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EXPEDIENTE :

ESPECIALISTA :
ESCRITO : 01-2019
SUMILLA : INTERPONGO DEMANDA
CONSTITUCIONAL DE HÁBEAS CORPUS

SEÑOR JUEZ DE TURNO ESPECIALIZADO EN LO CONSTITUCIONAL


DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA.

GIULLIANA LOZA AVALOS, identificada con DNI n° 21880598, con


domicilio procesal en Pasaje Juan Bautista Pigalle N° 180, Puerta N°
101, Interior 401 (al costado de la Av. San Borja Sur N° 247), San
Borja, Lima; señalando Casilla Electrónica SINOE 54369 con correo
estudiolozavalos@gmail.com, interpongo demanda de habeas
corpus, conforme a los fundamentos que, con todo respeto a Ud.,
expongo:

De conformidad con lo estipulado en el artículo 200°, inciso 1 de la Constitución


Política del Perú, así como en lo previsto en el artículo 25°, inciso 1) de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el artículo 2°, inciso 3.a)
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, INTERPONGO DEMANDA
CONSTITUCIONAL DE HABEAS CORPUS, a favor de la señora KEIKO SOFÍA
FUJIMORI HIGUCHI al haberse VULNERADO SU DERECHO A LA LIBERTAD
PERSONAL en conexidad con el PRINCIPIO DE LEGALIDAD PENAL y el DERECHO
A LA OBTENCIÓN DE RESOLUCIONES FUNDADAS EN DERECHO, afectaciones
cometidas en el marco del Expediente n° 00299-2017-186.

I. PRETENSIÓN CONSTITUCIONAL

Mediante la presente demanda constitucional de Habeas Corpus pretendo,


se DECLAREN NULAS LAS RESOLUCIONES CITADAS, Y AL NO TENER
EFECTOS LEGALES, SE ARCHIVE EL PROCESO SEGUIDO EN SU CONTRA,
respecto de:

• Resolución N° 35 (incidente 186), de fecha 12 de setiembre de 2022,


emitida por el Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional,
que declaró infundada la excepción de improcedencia de acción
deducida por la defensa de la beneficiaria por el delito de lavado de
activos.

1
• Resolución N° 46 (incidente 186), de fecha 06 de octubre de 2022,
emitida por el Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional,
que declaró infundada la excepción de improcedencia de acción
deducida por la defensa de la beneficiaria por el delito de
organización criminal.
• Resolución N° 110 (incidente 186), de fecha 30 de noviembre de
2023, emitida por el Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria
Nacional, que dispuso dictar auto de enjuiciamiento en su contra, por
la presunta comisión del delito de lavado de activos.
• A consecuencia de ello, se declare la nulidad de todos los actos
precedentes del citado proceso desde el inicio de las diligencias
preliminares llevadas a cabo en la Carpeta Fiscal n° 55-2017
(acumulada Carpeta Fiscal 80-2017 y 12-2016).

Por tratarse de decisiones judiciales manifiestamente inconstitucionales


que afectan gravemente el derecho a la libertad de la señora Keiko Sofía
Fujimori Higuchi, al haberse iniciado y desarrollado un proceso penal en su
contra, sin que los hechos atribuidos constituyan delito, entre otros, delito
de lavado de activos y organización criminal, perseguible penalmente. En
consecuencia, AL NO TENER EFECTOS LEGALES LAS CITADAS
RESOLUCIONES, SE ARCHIVE EL PROCESO PENAL SEGUIDO EN SU
CONTRA. La inconstitucionalidad yace ante una amenaza latente, cierta e
inminente por la que en el proceso penal que se le sigue se requiere una
pena privativa de libertad en su contra, esto es, se manifiesta la
vulneración al derecho fundamental de la libertad individual, el principio
de legalidad penal, así como el derecho a la obtención de resoluciones
fundadas en derecho.

II. IDENTIFICACIÓN DE LOS DEMANDADOS CON LA PRESENTE ACCIÓN DE


GARANTÍA TUITIVA DE LA LIBERTAD INDIVIDUAL

a) VICTOR RAUL ZUÑIGA URDAY


Juez del Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional

La notificación al señor magistrado del Cuarto Juzgado de Investigación


Preparatoria Nacional deberá realizarse en el Edificio Sala Penal
Nacional, Av. Tacna n° 734 – Cercado de Lima, Provincia y Departamento
de Lima.

2
Asimismo, de conformidad con lo establecido por el artículo 5° del Código
Procesal Constitucional, y para asegurar la validez de la relación jurídica
procesal, SOLICITO que se emplace con la demanda al Procurador Público
encargado de la defensa de los asuntos del Poder Judicial, a quien se le
notificará en Av. Petit Thouars N° 3943 - San Isidro, Provincia y
Departamento de Lima.

III. LEGITIMACIÓN PROCESAL DE LA DEMANDA INTERPUESTA

1. La presente demanda tiene por objeto que el juez realice un control


estrictamente constitucional conforme lo habilita la Constitución, el
Código Procesal Constitucional y la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional. En efecto, la presente demanda de habeas corpus se
plantea a fin de salvaguardar los derechos fundamentales de la señora
Keiko Sofía Fujimori Higuchi que han sido vulnerados con ocasión de la
emisión de las resoluciones judiciales contra las que se plantea la
presente demanda, estableciéndose para ello que las mismas no superan
satisfactoriamente el examen y/o control de constitucionalidad exigido.

2. En cuanto a la legitimidad procesal para la presentación de la presente


demanda de hábeas corpus, debe tenerse en cuenta lo regulado en el
artículo 31° del Código Procesal Constitucional que dispone “La demanda
puede ser interpuesta por la persona perjudicada o por cualquier otra en
su favor, sin necesidad de tener su representación. Tampoco requerirá
firma del letrado ni otra formalidad. También puede interponerla la
Defensoría del Pueblo”.

3. Como puede verse, el artículo 31 del Código Procesal Constitucional


regula la legitimación activa en el proceso de hábeas corpus. Del propio
texto legal citado se desprende claramente que la legitimación activa en
este proceso constitucional -por su trascendencia- es absolutamente
amplia. Es decir, puede interponer la demanda no solo el propio afectado
sino cualquier otra persona. Es lo que se denomina actio populis.

4. En este orden de ideas, dado que la presente demanda de habeas corpus


es interpuesta por motivo de un acto u omisión nocivo al ejercicio del
derecho de la beneficiaria, cualquier persona se encuentra plenamente
legitimada para acudir a la administración de justicia con el propósito de
obtener un pronunciamiento destinado a preservar el pleno ejercicio de
su libertad y sus derechos conexos; y resulta incuestionable que se

3
cumple el requisito de legitimidad procesal que la norma procesal
constitucional exige.

IV. ANTECEDENTES

5. Los hechos que sustentan la presente demanda tienen que ver con el
procesamiento inconstitucional en sede penal seguido en contra de la
señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi, a quien actualmente se ha emitido
auto de enjuiciamiento por los delitos de organización criminal, lavado de
activos, obstrucción a la justicia, falsa declaración en procedimiento
administrativo, y se le ha citado a juicio para el 1 de julio de 2024.

6. En la etapa de investigación preliminar, la señora Keiko Sofía Fujimori


Higuchi fue detenida dentro de la sede del Ministerio Público cuando
acudía a cumplir con la citación programada por la propia fiscalía, a razón
de un auto de detención preliminar de fecha 09 de octubre del 2018;
auto que fue emitido el mismo día en que la fiscalía presentó dicho
requerimiento. Esta decisión fue declarada luego nula, al haberse
advertido flagrantemente un claro copia y pega del requerimiento fiscal a
la decisión judicial. Sin embargo, ello conllevó a que la señora Fujimori
Higuchi estuviera privada de su libertad por 8 días.

7. En el marco del primer pedido de prisión preventiva en contra de la


señora Keiko Fujimori Higuchi, se llevaron a cabo diversas audiencias con
una serie de trasgresiones al debido proceso como la incorporación de
elementos en pleno desarrollo de estas sin respetar el derecho de
defensa, llegándose a emitir una orden de prisión preventiva en su contra
estando pendiente aún el debate respecto a los demás imputados.

8. Posteriormente, luego de obtener su libertad a través de un


pronunciamiento del Tribunal Constitucional, la fiscalía persistió, por
segunda vez, con requerir la privación de su libertad con el mismo
requerimiento fiscal que ya había sido materia de análisis por el supremo
interprete de la Constitución, advirtiéndose las serias deficiencias de
este. Esto conllevó a que el Juez -el mismo que luego emitiría el auto de
enjuiciamiento y rechazara la excepción de improcedencia de acción
deducido a favor de la señora Fujimori Higuchi-, desconociendo los
criterios establecidos en la sentencia del máximo intérprete de la
Constitución, ordene una segunda prisión preventiva. Esta decisión fue
luego revocada por la Segunda Sala Penal de Apelaciones Nacional.

4
9. En concreto, a la señora Keiko Fujimori Higuchi se le afectó, además del
tiempo que duró su inconstitucional detención preliminar, directa e
inconstitucionalmente su derecho a la libertad, del 31.10.2018 al
29.11.2019 (13 meses en la primera prisión preventiva); y, del 20.01.2020
al 03.05.2020 (3 meses y 13 días en la segunda prisión preventiva). De lo
que se tiene, se le vulneró su derecho a la libertad personal por 16 meses
y 16 días a través de decisiones inconstitucionales, e incluso en desacato
a un mandato establecido por el Tribunal Constitucional que reestableció
la vigencia de sus derechos.

10. Las afectaciones continuaron durante el desarrollo de la investigación


preparatoria con actos de fuera del marco legal y constitucional (como el
traslado de documentos de otras carpetas fiscales en las que no había
participado la defensa) o la apurada formulación de la acusación, pese a
la existencia de actos de investigación judicialmente decretados que se
encontraban pendiente de realización, en plena contienda electoral en el
2021.

11. En la etapa intermedia, sumamente prolongada por las abundantes


deficiencias de un requerimiento acusatorio fiscal que fue indebida y
permisiblemente saneado por el Juez de Garantías, conllevó a que esta
fase procesal que tiene por objeto controlar la correcta postulación de la
acusación termine siendo una mera formalidad. Fue en esta etapa en la
que se declaró infundada la excepción de improcedencia de acción
(Resolución n° 35, de fecha 12 setiembre de 2022 -por el delito de lavado
de activos- y Resolución n° 46, de fecha 03 de octubre de 2022 -por el
delito de organización criminal-), en tanto, se ha dado como valido un
hecho atípico y sin realizar un análisis de la imputación conforme lo exige
la ley y la Constitución; de ahí que, dichas resoluciones vulneran el
principio de legalidad penal y el derecho a obtener resoluciones fundadas
en derecho, accionar que representa una vulneración a su derecho a la
libertad, siendo que, estas decisiones judiciales permitieron apartándose
de la ley y la Constitución que se emita el auto de enjuiciamiento y su
posterior citación a juicio oral en contra de la señora Fujimori Higuchi.

V. HECHOS

12. En la etapa intermedia del proceso penal que se le sigue a la señora


Keiko Fujimori Higuchi, el juez de investigación preparatoria demandado

5
vulneró su derecho al debido proceso en clara contravención al principio
de legalidad y el derecho a la obtención de resoluciones fundadas en
derecho, al declarar infundada su excepción de improcedencia de acción,
dando así validez a una imputación fiscal que se aleja del marco legal y
constitucional, dando, además, luego pase a juicio oral al dictar el auto
de enjuiciamiento.

13. Por su parte, los magistrados superiores, a pesar de que existen diversos
casos a nivel nacional, en donde es factible recurrir una resolución en
etapa intermedia que cuestiona la tipicidad y antijuricidad del hecho
(excepción de improcedencia de acción), denegaron la posibilidad de
cuestionar la resolución del Juzgado de Investigación Preparatoria que
vulnera el principio de legalidad penal y el derecho a la obtención de
resoluciones fundadas en derecho, esto es, la propia justicia ordinaria
despojó a la señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi de la posibilidad de
acceder a la tutela del Estado.

