importante tener en cuenta que el proceso


de habeas corpus contra las resoluciones judiciales habilita el mismo,
cuando se encuentra en conflicto la libertad, el principio de legalidad
penal y el derecho a la obtención de resoluciones fundadas en derecho,
esta última, comporta a su vez la observancia de la tutela procesal
efectiva.

2.45. A tenor de lo anterior, es posible que el juez constitucional dentro de


sus funciones pueda equiparar las funciones del juez ordinario y actuar
en primacía o privilegio de la protección de los derechos fundamentales

18
de la persona afectada, siempre que se evidencie la lesión del derecho
invocado.

“Conviene recordar que este Tribunal, en reiterada jurisprudencia,


ha establecido que no es función del juez constitucional proceder a
la subsunción de la conducta en un determinado tipo penal;
a la calificación específica del tipo penal imputado; a la
resolución de los medios técnicos de defensa; a la realización de
diligencias o actos de investigación; a efectuar el reexamen o
revaloración de los medios probatorios, así como al
establecimiento de la inocencia o responsabilidad penal del
procesado, pues, como es evidente, ello es tarea exclusiva del juez
ordinario, que escapa a la competencia del juez constitucional, a
menos que se evidencia lesión a un derecho fundamental
(…)”12.

2.46. A su vez, ha sostenido que sólo excepcionalmente se podrá efectuar el


control constitucional de una resolución judicial por afectación del
principio de legalidad penal. En concreto, esto es en aquellos casos en
los que, al aplicar un tipo penal o imponer una sanción, el juzgador
penal se aparta del tenor literal del precepto o cuando la aplicación de
un determinado precepto obedezca a pautas interpretativas
manifiestamente inadecuadas, extravagantes o irrazonables,
incompatibles con el ordenamiento constitucional y su sistema material
de valores.13

2.47. Así también, en el Expediente N° 00413-2021-PHC/TC, se establece


una consideración importante para el tratamiento del habeas corpus,
así se señala que:

“(…) hay casos excepcionales en que la Justicia


Constitucional puede ingresar a revisar, por ejemplo, a la
subsunción de la conducta en un determinado tipo penal, la
dilucidación de la responsabilidad penal, la aplicación o

12Expediente n° 01162-2023-PHC/TC, FJ. 4.


13[Cfr. STC 2758-2004-HC/TC]. (Cfr. Exp. 03691-2009-HC/TC. FJ 5. Caso: Luz Emérita
Sánchez Chávez.
19
inaplicación de acuerdos plenarios, los juicios de reproche penal de
culpabilidad o inculpabilidad, la variación de medidas restrictivas de
la libertad, la interpretación y la aplicación de normas legales, entre
otros. Ello se da, insisto, cuando se ha producido la violación
de algún derecho fundamental o se ha afectado la
Constitución de alguna forma, lo cual incluye a sus
principios, valores e institutos, entre otros aspectos
inherentes a la misma.”14

2.48. En otro caso, el intérprete de nuestra Constitución estableció la


posibilidad de instaurar un proceso constitucional de habeas corpus
ante la afectación al principio de legalidad.a

“Al respecto este Colegiado concluyó en que sólo


excepcionalmente cabe efectuar un control constitucional
sobre una resolución judicial por afectación del principio de
legalidad penal y, en concreto, sólo en aquellos casos en los
que al aplicar un tipo penal o imponer una sanción el juez
penal se aparte del tenor literal del precepto o cuando la
aplicación de un determinado precepto obedezca a pautas
interpretativas manifiestamente extravagantes o
irrazonables, incompatibles con el ordenamiento
constitucional y su sistema material de valores. En
consecuencia, en la justicia ordinaria se establece la
culpabilidad o inocencia del imputado, determinando en el caso
si se da el supuesto de hecho previsto en la norma y sobre la base
de consideraciones de orden penal, de acuerdo con la alternativa
que ofrezca la dogmática penal que se estime más adecuada; la
justicia constitucional, en cambio, se encarga de determinar si la
resolución judicial cuestionada afecta a derechos
constitucionales.” 15

2.49. Lo anterior guarda coherencia con lo dicho por el Tribunal Constitucional


cuando afirma que “La estructuración del proceso, la determinación y
valoración de los elementos de hecho, la interpretación del derecho
ordinario y su aplicación a los casos individuales son asuntos de los
tribunales competentes para tal efecto, y se encuentran sustraídos de