14. Es más, el Juez permitió que el Ministerio Público agregue medios


probatorios a su requerimiento acusatorio, a pesar de que ya había
precluido1 la posibilidad de incorporar mayor aporte probatorio,
situación que fue cuestionada por las diversas defensas, pero que el Juez
validó.

15. Ahora bien, el auto de enjuiciamiento establece como base el


requerimiento acusatorio del 19 de agosto de 2022, así señala: “Para una
mejor ubicación del órgano jurisdiccional competente para el
juzgamiento, el órgano jurisdiccional ha empleado la nomenclatura de los
hechos acusados conforme al requerimiento subsanatorio del 19 de
agosto de 2022; sin perjuicio de dejar constancia que esa misma
nomenclatura y orden ha sido empleado a lo largo de las sesiones de
audiencia de etapa intermedia.” (pág. 31). Sin embargo, lo único que se
aprecia de ello, es que el Juzgado ha copiado y pegado el requerimiento
fiscal, sin atender mínimamente el debate producido en las diversas
audiencias.

16. El procesamiento penal seguido a la señora Keiko Fujimori Higuchi se ha


desarrollado violando el principio de legalidad reconocido en el artículo

1
El Tribunal Constitucional en el Expediente N° 6712-2005-HC/TC, FJ. 26, señaló: “Preclusión o
eventualidad: En todo proceso existe la oportunidad para solicitar la admisión de medios probatorios,
pasado dicho plazo, no tendrá lugar la solicitud probatoria.”

6
2, inciso 24, literal d) de la Constitución, pues se le acusa de los delitos de
lavado de activos y organización criminal por hechos que no están
tipificados así en la ley penal. Asimismo, habiéndosele solicitado al juez el
sobreseimiento de la causa por estos delitos por medio de una excepción
de improcedencia de acción, al carecer de relevancia típica los hechos
materia de acusación, el juez ha emitido una arbitraria resolución,
amparándose se argumentos sin ninguna base jurídica, violando
manifiestamente el derecho constitucional de todo justiciable a obtener
una resolución judicial fundada en derecho.

VI. PETITORIO

17. Las violaciones antes referidas a las reglas básicas del debido proceso
inciden directamente en la libertad individual de la beneficiaria del
presente hábeas corpus, pues producto del presente proceso se le ha
impuesto una medida de comparecencia con restricciones, esto es, la
mantienen sometida a un proceso penal con restricciones a su libertad
ambulatoria y existe una seria amenaza a que finalmente se le prive
completamente de su libertad por medio de la imposición de una pena
privativa de libertad.

18. Ante los hechos descritos que violan flagrante y manifiestamente el


derecho a la libertad individual en el marco de un proceso penal en el
que no se respeta el principio de legalidad y el derecho a obtener una
resolución fundada en derecho, la presente demanda presenta un
hábeas corpus reparador (por las restricciones existente que impone la
comparecencia al proceso penal), preventivo (por la amenaza seria a la
imposición inconstitucional de una pena privativa de libertad) y conexo
(dado que la violación a la libertad individual produce por medio de una
violación conexa a componentes esenciales del debido proceso penal
como son el principio de legalidad y el derecho a obtener una resolución
fundada en Derecho), conforme se sustenta a continuación.

VII. PROCEDENCIA DE LA DEMANDA CONSTITUCIONAL DE HABEAS CORPUS

V.1. No se presenta ninguna causal de improcedencia

19. La presente demanda no incurre en ninguna de las causales establecidas


en el art. VII del Código Procesal Constitucional.

7
“Art. 7. No proceden los procesos constitucionales cuando:

1. Los hechos y el petitorio de la demanda no están referidos en


forma directa al contenido constitucionalmente protegido.
2. Existen vías procedimentales específicas, igualmente satisfactorias.
(…).”

20. En especial, debe resaltarse que la violación al derecho constitucional a la


libertad individual por medio de una violación conexa al debido proceso
penal (principio de legalidad y derecho a una resolución fundada en
Derecho) es manifiesta y afecta el contenido esencial de los derechos
antes mencionados. Por un lado, la libertad ambulatoria se encuentra ya
restringida por medio de un conjunto de restricciones que se le han
impuesto a la beneficiaria de este hábeas corpus en el proceso penal, sin
olvidar que, en anteriores ocasiones, como se mencionó, se le ha dictado
incluso una detención preliminar y dos prisiones preventivas que la
justicia constitucional ha revocado por su arbitrariedad e
inconstitucionalidad; y, actualmente tiene vigente una medida de
comparecencia con restricciones desde abril del año 2020.

21. Por otro lado, el hecho que se le atribuye no cumple abiertamente con
las exigencias típicas de los delitos imputados de lavado de activos y
organización criminal, por lo que se le está procesando por un hecho que,
al tiempo de su comisión, no se encontraba sancionado por la ley penal. Y
finalmente, el pedido al juez demandado de que sobresea la causa contra
la beneficiaria de este hábeas corpus por tratarse de un hecho atípico
(excepción de improcedencia de acción) ha sido denegado por medio de
una resolución judicial que se apoya en alegaciones sin ningún respaldo
jurídico.

22. La vulneración a los derechos constitucionales antes referidos es


manifiesta, pues constituyen una violación evidente y clara de los
derechos que resguarda nuestra Norma Fundamental. Se trata de una
transgresión patente y fácilmente identificable que esté protegida por la
legislación y los tratados internacionales. Cuando se habla de vulneración
en forma manifiesta, se está haciendo referencia a situaciones en las que
la violación de los derechos fundamentales es tan evidente y notoria que
no requiere una interpretación compleja o extensa para ser reconocida.
Puede incluir actos o decisiones que de manera clara y directa atentan
contra la libertad.

8
23. En el desarrollo de un proceso penal, existe un conflicto jurídico entre
partes, por un lado, el Estado a través del Ministerio Público pretende
que se efectivice una sanción de índole penal y privativa de la libertad y,
por otro lado, el imputado pretende la realización o la vigencia de su
derecho a la libertad. Entonces, es claro y evidente que, como ha
sucedido en el proceso penal seguido a la señora Keiko Sofía Fujimori
Higuchi, se le vulnera flagrantemente y se limita gravemente su libertad
personal; pues se le ha iniciado y mantiene un proceso penal no solo
alejado del marco legal vigente, sino en clara violación a la base
constitucional que debe primar sobre cualquier interpretación que no sea
válida ni pertinente, en tanto ninguna persona puede ser procesada
menos pretenderse una sanción ahí donde los hechos no constituyen
delito; he aquí la justificación para instaurar una demanda de hábeas
corpus contra las resoluciones judiciales que vulneran la libertad
personal, el principio de legalidad penal y el derecho a la obtención de
resoluciones fundadas en derecho.

24. Con acierto, Obando Blanco sostiene que “El proceso es un instrumento
de tutela del derecho, de modo que, si se desnaturaliza por violación de
sus formas esenciales, el instrumento de tutela falla y con él sucumbe
inexorablemente el derecho de los justiciables; existe entonces la
necesidad de cuidar el proceso.” 2 En el caso de la señora Fujimori Higuchi
se han forzado todos los márgenes legales vigentes y constitucionales
que viabilizan legítimamente el procesamiento a un ciudadano. No ha
existido, pues, el mínimo reparo en respetarse las cláusulas básicas. Una
persecución penal no puede ser legitima, menos constitucional, si es que
reposa en hipótesis incriminatorias que vulneran el debido proceso.

25. De modo que, al tratarse de un proceso irregular e inconstitucional se


afectaría inexorablemente el derecho a la libertad, dejando de lado su
efectiva y plena vigencia. Ello, desde luego, no puede suceder en un
Estado constitucional de Derecho.

26. Por ende, la recarga del peso sancionador que promueve el Estado en
este proceso tiene como consecuencia la grave, latente y seria amenaza a
la libertad y el principio de legalidad, así como el derecho a la obtención
de resoluciones fundadas en derecho. Ello legitima la utilización del
proceso constitucional de hábeas corpus.

2 Obando Blanco, Víctor Roberto. El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva en la jurisprudencia, 2001, p. 60.

9
27. En el caso puesto en autos, se advierte que las resoluciones judiciales
cuestionadas representan una vulneración ostensible a la libertad
individual, el principio de legalidad y el derecho a la obtención de
resoluciones fundadas en derecho de la señora Keiko Sofía Fujimori
Higuchi. Tal circunstancia yace de la irregularidad del proceso instaurado
desde el inicio de la etapa de investigación, el rechazo de las excepciones
de improcedencia de acción deducidas por la defensa de la beneficiaria,
lo que conllevó a la emisión del auto de enjuiciamiento y la prosecución
de un proceso penal sobre la base de una imputación alejada del marco
legal y constitucional.

28. Asimismo, existe el riesgo latente e inminente de que la vigencia de sus


derechos sea gravemente afectada y, con base en esta situación, resulta
legitima la intervención de la justicia constitucional, como fuente
primordial para la protección de los derechos constitucionales afectados
o en grave peligro de afectación.

29. En ese sentido, la amenaza de violación de los derechos invocados debe


ser objeto de protección mediante el proceso constitucional, pues, esta
es cierta y de inminente realización, ante la manifiesta actuación fuera
del marco de la Ley y la Constitución por parte del ente persecutor y los
órganos judiciales, producto de ello se pretende un juicio oral
requiriendo una condena de 30 años y 10 meses en contra de la señora
Keiko Fujimori Higuchi, imputándole hechos que vulneran el principio de
legalidad penal y el derecho a obtener resoluciones fundadas en derecho,
es decir, un proceso en base a hechos que no son constituyen delito.

30. En ese sentido, existe certeza de la amenaza contra la libertad individual


de la beneficiara de la presente demanda de habeas corpus que, como
sostiene el Tribunal Constitucional, se debe tener “un conocimiento
seguro y claro de la amenaza a la libertad, dejando de lado conjeturas o
presunciones” 3. Como muestra de ello, es la reiterativa privación de la
libertad a la que se vio afectada la señora Keiko Fujimori Higuchi,
decisiones evidentemente fuera del marco legal y constitucional. Por ello
es que resulta inminente que se vuelva a atentar contra su derecho a la
libertad individual, lo cual es inconstitucional.

3
Expediente n° 2358-2007-HC/TC, FJ 5.

10
31. Tan es así que el acto vulnerador resulta inminente y que atenta contra
su libertad que actualmente está sujeta a medidas restrictivas a su
libertad (reglas de conducta). Además, se le está acusando y requiriendo
una pena privativa de libertad de 30 años y 10 meses por hechos que no
constituyen delito conforme a la Ley y a la Constitución. Todo ello hace
viable que el proceso constitucional de habeas corpus sea el medio
idóneo para controlar la legalidad, la aplicación adecuada de las normas
vigentes y constitucional de las resoluciones judiciales que vulneran su
derecho a la libertad, el principio de legalidad penal y el derecho a la
obtención de resoluciones fundadas en derecho.

32. De ahí que el proceso de habeas corpus constituye el mecanismo idóneo


para resguardar y prevenir la amenaza latente de inminente realización
contra sus derechos y que compatibiliza con la finalidad de este, esto es,
proteger los derechos constitucionales ante la amenaza negativa y
directa a sus derechos.

V.2. Procedencia del proceso de habeas corpus contra las resoluciones


judiciales

33. El artículo 9 del Código Procesal Constitucional regula la procedencia de


los procesos de habeas corpus respecto de las resoluciones judiciales, así,
prevé textualmente:

“(…)
El habeas corpus procede cuando una resolución judicial firme
vulnera en forma manifiesta la libertad individual y la tutela
procesal efectiva.

34. De ello se infiere que la admisión a trámite de una demanda de hábeas


corpus que cuestiona una resolución judicial procederá cuando:

 Exista resolución judicial firme


 El agraviado no ha dejado consentir la resolución que dice afectarlo
 Exista vulneración (o amenaza) manifiesta
 La vulneración agravie la libertad individual y la tutela procesal
efectiva

35. La exigencia de la resolución judicial firme no es otra condición que


aquella en la que la norma no ha previsto mayor posibilidad de control a

11
la decisión del órgano judicial. De ahí que, para la procedencia del hábeas
corpus contra resoluciones judiciales, es importante establecer que,
dentro del proceso judicial la resolución materia de control
constitucional, ha sido agotada en los términos que franquea la ley para
poder impugnarla.

36. En el caso de autos, se advierte que las resoluciones judiciales


cuestionadas han sido expedidas dentro del proceso penal en el
Expediente n.° 299-2017 (incidentes 186). Se trata de resoluciones que
deniegan el mecanismo de defensa técnico deducido (excepción de
improcedencia de acción) 4, que dicta el auto de enjuiciamiento en su
contra y que convoca para juicio oral. Sobre estas decisiones judiciales no
existe un mecanismo impugnatorio previsto que permita cuestionar su
validez, por lo que amerita ser corregido por el juez constitucional.

37. En el presente caso, tampoco la beneficiaria ha dejado consentir la


resolución que le ha causado una grave afectación a sus derechos
constitucionales, pues, siguiendo la línea jurisprudencial de la Corte Penal
Nacional en ese momento 5, se procedió a impugnar la decisión que
declaró infundado la excepción de improcedencia de acción en etapa
intermedia.

38. Sin embargo, en la tramitación del presente proceso, esto es, después de
haberse presentado el recurso de apelación, se publicó el III Pleno
Jurisdiccional de la Corte Penal Nacional, en el que se concluyó lo
siguiente: “No procede el recurso de apelación contra resoluciones
desestimatorias de excepciones de improcedencia de acción, tramitados y
resueltos en etapa intermedia, por cuanto el artículo 352.3 del CPP
establece que son impugnables vía recurso de apelación las resoluciones
estimatorias".

39. Ante tal situación, la resolución judicial quedó firme a nivel de la primera
instancia. Sin embargo, la protección de derechos constitucionales como
son la libertad individual, el respeto irrestricto a la legalidad penal y la
obtención de resoluciones judiciales fundadas en derecho no puede
depender, por razones de seguridad jurídica, de cambios
jurisprudenciales posteriores a la interposición del recurso de apelación
correspondiente. Por lo tanto, la resolución del juez que viola los

4
La Segunda Sala Penal de Apelaciones determinó que no cabe recurso impugnatorio.
5
Exp. 671-2021/Nacional. Caso Ollanta Humala y otros.

12
derechos constitucionales antes referidos adquirió firmeza en el
momento en el que la Segunda Sala Penal de Apelaciones Nacional
emitió las resoluciones judiciales de fecha 18 y 20 de diciembre de 2023,
por medio de la cual cambió su criterio en el sentido de que las
decisiones que desestiman las excepciones no son ya apelables.

40. No obstante, la inconstitucionalidad de la resolución judicial antes


referida es menester tener en consideración que la afectación deviene
desde el inicio de la investigación preliminar, en tanto, forzando un
marco de imputación contrario a la Constitución y a la ley, se instauró un
proceso en contra de la señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi sobre hechos
que no revisten los matices propios de un tipo penal ni eran aplicables a
las normas vigentes del delito de lavado de activos y organización
criminal, extendiéndose la vulneración de sus derechos a todo el
expediente judicial, con sus respectivos incidente.

41. Además del carácter firme de la resolución judicial materia de la presente


demanda, la decisión judicial de mantener procesada de forma
inconstitucional e ilegal a Keiko Fujimori Higuchi no se ha dejado
consentir. La prueba más clara de tal situación es que, conforme a la
jurisprudencia extendida en los tribunales penales, se presentó un
recurso de apelación para que la Sala de Apelaciones corrija la
inconstitucional decisión de primera instancia. Sin embargo, esta Sala se
escabulló de la responsabilidad de emitir un pronunciamiento de fondo,
asumiendo una posición interpretativa muy particular que cerró la
posibilidad de revisar la decisión de primera instancia.

42. Por otro lado, como ya se mencionó en el análisis de procedencia


general, la violación y amenaza de violación de la libertad individual de la
señora Keiko Fujimori Higuchi por medio de una afectación del contenido
esencial del principio de legalidad penal y el derecho a obtener una
resolución judicial fundada en Derecho, es manifiesta, pues no sólo los
antecedentes de detenciones preliminares y prisiones preventivas
inconstitucionales lo corroboran y de sobremanera las resoluciones que
declararon infundada las excepciones de improcedencia de acción
deducidas por la defensa de la beneficiaria respecto a los delitos de
lavado de activos y organización criminal que cuestionan una imputación
fiscal sobre hechos que no constituyen delito, así como el auto de
enjuiciamiento por el que se válida esta imputación contraria a los
preceptos legales y al marco Constitucional, sino también el hecho de

13
que la Sala de Apelaciones se haya negado a revisar la decisión del juez
de primera instancia que deniega la excepción de improcedencia de
acción, con una acusación que le pide una pena privativa de libertad de
30 años y 10 meses por hechos que no constituyen delito conforme a la
Ley y a la Constitución.

43. Finalmente, no hay duda de que la manifiesta y clara violación a los


derechos constitucionales de la señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi están
referidos a la libertad individual y la tutela procesales efectiva. Lo
primero porque desde ya el proceso penal actualmente en curso la tiene
sometida a diversas restricciones que afectan su libertad individual, a lo
que debe sumarse la grave, seria e inminente amenaza a la imposición de
una pena privativa de libertad de 30 años y 10 meses que se le pretende
imponer en un proceso que se mantiene, pese a la flagrante violación al
debido proceso y a la tutela procesal efectiva. Esto último es acreditado
indudablemente con las violaciones al principio de legalidad y el derecho
a obtener una resolución judicial conforme a Derecho.

V.3. El objeto de revisión constitucional

44. Precedentemente es menester aseverar que la pretensión contenida en


la presente demanda tiene especial trascendencia constitucional y tiene
por objeto que el juez constitucional realice un control estrictamente
constitucional, pues, así nos habilita la Constitución, el Código Procesal
Constitucional y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. De ahí que,
el proceso constitucional de habeas corpus prevé el resguardo de
salvaguardar los derechos fundamentales lesionados con ocasión de la
emisión de las resoluciones judiciales alejadas de la Ley y la Constitución.

45. En el ámbito de la justicia constitucional, si bien el juzgador


constitucional no puede invadir el ámbito de lo que es propio y exclusivo
del juez ordinario, dicha premisa tiene como única y obligada excepción
la tutela de los derechos fundamentales, pues es evidente que allí donde
el ejercicio de una atribución exclusiva vulnera o amenaza un derecho
reconocido por la Constitución, se tiene, porque el ordenamiento lo
justifica, la posibilidad de reclamar protección especializada en tanto es

14
ese el propósito por el que se legitima el proceso constitucional dentro
del Estado Constitucional de Derecho 6.

46. Ahora bien, es importante tener en cuenta que el proceso de habeas


corpus contra las resoluciones judiciales habilita el mismo, cuando se
encuentra en conflicto la libertad, el principio de legalidad penal y el
derecho a la obtención de resoluciones fundadas en derecho, esta
última, comporta a su vez la observancia de la tutela procesal efectiva.

47. A tenor de lo anterior, es posible que el juez constitucional dentro de sus


funciones pueda equiparar las funciones del juez ordinario y actuar en
primacía o privilegio de la protección de los derechos fundamentales de
la persona afectada, siempre que se evidencie la lesión del derecho
invocado.

“Conviene recordar que este Tribunal, en reiterada jurisprudencia,


ha establecido que no es función del juez constitucional proceder a
la subsunción de la conducta en un determinado tipo penal; a la
calificación específica del tipo penal imputado; a la resolución de
los medios técnicos de defensa; a la realización de diligencias o
actos de investigación; a efectuar el reexamen o revaloración de
los medios probatorios, así como al establecimiento de la
inocencia o responsabilidad penal del procesado, pues, como es
evidente, ello es tarea exclusiva del juez ordinario, que escapa a la
competencia del juez constitucional, a menos que se evidencia
lesión a un derecho fundamental (…)” 7

48. A su vez, ha sostenido que sólo excepcionalmente se podrá efectuar el


control constitucional de una resolución judicial por afectación del
principio de legalidad penal. En concreto, esto es en aquellos casos en los
que, al aplicar un tipo penal o imponer una sanción, el juzgador penal se
aparta del tenor literal del precepto o cuando la aplicación de un
determinado precepto obedezca a pautas interpretativas
manifiestamente inadecuadas, extravagantes o irrazonables,
incompatibles con el ordenamiento constitucional y su sistema material
de valores. 8

6 Ver: Las resoluciones recaídas en los expedientes N.° 3282-2004-HC/TC. FJ. N.° 2. Caso: Almeyda Tasayco; N.°

03595-2007-HC/TC FJ. 5. Caso: Bethsavil Franco Mercado; N.° 03873-2013-HC/TC. FJ. N.° 7. Caso: Roberto Yanqui
Quispe.
7 Expediente n° 01162-2023-PHC/TC, FJ. 4.
8 [Cfr. STC 2758-2004-HC/TC]. (Cfr. Exp. 03691-2009-HC/TC. FJ 5. Caso: Luz Emérita Sánchez Chávez.

15
49. Así también, en el Expediente n° 00413-2021-PHC/TC, se establece una
consideración importante para el tratamiento del habeas corpus, así se
señala que: “(…) hay casos excepcionales en que la Justicia
Constitucional puede ingresar a revisar, por ejemplo, a la subsunción de
la conducta en un determinado tipo penal, la dilucidación de la
responsabilidad penal, la aplicación o inaplicación de acuerdos plenarios,
los juicios de reproche penal de culpabilidad o inculpabilidad, la variación
de medidas restrictivas de la libertad, la interpretación y la aplicación de
normas legales, entre otros. Ello se da, insisto, cuando se ha producido la
violación de algún derecho fundamental o se ha afectado la
Constitución de alguna forma, lo cual incluye a sus principios, valores e
institutos, entre otros aspectos inherentes a la misma.” 9

50. El proceso de habeas corpus posee la facultad de examinar y emitir unas


decisiones en aquellos casos donde se identifique una conducta
evidentemente contraria a la vigencia de los derechos fundamentales
valores, principios, e instituciones que prevalecen de la Constitución,
esto es, no solamente interviene en situaciones procedimentales, sino
que, además, puede y debe tener injerencia en discusiones sustantivas
cuando la amenaza es evidente.

51. El fundamento de ello yace en la abierta protección de los procesos


constitucionales, en los que, de ninguna manera, pueden concebirse
como procesos restringidos en su ámbito de tutela. Bajo esa razón el juez
constitucional puede examinar y decidir si la justicia ordinaria cumple con
los estándares marcados en nuestra Norma Fundamental.

52. En otro caso, el intérprete de nuestra Constitución estableció la


posibilidad de instaurar un proceso constitucional de habeas corpus ante
la afectación al principio de legalidad.