14 Fundamento de Voto del Magistrado Ernesto Blume Fortini.


15 Expediente n° 5694-2005-PHC/TC, FJ 3.
20
la revisión posterior por parte del Tribunal Constitucional (…); sólo en
caso de la violación de un derecho constitucional específico por
parte de un tribunal, puede el Tribunal Constitucional (…) entrar
a conocer el asunto (…). Los procesos de subsunción normales dentro
del derecho ordinario se encuentran sustraídos del examen posterior
del Tribunal Constitucional (…), siempre y cuando no se aprecien
errores de interpretación relacionados fundamentalmente con una
percepción incorrecta del significado de un derecho fundamental,
especialmente en lo que respecta a la extensión de su ámbito de
protección, y cuando su significado material también sea de alguna
importancia para el caso legal concreto”.16

2.50. Con mayor razón cuando el máximo intérprete de la Constitución tiene


fijado que, “los derechos fundamentales que la Constitución ha
reconocido no solo son derechos subjetivos, sino también
constituyen el orden material de valores en los cuales se
sustenta todo el ordenamiento constitucional (…). Esta última
dimensión objetiva de los derechos fundamentales se traduce, por un
lado, en exigir que las leyes y sus actos de aplicación se realicen
conforme a los derechos fundamentales (efecto de irradiación de los
derechos en todos los sectores del ordenamiento jurídico) y, por otro,
en imponer, sobre todos los organismos públicos, un "deber especial
de protección" de dichos derechos.”17

2.51. En este sentido, la protección que dispensa el proceso de Hábeas


Corpus tiene como fin primordial la vigencia de los derechos, principios
y garantías que emanan de nuestra Norma Fundamental en relación
con la libertad y aquellos derechos conexos con ella. De ahí que,
podemos advertir en concordancia con la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, que el juez constitucional esta expedito para revisar el

16 Expediente n.° 9746-2005-PHC/TC, FJ 4; n.° 0575-2006-PA/TC, FJ 4.


17 Expediente n.° 3510-2003-AA/TC, FJ 2.
21
derecho ordinario cuando concurra una vulneración a los derechos
fundamentales, tal como en el presente caso.

2.52. Tal condición se presenta en el caso objeto de esta demanda, donde se


ha vislumbrado un proceso penal palmariamente irregular, fuera del
marco legal e inconstitucional seguido en contra de la señora Keiko
Sofía Fujimori Higuchi, en donde el Estado a través de sus organismos
de promoción de la sanción penal y de garantía de sus derechos, ha
evadido la primacía de la Constitución, efectivizando serias y negativas
vulneraciones a la libertad, el principio de legalidad y el derecho a la
obtención de resoluciones fundadas en derecho.

2.53. En ese sentido, el proceso instaurado en contra de la beneficiaria es


nulo desde un inicio, pues, no solo se han afectado la libertad de la
beneficiaria de forma preliminar y preventiva con resoluciones
inconstitucionales, sino que actualmente tiene una restricción a su
libertad por una medida de comparecencia con restricciones y que
además se pretende volver a privarla de su libertad
inconstitucionalmente, esta vez, imputándole hechos que no
constituyen delito en clara afectación a sus derechos fundamentales.
Por ello, contrario a la interpretación de la Tercera Sala Constitucional
de Lima, existe una pretensión fundada en hechos de índole
constitucional que deben ser analizados por los jueces constitucionales.

E. El Ad-Quem incurre en una indebida


motivación de las resoluciones judiciales

2.54. El máximo intérprete de nuestra constitución establece que el derecho


a la debida motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del
justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las
resoluciones no se encuentren justificadas en el mero capricho de los

22
magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento
jurídico o los que se derivan del caso18.

2.55. La debida motivación de una resolución judicial es la garantía que tiene


el justiciable frente a la posible arbitrariedad judicial, lo cual implica
que las decisiones sean erigidas bajo sólida justificación externa e
interna; esto es, que lo decidido sea consecuencia de un razonamiento
coherente, objetivo y suficiente. Dicha garantía se encuentra
expresamente reconocida en el inciso 5 del artículo 139 de la
Constitución Política del Perú, según el cual, es principio de la función
jurisdiccional19.

2.56. Sin embargo, y aún teniendo en cuenta los pronunciamientos


mencionados los jueces integrantes de la Tercera Sala Constitucional
de Lima evitaron pronunciarse sobre los puntos expresados en la
apelación de la demanda de hábeas corpus. Omitiendo realizar una
motivación debida, es decir, incurriendo en una motivación
inexistente20 sobre la vulneración de obtener una resolución fundada
en derecho, el principio de legalidad y notable violación del derecho a
la libertad.