“Al respecto este Colegiado concluyó en que sólo


excepcionalmente cabe efectuar un control constitucional sobre
una resolución judicial por afectación del principio de legalidad
penal y, en concreto, sólo en aquellos casos en los que al aplicar
un tipo penal o imponer una sanción el juez penal se aparte del
tenor literal del precepto o cuando la aplicación de un
determinado precepto obedezca a pautas interpretativas

9 Fundamento de Voto del Magistrado Ernesto Blume Fortini.

16
manifiestamente extravagantes o irrazonables, incompatibles
con el ordenamiento constitucional y su sistema material de
valores. En consecuencia, en la justicia ordinaria se establece la
culpabilidad o inocencia del imputado, determinando en el caso si
se da el supuesto de hecho previsto en la norma y sobre la base de
consideraciones de orden penal, de acuerdo con la alternativa que
ofrezca la dogmática penal que se estime más adecuada; la justicia
constitucional, en cambio, se encarga de determinar si la
resolución judicial cuestionada afecta a derechos
constitucionales.” 10

53. Lo anterior guarda coherencia con lo dicho por el Tribunal Constitucional


cuando afirma que “La estructuración del proceso, la determinación y
valoración de los elementos de hecho, la interpretación del derecho
ordinario y su aplicación a los casos individuales son asuntos de los
tribunales competentes para tal efecto, y se encuentran sustraídos de la
revisión posterior por parte del Tribunal Constitucional (…); sólo en caso
de la violación de un derecho constitucional específico por parte de un
tribunal, puede el Tribunal Constitucional (…) entrar a conocer el asunto
(…). Los procesos de subsunción normales dentro del derecho ordinario se
encuentran sustraídos del examen posterior del Tribunal Constitucional
(…), siempre y cuando no se aprecien errores de interpretación
relacionados fundamentalmente con una percepción incorrecta del
significado de un derecho fundamental, especialmente en lo que respecta
a la extensión de su ámbito de protección, y cuando su significado
material también sea de alguna importancia para el caso legal
concreto”. 11

54. Con mayor razón cuando el máximo intérprete de la Constitución tiene


fijado que, “los derechos fundamentales que la Constitución ha
reconocido no solo son derechos subjetivos, sino también constituyen el
orden material de valores en los cuales se sustenta todo el
ordenamiento constitucional (…). Esta última dimensión objetiva de los
derechos fundamentales se traduce, por un lado, en exigir que las leyes y
sus actos de aplicación se realicen conforme a los derechos
fundamentales (efecto de irradiación de los derechos en todos los
sectores del ordenamiento jurídico) y, por otro, en imponer, sobre todos

10 Expediente n° 5694-2005-PHC/TC, FJ 3.
11 Expediente n.° 9746-2005-PHC/TC, FJ 4; n.° 0575-2006-PA/TC, FJ 4.

17
los organismos públicos, un "deber especial de protección" de dichos
derechos.” 12

55. En este sentido, la protección que dispensa el proceso de Hábeas Corpus


tiene como fin primordial la vigencia de los derechos, principios y
garantías que emanan de nuestra Norma Fundamental en relación con la
libertad y aquellos derechos conexos con ella. De ahí que, podemos
advertir en concordancia con la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, que el juez constitucional esta expedito para revisar el
derecho ordinario cuando concurra una vulneración a los derechos
fundamentales, tal como en el presente caso.

56. Esta excepcionalidad para efectuar el control de constitucionalidad a una


resolución que afecta el principio de legalidad y el derecho a la obtención
de resoluciones fundadas en derecho obedece al sistema material de
valores de nuestra Constitución y a la no permisibilidad de generar
pautas interpretativas manifiestamente lesivas o incompatibles con el
texto constitucional.

57. Tal condición se presenta en el caso objeto de esta demanda, donde se


ha vislumbrado un proceso penal palmariamente irregular, fuera del
marco legal e inconstitucional seguido en contra de la señora Keiko Sofía
Fujimori Higuchi, en donde el Estado a través de sus organismos de
promoción de la sanción penal y de garantía de sus derechos, ha evadido
la primacía de la Constitución, efectivizando serias y negativas
vulneraciones a la libertad, el principio de legalidad y el derecho a la
obtención de resoluciones fundadas en derecho. Este proceso es nulo
desde un inicio, pues, no solo se han afectado la libertad de la
beneficiaria de forma preliminar y preventiva con resoluciones
inconstitucionales, sino que actualmente tiene una restricción a su
libertad por una medida de comparecencia con restricciones y que
además se pretende volver a privarla de su libertad
inconstitucionalmente, esta vez, imputándole hechos que no constituyen
delito en clara afectación a sus derechos fundamentales.

V.4. La protección de los derechos afectados por la vía del hábeas corpus

58. El artículo 33.22 del Código Procesal Constitucional desarrolla el supuesto


establecido en el inciso 1) del artículo 200 de la Constitución, haciendo

12 Expediente n.° 3510-2003-AA/TC, FJ 2.

18
más explícito el concepto de que los derechos constitucionales
protegidos por el hábeas corpus. Es así como nuestro Tribunal
Constitucional, interpretando tanto la norma constitucional como el
dispositivo legal previamente citado, ha llegado a determinar que:

“[c]abe utilizarse cuando se presentan situaciones no previstas en


los tipos anteriores. Tales como la restricción del derecho a ser
asistido por un abogado defensor libremente elegido desde que
una persona es citada o detenida; o de ser obligado a prestar
juramento; o compelido a declarar o reconocer culpabilidad contra
uno mismo, o contra él o la cónyuge, etc. Es decir, si bien no hace
referencia a la privación o restricción en sí de la libertad física o de
la locomoción, guarda, empero, un grado razonable de vínculo y
enlace con éste. Adicionalmente, permite que los derechos
innominados –previstos en el artículo 3 de la Constitución–
entroncados con la libertad física o de locomoción, puedan ser
resguardados. Esta Tipología ha sido elaborada de modo
casuístico, en atención a la continua evolución que ha
experimentado este proceso constitucional, por lo que no puede
ser tomada como un numerus clausus.” 13

59. El Tribunal Constitucional ha establecido que el habeas corpus conexo


será utilizado cuando se presenta situaciones no previstas en los demás
tipos de habeas corpus 14. En efecto, se entiende que “si bien no hace
referencia a la privación o restricción en sí de la libertad física o de la
locomoción, guarda, empero un grado razonable de vínculo y enlace con
este”. 15

60. El derecho a la libertad individual como derecho fundamental materia de


protección del habeas corpus por mandato del artículo 200, inciso 1, de
la Constitución, se constituye como un derecho continente que engloba
una serie de derechos de primer orden enumerados enunciativamente
en el artículo 25° del Código Procesal Constitucional, entre los que
encontramos a la libertad personal.

61. Como todo derecho fundamental, la libertad individual y sus derechos


contenidos no son ilimitados, pues se encuentran sujetos a la posibilidad

13 Expediente N° 02663-2003-HC/TC, FJ 6.
14 Expediente N° 02663-2003-HC, FJ 6 h).
15 Ídem.

19
de limitaciones, restricciones o intervenciones constitucionalmente
admitidas en función a la necesidad de tutelar otros bienes jurídicos
constitucionalmente relevantes en el Estado Constitucional, como los son
otros derechos, principios y valores constitucionales.

62. En el caso de la libertad personal, como derecho contenido de la libertad


individual, reconocido en el artículo 2°, inciso 24, de la Constitución,
tiene un doble carácter a saber. "En tanto que atributo subjetivo, ninguna
persona puede sufrir una limitación o restricción a su libertad física o
ambulatoria, ya sea mediante detenciones, internamientos o condenas
arbitrarias” 16.

63. Cuando se denuncia en un proceso de hábeas corpus la violación de la


garantía constitucional referida a la vulneración al principio de legalidad y
el derecho a la obtención de resoluciones fundadas en derecho, lo que
puede acontecer por la expedición de una inconstitucional resolución es
reivindicar la afectación ocasionada producto de la decisión judicial, pues
la imposición de una pena carente de razonamientos para su imposición
produce efectos lesivos en la libertad individual.

64. Así también, el proceso de habeas corpus, dentro de su extensión de


protección de derechos, también procede “ante la amenaza de que se
pueda producir tal vulneración.” 17

65. En consecuencia, dentro de un proceso constitucional de la libertad como


es el hábeas corpus, la jurisdicción constitucional puede pronunciarse
sobre la eventual vulneración del derecho a la tutela procesal efectiva,
debido proceso y defensa; es decir, que puedan controlar el ejercicio
regular de la potestad jurisdiccional.

66. Ahora bien, el principio de legalidad penal se encuentra consagrado en el


artículo 2, inciso 24, literal “d” de la Constitución Política del Perú, según
el cual “Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al
tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera
expresa e inequívoca, como infracción punible, ni sancionado con pena no
prevista en la ley.”

16 Ver: Sentencia recaída en el expediente N° 07624-2005-PHC/TC. FJ. 2. Caso: Buitron Rodríguez, Hernán.
17
Expediente N° 07944-2013-PHC/TC, FJ 2.

20
67. El Tribunal Constitucional, ha señalado sobre el principio de legalidad
penal que tiene una configuración como derecho subjetivo
constitucional.

“Como principio constitucional, informa y limita los márgenes de


actuación de los que dispone el Poder Legislativo al momento de
determinar cuáles son las conductas prohibidas, así como sus
respectivas sanciones; en tanto que, en su dimensión de derecho
subjetivo constitucional, garantiza a toda persona sometida a un
proceso o procedimiento sancionatorio que lo prohibido se
encuentre previsto en una norma previa, estricta y escrita, y
también que la sanción se encuentre contemplada previamente en
una norma jurídica.” 18

68. Agrega además que, la dimensión subjetiva del derecho a la legalidad


penal no puede estar al margen del ámbito de los derechos protegidos
por la justicia constitucional y su reparación se encuentra habilitada a
través de los procesos de tutela de las libertades fundamentales. 19

69. En tanto que, el derecho a la obtención de una resolución fundada en


derecho tiene su fundamento en el artículo 9° del Código Procesal
Constitucional, es un componente del derecho al debido proceso
(sustantivo), reconocido en el artículo 139° inciso 5 de la Constitución.

70. El máximo intérprete de la Constitución, por este derecho entiende que


“garantiza el derecho que tienen las partes en cualquier clase de proceso
o procedimiento a que la resolución se sustente en la interpretación y
aplicación adecuada de las normas vigentes, válidas y pertinentes del
orden jurídico para la solución razonable del caso, de modo que la
decisión en ella contenida sea una conclusión coherente y razonable de
tales normas.” 20

71. Agrega que los órganos judiciales ordinarios deben fundar sus decisiones
interpretando, aplicando o sin dejar de aplicar el conjunto de normas
pertinentes del orden jurídico para la solución razonable del caso, y
desechar las normas derogadas, las incompatibles con la Constitución o
las impertinentes para dilucidar el asunto. 21

18 Expediente n° 3423-2017-PHC/TC, FJ 7.
19 Ídem, FJ 8.
20 Expediente n° 01724-2022-PA/TC, FJ. 7.
21 Ídem.

21
VIII. FUNDAMENTOS QUE SOSTIENEN LA VULNERACIÓN DE LOS DERECHOS
CONSTITUCIONALES EN AGRAVIO DE LA SEÑORA KEIKO SOFÍA FUJIMORI
HIGUCHI

72. A la señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi se le viene procesando


penalmente por la comisión del delito de lavado de activos y
organización criminal, pese a que de forma clara no se cumple con el
juicio de subsunción del hecho en el tipo penal, conforme se requiere por
Ley y por la Constitución.

73. Lo anterior pone de manifiesto una doble afectación de sus derechos y


con ello un impacto efectivo y potencialmente mayor a su libertad
individual. En primer lugar, se le viene procesando por un hecho que no
estaba previsto expresamente en la ley penal (legalidad) y, en segundo
lugar, cuando se le solicitó al juez la exclusión del presente proceso a
través del mecanismo de excepción de improcedencia de acción (el
hecho no constituye delito), el juez penal emitió una decisión sin que
esta se encuentre fundada en derecho. Ambas violaciones al debido
proceso afectan directamente la libertad individual de Keiko Fujimori
(comparecencia con restricciones) y amenazan con una afectación aún
mayor (pena privativa de libertad).

VIII.1. Ausencia de tipicidad objetiva del hecho imputado como lavado de


activos

74. No hay duda de que el centro de la imputación penal formulada por el


Ministerio Público y aceptada por el juez en el Auto de Enjuiciamiento
(Véase las páginas 2193 en adelante) y las resoluciones que declaran
infundados los pedidos de excepción de improcedencia de acción
deducido por la defensa de la beneficiaria, reside en dos momentos.

75. En la acusación, así como en el Auto de Enjuiciamiento y la resolución


que declara infundada el pedido de excepción de improcedencia de
acción se precisa incluso que, en el presente caso, supuestamente los
representantes del partido Fuerza Popular (en adelante FP) recibieron
activos, cuya procedencia delictiva procuraron ocultar utilizando el

22
mecanismo del “pitufeo” 22 para darles apariencia de legalidad, en la
medida que su declaración como aportes de campaña ante la ONPE se
habría hecho a través de varios aportantes en cantidades pequeñas para
evitar su detección por parte de los organismos de prevención del lavado
de activos.

76. De lo anterior se deprende con meridiana claridad que, según la tesis


fiscal, por demás errada y alejada del marco legal y constitucional, es que
el procedimiento utilizado para supuestamente lavar el dinero ilícito que,
según ellos, habría sido entregado por la empresa Odebrecht y los
empresarios nacionales (Dionisio Romero, Juan Rassmuss, Confiep, Vito
Rodríguez, empresarios del rubro construcción) al partido político Fuerza
Popular contiene, de manera general, dos momentos distintos.

77. El primer momento, según la imputación, estaría constituido por el acto


de recepción de los activos de supuesta procedencia delictiva por parte
de los representantes del partido político FP para el financiamiento de la
campaña electoral del 2011 y 2016. Estos activos serían, según la tesis de
la fiscalía, supuestamente el millón de dólares procedente del
Departamento de Operaciones Estructuradas de la mencionada empresa,
los USD$ 3 650, 000. 00 provenientes del Sr. Dionisio Romero Paulleti, la
suma de $ 3,500,000.00 proveniente de la empresa grupo empresarial
RASMUSS (empresa Sudamericana de Fibras S.A), y los US$ 2’077,500.00
proveniente de la persona jurídica- CONFIEP.

78. El segundo momento, según la tesis de la fiscalía y aceptada por el juez


en el Auto de Enjuiciamiento, tendría lugar con el supuesto
ensombrecimiento del origen delictivo del dinero recibido a través de su
declaración ante la autoridad electoral. Este presunto ensombrecimiento
se habría conseguido por medio de una declaración fraccionada del
dinero a la ONPE, asignando falsamente la realización de los aportes a
personas que realmente no los hicieron.

79. Por ello, corresponderá determinar de cara a establecer la fundabilidad


de la presente demanda que ambos momentos desarrollados por el juez
penal para sostener la existencia del delito de lavado de activos no
constituyen delito por las razones que pasamos a explicar seguidamente.

22
Véase la página 196 del Auto de Enjuiciamiento.

23
a. La receptación patrimonial de los aportes de campaña en el año
2011 y 2016 no era una modalidad típica del delito de lavado de
activos.

80. El Ministerio Público y el Juez penal parten de la idea de que la recepción


del dinero entregado por la empresa Odebrecht (hipótesis negada por la
defensa) y de los empresarios nacionales constituye supuestamente una
forma de realización del delito de lavado de activos. No obstante, en el
supuesto negado que ello hubiera sido así, tal punto de partida
presupone que, al momento de los hechos, nuestra legislación penal
reprimía, como delito de lavado de activos, la sola recepción de activos a
sabiendas o debiendo presumir su origen delictivo. A esta modalidad del
delito de lavado de activos se le conoce en los escritos especializados
como receptación patrimonial o también como tipo penal de
aislamiento 23, en la medida que criminaliza, en general, toda relación
económica o patrimonial con los activos maculados.

81. Un análisis detenido de la Constitución y la legislación penal nacional y,


su evolución en el tiempo lleva, sin embargo, a la conclusión de que dicha
forma de actuación imputada por el fiscal, aceptada automáticamente
por el juez de garantías en la resolución que deniega nuestra solicitud de
excepción de improcedencia de acción y acogida ilegalmente en la
resolución de auto de enjuiciamiento, no se encontraba sancionada
como una modalidad del delito de lavado de activos en el 2011 y en abril
de 2016; sino que su incorporación en la legislación penal nacional
recién se ha dado con la expedición del Decreto Legislativo N° 1249 del
26 de noviembre de 2016.

82. Para demostrar lo anteriormente señalado, se debe acudir a las fuentes


de Derecho internacional que tuvo en cuenta el legislador nacional para
decidir la criminalización del delito de lavado de activos.

83. El primer instrumento internacional que impulsó la criminalización del


delito de lavado de lavado de activos fue la Convención de Naciones
Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias
Psicotrópicas (Convención de Viena de 1988). En dicha Convención se
propuso que los Estados parte tipifiquen como delito la realización

23
En la regulación alemana, acerca de la existencia de un tipo penal de aislamiento ALTENHAIN,
NomosKommentar StGB, § 261, 2. Aufi., Baden-Baden, 2005, n.m. 121; STREE, Schonke/Schroder StGB
Kommentar, § 261, 26. Aufl., München, 2001, n.m. 17; LEIP, Der Straftatbestand der Geldwásche,

24
intencional de dos formas de conducta dirigidas a lavar activos de
procedencia delictiva: i) la conversión o transferencia de bienes, a
sabiendas de que tales bienes proceden de alguno o algunos de los
delitos de tráfico de drogas, con el objeto de ocultar o encubrir el origen
ilícito de los bienes; y ii) la ocultación o el encubrimiento de la naturaleza,
el origen, la ubicación, el destino, el movimiento o la propiedad reales de
bienes, o de derechos relativos a tales bienes, a sabiendas de que
proceden de alguno o algunos de los delitos de tráfico de drogas.

84. La reserva de los principios constitucionales y de los conceptos


fundamentales del ordenamiento jurídico de cada Estado parte, la
Convención propuso también la posible incriminación de la adquisición,
la posesión o la utilización de bienes, a sabiendas, en el momento de
recibirlos, de que tales bienes proceden de alguno o algunos de los
delitos de tráfico de drogas.

85. Como puede verse, los compromisos de criminalización abarcaban, por


un lado, los actos de conversión o transferencia que apunten a ocultar el
origen delictivo de los bienes y, por el otro, los actos de ocultación y
encubrimiento de la naturaleza, origen, destino, movimiento o propiedad
de tales bienes. Adicionalmente a ello, y siempre que los principios
constitucionales de los Estados parte lo permitiesen, la convención
contemplaba la posibilidad de tipificar los actos de tenencia o utilización
de bienes que, se conocen, tienen una procedencia delictiva (la llamada
receptación patrimonial).

86. Con bastante claridad se ve que la referida convención internacional


propone la criminalización de los actos de conversión y transferencia
para ocultar o disimular el origen ilícito de los bienes, así como la
realización de los actos mismos de ocultamiento o disimulación. Y, si los
conceptos básicos del ordenamiento jurídico del país lo permiten,
establece también el compromiso internacional de criminalizar la
adquisición, posesión o utilización de bienes, a sabiendas, en el momento
de su recepción, de que son producto del delito (la receptación
patrimonial).

87. En ese sentido, lo que corresponde ahora determinar es si ¿El legislador


penal peruano criminalizó, al tipificar el delito de lavado de activos, la
modalidad de receptación patrimonial? (imputación fáctica propuesta
por el fiscal en su acusación y aceptada por el juez al expedir su

25
resolución que declara infundada la excepción de improcedencia de
acción), aceptando, conforme lo establece la convención de Viena, que
esa forma de incriminación era compatible con los principios de Derecho
interno y los conceptos jurídicos que sustenta el ordenamiento peruano.

88. La respuesta es NO. Nos explicamos. La estructuración realizada por la


Convención de Viena se ha mantenido, en términos esenciales, en otros
instrumentos internacionales a los que el Perú se ha adherido. Así, la
Convención de Palermo del año 2000 contra la criminalidad organizada
transnacional recoge en el artículo 6.1 el tipo penal de conversión y
transferencia [a) i)], el tipo de ocultación [a) ii)] y la receptación
patrimonial [b) i)].

89. Lo mismo hace el Reglamento Modelo sobre Delitos de Lavado de Activos


relacionados con el Tráfico Ilícito de Drogas y otros delitos graves de la
Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), en
los artículos 2.1 (actos de conversión y transferencia), 2.2 (receptación
patrimonial) y 2.3 (actos de ocultación).

90. Ahora bien, si bien el legislador nacional partió del esquema inicial
propuesto por la Convención de Viena al expedir la Ley N° 27765, es
patente también que ha tenido una evolución propia que merece ser
destacada.

91. En cuanto a los actos de conversión y transferencia, puede decirse que la


normativa penal nacional se mantuvo en la línea propuesta por la
referida Convención.

92. Sin embargo, en el caso de los actos de ocultación, éstos se fusionaron en


un mismo tipo penal con los actos de tenencia, por lo que en ambas
clases de actos se hacía necesario que el autor apuntase a evitar la
identificación del origen delictivo de los activos. Por lo tanto, los actos de
tenencia no se tipificaban por su sola realización, sino por ser una forma
para ocultar el origen delictivo del activo o impedir su incautación o
decomiso. Toda interpretación en contrario deviene en incompatible con
la Constitución.

93. En consecuencia, puede sostenerse que, en estricto, nuestro sistema


penal no recogió la figura de la receptación patrimonial o también
conocido como el tipo penal de aislamiento, el cual sancionaba el solo

26
hecho de recibir dinero conociendo su origen delictivo. La recepción o
tenencia de activos delictivos solo se sancionaban si es que tal acto
estaba orientado a impedir la identificación del origen del activo, su
incautación o decomiso.

94. Con la aprobación de la actual ley contra el lavado de activos (el D. Leg.
n.° 1106), tampoco se incluyó la figura de la receptación patrimonial, sino
solamente una tercera modalidad de realización del delito de lavado de
activos, a saber: los actos de transporte y traslado, pero a diferencia del
Reglamento Modelo de la CICAD no los contempla dentro de los actos de
conversión y transferencia, sino que los configura como un tipo penal
separado.

95. En efecto, si se revisa el tenor primigenio de las conductas tipificadas por


el Decreto Legislativo N° 1106, como delito de lavado de activos, se
podrá verificar que el legislador se limitó a criminalizar los actos
dirigidos a impedir la identificación del origen delictivo de los activos.
Tal conclusión se desprende con claridad de los artículos 1, 2 y 3 del
Decreto Legislativo N° 1106, los que tipificaban como delito los actos de
conversión, transferencia, ocultación, tenencia, traslado o transporte de
un activo de procedencia delictiva, siempre que estuvieran dirigidos a
evitar la identificación de su origen o a impedir su incautación o
decomiso.

96. La situación era incluso más estricta en el caso de la regulación anterior


del delito de lavado de activos (la Ley N° 27765) que, dicho sea de paso,
es la ley que estuvo vigente al momento de los hechos investigados
(2011). Las dos figuras básicas del delito de lavado de activos previstos en
los artículos 1 y 2 de la Ley N° 27765 exigían, como resultado típico, que
los actos de conversión, transferencia, ocultación o tenencia hubiesen
efectivamente impedido la identificación de su origen o evitado su
incautación o decomiso 24.

97. No bastaba, por lo tanto, con realizar alguna de esas operaciones con el
activo de procedencia delictiva, sino que dicha operación debía producir
necesariamente el resultado de evitar la identificación de su origen
delictivo o impedir su incautación o decomiso. Es evidente que, en este
contexto legislativo, la sola receptación patrimonial no podía
sancionarse como una modalidad del delito de lavado de activos.

27
98. La situación legislativa ha cambiado recién el 26 de noviembre de 2016
con la promulgación del Decreto Legislativo N° 1249 que modificó la ley
actualmente vigente de lavado de activos (Decreto Legislativo N° 1106).
En efecto, mediante este dispositivo legal el legislador suprimió del tipo
penal de actos de ocultación y tenencia (artículo 2 del Decreto Legislativo
N° 1106) el elemento típico de “con la finalidad de evitar la identificación
de su origen, su incautación o decomiso”, dando entrada por primera
vez en la legislación penal peruana a la figura de la receptación
patrimonial o tipo penal de aislamiento.

99. Hasta antes de esa reforma legislativa, los actos de lavados requerían
estar necesariamente referidos a una ocultación del origen delictivo de
los bienes o a impedir su incautación o decomiso (como elemento
subjetivo del tipo especial, en el Decreto Legislativo N° 1106, o como
resultado típico, en la Ley N° 27765).

100. En consecuencia, según la propia tesis de la fiscalía y aceptada por


el Juez de Investigación Preparatoria al emitir la resolución que declaró
infundada la excepción de improcedencia de acción, así como en su Auto
de Enjuiciamiento, la premisa fáctica respecto a que supuestamente la
señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi habría orientado, coordinado,
participado y dispuesto los actos de conversión de activos ilícitos
presuntamente a sabiendas de su procedencia delictiva hasta antes del
26 de noviembre de 2016, no implica de ninguna manera, la comisión de
un delito de lavado de activos. Considerar dicha actuación un delito de
lavado de activos implicaría, en el fondo, realizar una aplicación
retroactiva desfavorable de la ley penal y una clara afectación al
principio de legalidad y el derecho a la obtención de resoluciones
fundadas en derecho que se encuentra proscrita por nuestra
Constitución Política del Perú.