2.57. Asimismo, conforme lo ha destacado este Tribunal21, [la motivación


cualificada] resulta indispensable para especial justificación en el caso
de decisiones de rechazo de la demanda, o cuando, como producto de
la decisión jurisdiccional, se afecta un derecho fundamental como el de
la libertad. En estos casos, la motivación de la sentencia opera como

18 Exp. N° 0896-2009-PHC/TC, Fundamento 7.


19 Casación N° 978-2023/Huaura, Fundamento 11.
20 Está fuera de toda duda que se viola el derecho a una decisión debidamente motivada cuando

la motivación es inexistente o cuando la misma es solo aparente, en el sentido de que no da


cuenta de las razones mínimas que sustentan la decisión o de que no responde a las alegaciones
de las partes del proceso, o porque solo intenta dar un cumplimiento formal al mandato,
amparándose en frases sin ningún sustento fáctico o jurídico (Exp. N° 0896-2009-PHC/TC,
Fundamento 7)
21 Exp. N° 0896-2009-PHC/TC, Fundamento 7.

23
un doble mandato, referido tanto al propio derecho a la justificación de
la decisión como también al derecho que está siendo objeto de
restricción por parte del Juez o Tribunal.

2.58. Es así como, la resolución apelada omite brindar una motivación debida
sobre la vulneración al principio de legalidad, cuya transgresión
desencadena en una amenaza inminente a la libertad de la señora Keiko
Sofia Fujimori Higuchi. Contrario a ello, incluso incurre en error,
sosteniendo que la presente causa sería una acción de amparo cuando
la misma se trata de un proceso de Habeas Corpus.a

2.59. Asimismo, no se pronunció sobre la violación al derecho de una


resolución fundada en derecho, señalando de manera escueta que, no
es labor de la justicia constitucional el resolver asuntos de mera
legalidad, menos aún, valorar o subsumir nuevamente los hechos,
alegaciones que no se encuentran plasmadas en nuestra demanda de
Habeas Corpus.

2.60. En efecto, no le hemos pedido a los jueces integrantes de la Tercera


Sala Constitucional de Lima que valoren hechos, que hagan
calificaciones jurídicas, menos aún, le hemos solicitado que realicen una
subsunción nueva de los hechos como equivocadamente sostienen.

2.61. En concreto, hemos indicado que, a la Sra. Keiko Fujimori Higuchi se le


viene procesando por un hecho que no estaba previsto expresamente
en la ley penal (legalidad) y, en segundo lugar, cuando se le solicitó al
juez la exclusión del presente proceso a través del mecanismo de
excepción de improcedencia de acción (el hecho no constituye delito),
el juez penal emitió una decisión sin que esta se encuentre fundada en
derecho. Ambas violaciones al debido proceso afectan directamente la

24
libertad individual de Keiko Fujimori (comparecencia con restricciones)
y amenazan con una afectación aún mayor (pena privativa de libertad).

2.62. Obviando el hecho de que la resolución que declaró infundada la


excepción de improcedencia de acción, tuvo por consecuencia la actual
intromisión en la esfera de libertad de la recurrente, al servir para
fundamentar las medidas de comparecencia con restricciones. Y, de
manera aún más gravosa, sirvió para incrementar el latente peligro de
la recurrente a ser pasible de una condena privativa de libertad de no
menos de 32 años, por lo que no existe una explicación detallada de
las razones por las cuáles nuestra demanda de Habeas Corpus
resultaría improcedente, pues, los hechos y fundamentos que
sustenten la demanda están referidos al contenido constitucionalmente
protegido del derecho a la libertad personal.

2.63. En atención a ello, corresponde al Tribunal Constitucional conocer el


presente recurso de Agravio Constitucional a fin de controlar la validez
constitucional de las resoluciones judiciales plasmadas en nuestra
demanda de Habeas Corpus.

POR LO EXPUESTO:
Señor Presidente, SOLICITO, muy respetuosamente, dé trámite al presente
recurso y se eleven los actuados al Tribunal Constitucional, y en su
oportunidad se declare FUNDADO el Recurso de Agravio Constitucional
interpuesto, y en consecuencia FUNDADA la demanda constitucional de
Habeas Corpus en todos sus extremos interpuesto a favor de la señora Keiko
Fujimori Higuchi.
Lima, 18 de junio de 2024

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