101. En concreto, toda tesis de imputación que haga referencia a un


presunto acto de recepción de activo de procedencia ilícita anterior al 26
de noviembre de 2016 no podrá alcanzar relevancia típica como una
forma de realización del delito de lavado de activos. De ahí que, deviene
en ilegal e inconstitucional el criterio asumido por el Juez en el Auto de
Enjuiciamiento y la resolución que deniega la excepción de
improcedencia de acción deducida por la defensa técnica de la señora

24
GARCÍA CAVERO, Percy. El delito de lavado de activos, p.136.

28
Keiko Fujimori Higuchi, en tanto, ello lesiona grave y seriamente el
principio de legalidad y el derecho a la obtención de resoluciones
fundadas en derecho al pretender perseguir penalmente por un supuesto
hecho que no estuvo expresamente regulado por las normas de lavado
de activos. Es decir, dentro del marco de la ley y de nuestra Constitución
era inviable sostener que los hechos resistían una conducta penalmente
relevante, pues, todo parámetro legal para imputar una conducta como
delictiva, debe tener necesariamente una base constitucional y legal
previa.

102. Por ello, es palmario que se pretende privar a la señora Fujimori


Higuchi de su libertad, sobre hechos que no constituyen delito. Esta
manera de procesar a una persona no puede ser permitida ni tolerada
bajo los estándares constitucionales. El sistema penal no es un
instrumento de persecución desmedida, ni reposa sobre el desborde o
que actúa a espaldas del debido proceso, se debe regir en principio sobre
la base de los preceptos constitucionales claramente enmarcados en un
Estado Constitucional de Derecho. La ley y la Constitución son claras en
determinar qué conductas son punibles y lo que se le reprocha a la
señora Keiko Fujimori Higuchi está fuera del marco legal entonces
vigente y del parámetro Constitucional. El proceso penal iniciado en su
contra no representa otra cosa que una construcción artificiosa sin
sustento legal, menos constitucional, que ha buscado desde un inicio su
sola privación de su libertad. Ni la ley ni la Constitución amparan el
abuso.

b. Los hechos imputados en la acusación y el auto de enjuiciamiento a la


señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi no constituyen delito de lavado de
activos, pues, la declaración de los aportes ante la autoridad electoral no
tenía la finalidad de ocultamiento o ensombrecimiento del activo.

103. Según la tesis del fiscal, la señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi
habría dispuesto, participado, y, recibido “supuestos aportes” de la
empresa Odebrecht y de empresario nacionales para el financiamiento
de las campañas presidenciales de 2011 y 2016. El origen delictivo se
habría pretendido ocultar mediante su falsa declaración ante la autoridad
electoral por medio de falsos aportantes. En efecto, según la tesis del
fiscal, la señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi supuestamente habría
dispuesto que el aporte del dinero recibido sea ingresado a través de
falsos aportantes y/o aportantes simulados a la campaña presidencial del

29
año 2011 y 2016. Este fraccionamiento del dinero maculado recibido por
medio de falsos aportantes sería un “pitufeo” de los activos ilícitos que
conllevaría la comisión del delito de lavado de activos (smurfing).

104. En refuerzo de tu tesis imputativa, el Ministerio Público cita una


serie de acciones supuestamente irregulares, tales como: simulación de
aportes, supuestos falsos aportes, declaraciones juradas falsas, etc.

105. Sin embargo, a reserva de los principios constitucionales y de los


conceptos fundamentales del ordenamiento jurídico del Estado, dichos
comportamientos no constituyen un supuesto fáctico del delito de lavado
de activos, pues no se observa que tales acciones, conforme a la propia
tesis fiscal recogida en el auto de enjuiciamiento, así como en la
resolución que rechaza su medio de defensa técnico (excepción de
improcedencia de acción), se orienten objetivamente a “evitar la
identificación del origen, la incautación o el decomiso” de los aportes
recibidos, y, por tanto, no se observa el desarrollo de la fase de
ensombrecimiento, etapa fundamental en la configuración del delito de
lavado de activos al momento de los hechos.

106. En efecto, el pitufeo es un procedimiento de lavado que implica


realizar operaciones por debajo del umbral que activa el deber de los
sujetos obligados a informar una operación sospechosa a la UIF. En ese
sentido, se oculta el origen ilícito del dinero por medio de una evasión de
los mecanismos de control de procedencia de fondos (por ejemplo: los
que hace un banco en relación con los montos de operaciones bancarias
por medio de una declaración de procedencia de fondos).

107. Lo anterior no ha ocurrido en el presente caso, pues la autoridad


electoral no era en las campañas del 2011 y del 2016 un sujeto obligado a
informar a la UIF operaciones sospechosas por su cantidad y tampoco los
falsos aportantes hicieron una declaración de procedencia de fondos,
pues ellos únicamente hicieron una declaración de que realizaban el
aporte de dinero al partido político.

108. La ley y la Constitución exigen, para la configuración de un hecho


de índole penal, que la hipótesis fáctica deba subsumirse en una ley
penal expresa. En efecto, la ley penal vigente al momento de los hechos
imputados a la señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi exigía que, para poder
hablar de la comisión de un delito de lavado de activos, los activos se

30
hayan ensombrecido (“dificultando la identificación de su origen,
incautación o decomiso” en la Ley 27765) o el agente actúe con esa
finalidad (“con la finalidad de evitar la identificación de su origen,
incautación o decomiso” en la versión original del D. Leg. 1106). En
ningún momento, la declaración de los aportantes ensombreció el origen
de los activos, pues nunca realizaron una declaración de procedencia de
fondos. Sostener que la conducta mencionada tiene incidencia como un
delito de lavado de activos implicaría, afectar claramente los principios
de legalidad penal y el derecho a obtener decisiones fundadas en
derecho, lo cual está prohibido según la Constitución Política del Perú.

109. La imputación fiscal avalada en las decisiones judiciales


inconstitucionales no es un delito de lavado de activos conforme a la
legislación penal entonces vigente. En todo caso, lo que imputa la
fiscalía SERÍA SUPUESTAMENTE UN CASO de financiamiento ilegal de
partidos políticos que no estuvo sancionado penalmente en nuestro
país hasta el año 2019, esto es, no existía delito de financiamiento ilegal
en los años 2011 y 2016, por lo que la imputación del fiscal, aceptada
por el juez de garantías, quiebra el principio de legalidad y la negativa a
amparar la excepción de improcedencia de acción viola el derecho a la
obtención de resoluciones fundadas en derecho, como garantías
básicas de un sistema constitucional de derecho como es el nuestro.

110. Por lo tanto, no es menor advertir que resulta evidente que se


busca restringir el derecho fundamental a la libertad de la beneficiaria, al
mantenerla procesada y pretender condenarla sobre hechos que, desde
la legislación nacional vigente sobre la materia y los preceptos
Constitucionales, no constituyen delito. No se puede permitir ni tolerar
este enfoque de procesar a una persona. Existe pues un déficit de
derechos fundamentales en el sentido del derecho a la libertad, el
principio de legalidad penal y el derecho a la obtención de resoluciones
fundadas en derecho que debe ser aplicado y que el Juez Ordinario ha
ignorado plenamente en las resoluciones cuestionadas. La conclusión a
ello no es otra cosa más que la tramitología procesal con el inminente
resultado de la privación ilegal e inconstitucional de la libertad, para cuyo
caso impera la función garante del proceso constitucional.

VIII.2. Ausencia del tipo subjetivo en la acusación por la presunta


comisión del delito de lavado de activos en contra de la señora Keiko
Fujimori Higuchi, lo que conlleva una afectación al principio de

31
legalidad penal y el derecho a la obtención de resoluciones fundadas en
derecho

111. Según las resoluciones cuestionadas, la señora Keiko Sofía Fujimori


habría orientado, coordinado, participado y dispuesto a que
supuestamente los señores Clemente Jaime Yoshiyama Tanaka, Augusto
Mario Bedoya Cámere presuntamente captaran un millón de dólares
americanos de la empresa Odebrecht.

112. Tanto en el auto de enjuiciamiento como en la resolución que


declara infundada la excepción de improcedencia de acción promovida
por la señora Keiko Fujimori Higuchi, el origen de estos aportes tenía
supuestamente una procedencia ilícita, y pese a ello, fue usado en el
financiamiento del partido para la campaña electoral del 2011 y 2016,
colocando ese dinero en la contabilidad mediante el empleo de falsos
aportantes. Y para que el activo no sea rastreado por la ONPE u otra
entidad fiscalizadora de transacciones financieras sospechosas
emplearon la modalidad criminal del “pitufeo”, es decir, fragmentaron la
cifra antes citada en montos menores de falsos aportantes, logrando
evitar así el registro de la empresa donante.

113. Si la imputación penal que se avala en el auto de enjuiciamiento y


la resolución que deniega el mecanismo de defensa técnico (excepción
de improcedencia de acción), por el delito de lavado de activos se centra
en supuestamente darle al dinero presuntamente entregado por la
empresa Odebrecht la apariencia de un aporte lícito en una campaña
electoral, esa tesis presupone que las personas que lo recibieron
(recolectaron) y luego lo colocaron sabían que era de procedencia
delictiva. En consecuencia, los que supuestamente recibieron el millón de
dólares de la empresa Odebrecht, según la tesis de la propia fiscalía,
debieron conocer o, en todo caso, presumir que dicho dinero procedía de
pagos recibidos por contratos con el Estado obtenidos por medio de la
corrupción o de acuerdos colusorios con funcionarios públicos.

114. Con relación a lo expresado, resulta menester partir por referirnos


a la imputación subjetiva, al dolo que debe ser comprendido conforme a
la actualmente vigente perspectiva normativa asumida por la dotrina y la
jurisprudencia. Desde esta perspectiva el dolo no es una realidad
psicológica que el juez verifica, sino un concepto jurídico que el juez
determina conforme a criterios de valoración. En ese sentido, el dolo es

32
la imputación de conocimiento que el juez hace al autor sobre la
relevancia penal de su actuación. Con relación a ello, la Corte Suprema
sostiene que “la posición que señala que el dolo requiere del
conocimiento y la voluntad, paulatinamente, ha ido variando, se ha
perfilado a la afirmación que el dolo se presenta solo con el conocimiento;
por tal razón, suele hacerse referencia a ello con la denominación de
teorías del conocimiento o de la representación” 25.

115. De acuerdo con lo anterior, la forma de determinar el dolo no es


con la actuación de un material probatorio en juicio, sino con base en la
valoración de los hechos postulados por el Ministerio Público a partir de
los cuales el juez, con base en criterios normativos consensuados, imputa
al autor el conocimiento de la relevancia penal del hecho. En efecto, el
juez “enjuicia la posibilidad de imputar normativamente el rol de
conocedor, mediante la verificación de condiciones objetivas que indican
que el sujeto, en el contexto social y personal de su acción, se encontraba
ante la posibilidad efectiva de conocer y no podía confiar racionalmente
en la no realización del riesgo típico” 26.

116. En la doctrina nacional, Percy García afirma que “el dolo es una
imputación de conocimiento al autor sobre aquellos aspectos del hecho
que activan el deber más intenso de evitar su realización” 27. Asimismo, la
Corte Suprema refirió que “el dolo es entendido como atribución al
conocimiento en clave normativa o conocimiento de la acción junto con
sus consecuencias; dicho conocimiento, es respecto de los elementos del
tipo objetivo (que caracterizan la acción como generadora del peligro
jurídicamente desaprobado y que afecta de manera concreta un
determinado objeto protegido). En ese sentido, el dolo se configura
solamente como el conocimiento de probabilidad de aparición del riesgo,
lo que genera el deber de no emprender la acción riesgosa 28.

117. En efecto, en los casos de prevaricato, la Corte Suprema ha


indicado que: “En cuanto al elemento subjetivo, nuestro ordenamiento
peruano para el tipo penal de prevaricato acoge una conducta solo a
título de dolo [Sentencia de Apelación N.° 3-2013/Arequipa, FJ 4]. Este

25
Apelación 66-2021, La Libertad, FJ 3.10.
26
SÁNCHEZ MÁLAGA, Armando, Una teoría para la determinación del dolo, Editorial B de F, Buenos
Aires, 2018, pp. 338.
27
GARCÍA CAVERO, Percy, Derecho penal. Parte general, 3° edición, Ideas Solución Editorial, Lima, 2019,
pp. 519.
28
Recurso de Nulidad n.° 1692-2017 Lima Norte, FJ 2.5.

33
dolo no se prueba, se atribuye o se imputa al autor, en atención a sus
circunstancias personales, que determinará que tuvo el conocimiento
necesario para evitar la realización del delito 29, por lo tanto, la sola
producción objetiva de un resultado lesivo resulta incompatible con la
culpabilidad, resultando necesario una intervención subjetiva del
autor.” 30

118. Ahora bien, la Corte Suprema siguiendo la línea de interpretación


de nuestra ley penal vigente, comprendió al dolo desde una perspectiva
normativista para el delito de lavado de activos, así mencionó “el dolo se
imputa a través de los elementos externos, de la forma y circunstancias
de la actuación de los agentes delictivos y según máximas de experiencia
(…) Las cadenas de los indicios –plurales, graves y concatenados entre sí–
es completa, sin vacíos relevantes, y la inferencia correcta permite dar
por fijado como hecho cierto que se realizaron progresivamente actos de
lavado de activos, con pleno conocimiento de su procedencia del tráfico
ilícito de drogas” 31.

119. De tal forma, que el único elemento que debe ser usado para
determinar el dolo del autor respecto de un hecho es el cognitivo, y este
no está traducido necesariamente en cualquier conocimiento, sino en
uno racional, que tendría un observador objetivo, según el cual, ante el
reconocimiento de determinados hechos, está en el deber de inferir que
su conducta es peligrosa y puede producir el resultado.

120. En la relación al caso, en la actualidad, a nadie le cabe la menor


duda de que un ciudadano mínimamente informado conoce el sistema
de prácticas corruptivas que la empresa Odebrecht instauró para
conseguir millonarias obras o concesiones licitadas por el Estado. Sin
embargo, la pregunta que debe hacerse es si tal conocimiento o deber
de presumirlo existía en el año 2011. La respuesta es negativa. La
empresa Odebrecht gozaba de una reputación alta en nuestro sistema
nacional, haciendo inviable la existencia de algún atisbo perceptible de
ilicitud en sus actividades. Es más, el sistema judicial, como un dato
externo que anula la imputación subjetiva en la presente causa,
consideraba a la empresa Odebrecht como una de las empresas de

29
Recurso de Apelación N.° 7-2019 – Madre de Dios. Sala Penal Transitoria.
MADRE DE DIOS
30
GARCÍA CAVERO, Percy. Derecho penal – Parte general, 2da. Edición. Lima: Jurista Editoras, 2012, pp.
493-496.
31
Recurso de Nulidad n.° 1055-2018 Nacional, FJ 10.

34
vanguardia en el rubro de la ingeniería, a tal punto que fue reconocida en
una revista del propio Poder Judicial, es decir, ni siquiera la institución
que hoy se encarga de impartir justicia, en el año 2011 pudo advertir un
atisbo de ilegalidad en la empresa Odebrecht.

121. El esquema masivo de sobornos y licitaciones fraudulentas fue


revelado oficialmente por Odebrecht recién en diciembre del 2016 en el
marco de una investigación en los Estados Unidos por la infracción a la
Ley de Prácticas Comitivas en el Extranjero (FCPA). Por lo que, de acuerdo
con las circunstancias normativas y fácticas en el supuesto negado que se
haya recibido donaciones maculadas de la empresa Odebrecht, era
imposible jurídicamente determinar el origen del dinero, más aún,
cuando dicha empresa, así como las empresas que lideran los señores
Dionisio Romero, Juan Rasmuss, gozaban de un alto grado de reputación
en el mercado económico, financiero y bursátil del país y el extranjero.

122. Es más, es una circunstancia objetiva que determina la inexistencia


de dolo (conocimiento) el hecho que recién en mayo de 2017 se aprobó
judicialmente el acuerdo de delación premiada para los altos
funcionarios de la empresa Odebrecht, en el que recién reconocen de
manera oficial el esquema de corrupción instaurado por dicha empresa
en Brasil y Latinoamérica. Con estos datos ciertos, queda claro entonces
lo sumamente difícil que es atribuir a los que supuestamente recibieron
los aportes de campaña de la empresa Odebrecht en el año 2011 el
conocimiento cierto o probable de que dicho dinero procedía de
actividades criminales de la referida empresa. Sin ese conocimiento, no
es posible sustentar una imputación penal por el delito de lavado de
activos.

123. Asimismo, no se puede atribuir una imputación de dolo respecto a


los aportes realizados por los empresarios nacionales a la campaña
presidencial del partido Fuerza Popular en el año 2011 y 2016, pues,
existían circunstancias externas que determinaban que los señores
Dionicio Romero Pauletti, Juan Rasmuss Echecopar, Vito Rodríguez y sus
empresas eran los principales empresarios del país, que tenían y tienen
una alta credibilidad en el sistema financiero, bancario y bursátil.
Tampoco existían circunstancias perceptibles externamente atribuibles a
algún acto ilegal en las que estarían incursos en el periodo 2011 y 2016.

35
124. Podría argumentarse, en respuesta a lo dicho en el párrafo
anterior, que, de no haberse sabido o sospechado que el dinero
entregado a la campaña electoral del 2011 era de procedencia ilícita, los
directivos de Fuerza Popular en el supuesto negado que hayan recibido
dichos aportes no se habrían visto en la necesidad de declararlo
falsamente como aportes de varias personas naturales. Tal alegación no
tiene, sin embargo, mayor respaldo lógico, pues la normativa electoral
establecía, y lo hace aún hoy, un tope para la realización de aportes de
campaña, lo que podría explicar el uso de supuestos aportantes para
justificar el ingreso del dinero al partido. Eso es, sin ninguna duda, una
infracción a la normativa electoral, pero, bajo ningún punto de vista es un
delito de lavado de activos.

125. No se puede exigir o atribuir a la señora Keiko Sofía Fujimori


Higuchi el conocimiento de unas circunstancias que recién se
comenzaron a hacer evidentes muchos años después. Tal proceder sería
sustentar la imputación penal en un dato puramente objetivo, lo que
iría en contra de la proscripción de toda forma de responsabilidad
objetiva que se establece expresamente como principio informador del
sistema penal y de legalidad en el artículo VII del Título Preliminar del
Código Penal.

VIII.3. Error en el juicio de derecho ante la indebida subsunción del


hecho en el delito de organización criminal, cuando del tenor de la
acusación fiscal, existe inconcurrencia del elemento objetivo “fin
delictivo y finalidad lucrativa”.

126. Dentro de la configuración típica de los delitos de asociación ilícita


y/u organización criminal que va correlación con la Ley y la Constitución,
se expresa que existen dos elementos esenciales que explican su esencia,
como delitos de enriquecimiento: el fin delictivo, y el fin lucrativo. En
función de ellos es que se constituiría la agrupación criminal y capta a sus
miembros, quienes se adhieren o incorporan a dicho conglomerado, que
tiene como característica la de estar destinada a cometer delitos con
niveles de rentabilidad.

127. Es decir, se estructura una agrupación con reparto funcional, con


el propósito de cometer delito para obtener ganancias económicas
ilícitas. En ese orden de ideas, podemos estructurar un itinerario o

36
secuencia de las conductas vinculadas a la configuración de una
organización criminal:

a. Primero se constituye la agrupación criminal, y desde su origen


tiene el propósito de cometer delitos, por lo que no se enmarca en
el contexto de una asociación ilícita o de una organización
criminal, las agrupaciones o entidades dedicadas a fines lícitos,
que dentro del desarrollo de sus actividades formales se pueda
incurrir en la comisión de delitos (en estos casos existen otro tipo
de factores de atribución o imputación aplicables).
b. Luego de ello se ejecutan las actividades criminales (prefijadas), y
producto de la ejecución de estas se obtienen beneficios
patrimoniales indebidas, que fue la razón de ser de constituir este
tipo de agrupaciones.
c. En tal sentido debe quedar claramente establecido que las
actividades delictivas se cometen para obtener tales beneficios.
d. Y en el mismo sentido, si la comisión de delitos busca otro tipo de
finalidad, como por ejemplo el poder político o la protección de
sus miembros, ello no se enmarca en la finalidad teleológica de los
delitos de asociación ilícita / organización criminal.

128. En ese sentido, queda claro que la definición proporcionada por la


Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional nos brinda un acercamiento bastante preciso sobre la
configuración típica de este ilícito. Efectivamente el artículo 2 del
referido cuerpo normativo supranacional, el mismo que ha sido suscrito y
aprobado por nuestro país, señala lo siguiente:

Artículo 2. Definiciones
Para los fines de la presente Convención:
a) Por “grupo delictivo organizado” se entenderá un grupo estructurado
de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe
concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves
o delitos tipificados con arreglo a la presente Convención con miras a
obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro
beneficio de orden material.

129. Pues, bien, en el presente caso, si analizamos lo afirmado por el


fiscal, en su requerimiento acusatorio, apreciamos que nos habla de que
la señora Keiko Sofía Fujimori Higuchi habría constituido una

37
organización criminal en el seno del Partido Político Fuerza 2011 (Fuerza
popular) con un grupo selecto de personas con la finalidad de cometer
delitos graves y obtener un beneficio lucrativo (P. ej., pg. 325 del
requerimiento acusatorio). Sin embargo, si se atiende a la narración
fáctica de los hechos contenidos en la acusación, se podrá comprobar
que en el presente caso ninguna de esas dos finalidades está presente.
Esto es, la tesis fiscal configura una conducta que no se encuadra con el
tipo penal de asociación ilícita y/u organización criminal o en todo caso
se aparta del tenor requerido por la misma, de ahí que, se contraviene la
Ley y la Constitución.

a. Falta de finalidad delictiva

130. Al respecto, el Acuerdo Plenario N.º 4-2006/CJ-116, de fecha 13 de


octubre de 2006, señala que la consumación de este tipo de delitos opera
“desde que se busca una finalidad ya inicialmente delictiva”. Esto es, la
creación de este tipo de agrupación tiene, en su composición genética, la
intención de cometer delitos es por lo que este tipo de ilícitos no abarcan
a agrupaciones que no hayan surgido con el propósito de cometer delitos
o que sus actividades principales no estén enmarcadas dentro de la
práctica de conductas ilícitas.

131. Por ello, el artículo 317 del Código penal, tanto en su configuración
referida al delito de asociación ilícita, y su posterior modificación al
incorporar el delito de crimen organizado, remarca el elemento objetivo:
“destinada a cometer delitos”. Ahora bien, conforme a la Ley de Crimen
Organizado, los delitos fin de la organización criminal no puede ser
cualquier delito, sino aquellos delitos graves que expresamente incluye
en un catálogo cerrado la referida ley especial. Atender lo contrario,
como en el presente caso, lesiona grave y seriamente el principio de
legalidad penal y el derecho a la obtención de resoluciones fundadas en
derecho al pretender perseguirla penalmente por el delito de
organización criminal.

132. En el presente caso, el juez demandado, recogiendo el


requerimiento acusatorio fiscal, establece que la supuesta organización
criminal se habría constituido para cometer el delito de lavado de
activos, atribuyéndole además la comisión de delitos de falsa declaración
en procedimiento administrativo y obstrucción a la justicia. Lo que desde

38
ya, advertimos se distancia de una correcta aplicación de la Ley y sobre
todo de la vigencia de la Constitución.

133. Como ya se vio ampliamente en los argumentos que sustentan la


violación a la legalidad en el delito de lavado de activos, los hechos
reseñados en la acusación como delitos de lavado de activos, no son
tales, en tanto, vulneran gravemente el principio de legalidad penal y el
derecho a obtener resoluciones fundadas en derecho. En ese sentido, no
se puede sostener la comisión del delito de organización criminal, si es
que la finalidad delictiva de esa organización no es tal. El delito de
organización criminal es un delito que presupone que las actividades por
las que se constituye son delictivas. El Ministerio Público y el juez
demandado, sin el menor sustento de legalidad, dicen que esas
actividades eran lavado de activos, pero lo cierto es que no lo son y, por
lo tanto, tampoco la organización que habría realizado tales actividades
es una organización criminal.

134. Podría decirse que, aunque no existan delitos de lavado de activos,


los supuestos delitos de falsa declaración en procedimiento
administrativo (por las declaraciones de los falsos aportantes) y de
obstrucción a la justicia (por negar ante la autoridad fiscal la realización
de los aportes) bastarían para sostener que la beneficiaria del presente
proceso constitucional y los miembros del partido acusados conformaron
una organización criminal. Habría igualmente un fin delictivo por estos
otros delitos. Desde la óptica Constitucional o legal, se concluiría que no.

135. El argumento precedente carece de sustento, pues la Ley de


Crimen Organizado no incluye a los supuestos delitos de falsa declaración
en procedimiento administrativo y de obstrucción a la justicia como
delitos por los que cabe sostener la existencia de una organización
criminal. En consecuencia, los que se han organizado para cometer estos
delitos, podrán responder por los mismos, pero no por el delito de
organización criminal. En consecuencia, al no existir delito alguno que
tenga la entidad suficiente para amparar el presunto delito de
organización criminal a todas luces estaríamos ante un hecho atípico,
cuya persecución significa una afectación grave al principio constitucional
de legalidad penal y el derecho a la obtención de resoluciones fundadas
en derecho.

b. Falta de finalidad lucrativa

39
136. La misma imputación fáctica contenida en el requerimiento
acusatorio no establece una imputación en contra de la señora Keiko
Fujimori Higuchi de beneficio indebido o lucrativo, entendido como un
acto de enriquecimiento en la supuesta organización criminal. No existe
un relato fáctico de la finalidad de la supuesta organización criminal.

137. Al contrario, como veremos más adelante, establece como


finalidad de la supuesta organización criminal la obtención del poder
político, hecho que no puede ser equiparable a una finalidad
propiamente de lucro o enriquecimiento. Desde ahí se aprecia que la
imputación por el delito de organización criminal vulnera el principio de
legalidad penal y el derecho de obtener resoluciones fundadas en
derecho.

138. Como lo sostiene la doctrina especializada, la convergencia de los


miembros de la organización criminal se produce por la búsqueda
compartida de obtener beneficios patrimoniales indebidos. Es por ello,
que el profesor Víctor Prado Saldarriaga, incorpora como elemento
esencial de la configuración típica del delito de organización criminal, el
denominado fin lucrativo, explicando al respecto que son “(…)
estructuras empresariales que procuran obtener grandes ganancias
económicas en el más corto plazo (…)”.

139. Sin embargo, resulta más que evidente, más allá de una afirmación
subjetiva como lo plantea el juez demandado, que no se logra
individualizar esta supuesta organización criminal, en el sentido de
diferenciarla del contexto mismo del partido político Fuerza 2011 (Fuerza
Popular), ni menos explicar en qué consistiría el supuesto fin lucrativo.
Ello, a pesar de que La ley y la Constitución requiere para la configuración
de un hecho de índole penal, estos se subsuman o encuadren en un
delito establecido por el legislador.

140. Por el contrario, al describir las supuestas conductas que le


atribuye a la señora Keiko Sofia Fujimori Higuchi, se evidencia que las
mismas no logran subsumirse dentro de la estructura típica ni del delito
de asociación ilícita ni menos en el de organización criminal, al no
configurarse, entre otros requisitos, el presupuesto del fin lucrativo, lo
que produce una clara afectación al principio de legalidad penal y el
derecho a la obtención de resoluciones fundadas en derecho.

40
141. El juez no toma en cuenta que, en la acusación fiscal, se describen
las conductas concretas que le atribuye a la señora Keiko Sofía Fujimori
Higuchi, vinculadas directamente al partido político y a objetivos del
partido. Así menciona las labores de captación de aportes para las
campañas presidenciales de los años 2011 y 2016. Más allá de que
pretenda atribuirles un carácter ilícito a las mismas (lo que no se condice
con la realidad) lo real es que el propio Fiscal afirma que se trata de
aportaciones dinerarias utilizadas para financiar las citadas campañas
electorales, por lo que resulta un análisis erróneo sostener la existencia
de una finalidad lucrativa.

142. La defensa planteó como hipótesis de la excepción de


improcedencia de acción que el representante del Ministerio Público
menciona los aportes efectuados por los empresarios privados: “para el
financiamiento de la campaña electoral del año 2011”. (Pg. 330 del
requerimiento acusatorio). En el mismo sentido, se alude a los aportes
del grupo Rassmus, los que, según el propio Fiscal, sirvieron “para el
financiamiento de la campaña del año 2011 y 2016”. En la página 331
habla de labores de administración de los aportes, supuestamente
ilícitos, (según la equivocada tesis fiscal) “que sirvieron para el
financiamiento de las campañas presidenciales de los años 2011 y 2016”.

143. Con esta simple muestra se aprecia que, de la descripción fáctica


del Fiscal, no se describe ninguna supuesta “organización criminal”
paralela al Partido político, que se haya constituido con el propósito de
cometer delitos para obtener, como fin ulterior, beneficios económicos
indebidos.

144. Lo que se describe es la existencia de un partido político (que


luego varía de denominación), y más allá del cuestionamiento que hace
el fiscal respecto a la naturaleza de los aportes captados, lo real es que
afirma que los mismos fueron destinados al financiamiento de las
campañas presidenciales de los años 2011 y 2016, ello lesiona grave y
seriamente el principio de legalidad y el derecho a la obtención de
resoluciones fundadas en derecho al pretender perseguir penalmente
por el supuesto delito de organización criminal.

145. Lo que revela sin duda alguna que, aun en la hipótesis negada, de
que tuvieran una naturaleza ilícita como erradamente sostiene el juez

41
demandado, la finalidad del empleo de estos era obtener la Presidencia
de la República, a través de un partido político, lo que sin duda alguna no
configura la ya explicada finalidad lucrativa, propia de la estructura del
tipo penal de organización criminal.

146. Lo que configura en buena cuenta en todo caso es una finalidad


política, hecho atípico en el presente caso, que cuya persecución penal
vulnera el principio de legalidad penal y el derecho a obtener
resoluciones fundadas en derecho. Es más, en el tercer párrafo de la
página 329 del acto postulatorio del Ministerio público, el Fiscal, empieza
su imputación con la siguiente frase: “Se atribuye a KEIKO SOFIA
FUJIMORI HIGUCHI, en su condición de presidenta del partido político
“Fuerza 2011 (hoy Fuerza Popular), ser AUTORA DIRECTA de (…)”.

147. Con lo que queda evidenciado que la base fáctica del Fiscal está
referida a la actividad vinculada al referido partido político, que, como
tal, no se constituyó, y el fiscal tampoco afirma ello, para cometer delitos
de inicio, con lo queda descartada la ya desarrollada finalidad delictiva.

148. Ahora, en el mismo sentido las acciones mencionadas por el Fiscal,


vinculadas a supuestas inconductas realizadas por el Grupo
parlamentario del partido político (acciones de protección,
encubrimiento, promoción, etc.) tampoco se enmarcan en las exigencias
típicas de los delitos de organización criminal.

149. No se incardinan respecto a un objetivo ulterior lucrativo, más


aún, si de haber ocurrido como lo menciona el Fiscal (lo que no se
condice con la realidad de lo acontecido) serían conductas no realizadas
por la “supuesta organización paralela”, sino por representantes
parlamentarios de un partido político, que no son parte de la
organización, objeto de imputación por parte del Fiscal. Es decir, existe
un vacío de imputación jurídica.

150. Lo que revela una vez más que el juez demandado, yendo en
contra de la Ley y la Constitución, pretende atribuir la condición de
organización criminal a un Partido Político, el mismo, que, por su
naturaleza, no se constituye con el propósito de cometer delitos ni
menos para obtener ulteriores beneficios patrimoniales indebidos.

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151. El fin lucrativo, que es el motor que moviliza la actividad delictiva
de la organización criminal, debe ser el producto final o utilidad obtenida
por la ejecución de las conductas ilícitas previamente ejecutadas.

152. El juez demandado intenta sostener, de manera contraria al más


elemental criterio jurídico y fuera del marco constitucional, que la
finalidad lucrativa estaría constituida por las actividades de
encubrimiento de los aportes captados y su posterior utilización en el
financiamiento de las campañas políticas de los años 2011 y 2016. Sin
embargo, eso no lo sostiene ni siquiera la fiscalía, la que afirma
claramente que la finalidad de la supuesta organización criminal, en este
caso, no era lucrativa, sino política: la Presidencia de la República.

153. Es importante observar la página 148 del requerimiento acusatorio


final. Ahí el Fiscal, al referirse al elemento teleológico de la supuesta
organización criminal, menciona lo siguiente:

La finalidad de la organización: En este caso los acusados (1) KEIKO


SOFIA FUJIMORI HIGUCHI (…) tenían la finalidad dentro de la
organización criminal, el lavado o blanqueo de los activos
procedentes de las actividades criminales previas descritas en las
circunstancias precedentes de la acusación. Así como, para alcanzar
dicho objetivo se tuvo que buscar el logro de fines u objetivos
mediatos los cuales estaban definidos en alcanzar el poder político,
así como la protección de sus miembros, para ello establecieron
vínculos con otros grupos de poder o redes criminales, ya que sólo así
se garantizaría la vigencia y permanencia de la organización criminal.

154. En esta página, se evidencia, con absoluta nitidez, que los hechos
que describe el Representante del Ministerio Público no se subsumen
dentro de los linderos típicos de las figuras de la asociación ilícita o de la
organización criminal, como ha sido erróneamente avalado por el juez
demandado con su resolución al margen de los más elementales
fundamentos jurídicos.

155. En la acusación fiscal se señala que la supuesta agrupación criminal


tendría como finalidad el lavado o blanqueo de activos, lo que es una
afirmación que no se condice con las exigencias típicas de los ilícitos
mencionados, ya que la finalidad debe ser lucrativa, entendida como

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ganancia indebida y, la forma de obtenerla es a través de la comisión de
delitos, como por ejemplo el lavado de activos.

156. Estos delitos no son un fin en sí mismo, son instrumentos o


mecanismos para obtener el enriquecimiento buscado. El Fiscal
menciona en su acusación, y por eso el juez demandado debió realizar su
análisis en base a dicha propuesta fáctica, que el lavado de activos, como
finalidad de la supuesta organización criminal se iba a lograr obtener a
través de fines mediatos, como la consecución del poder político.

157. Pero esta afirmación no hace más que revelar los graves defectos
de subsunción que plantea la tesis del Ministerio Público, y que no han
sido correctamente analizados por el juez demandado, pues, del relato
fáctico, se aprecia que los supuestos actos de lavado de activos serían
anteriores a lograr el objetivo que era la Presidencia de la República. De
modo tal, ocasiona una grave vulneración al principio de legalidad y al
derecho obtener resoluciones fundadas en derecho al intentar enjuiciar
penalmente por presuntos hechos que carecen de relevancia penal.

158. Por ende, siendo absurdo sostener que se buscaba conseguir la


Presidencia de la República para lavar activos, cuando del propio relato
fáctico del Ministerio Público, se deduce que el orden cronológico que
postula es: Obtener los aportes, según él de origen ilícito, luego ejecutar
los supuestos actos de lavado para encubrir dicho origen, y todo ello con
anterioridad a pretender alcanzar la Presidencia de la República.

159. En consecuencia, consideramos que los hechos atribuidos a la


beneficiaria de la presente demanda no configuran los delitos de
asociación ilícita y organización criminal, al apreciarse la carencia del
elemento típico constituido por la finalidad lucrativa. Por lo tanto, resulta
evidente que se busca privar a la señora Fujimori Higuchi de su libertad
por hechos que reúne la conducta requerida para el delito de
organización criminal. No se puede permitir ni tolerar este enfoque de
procesar a una persona. Ni la ley ni la Constitución respaldan tal abuso.
Por ello, es menester preservar la vigencia del principio de legalidad
penal y el derecho a obtener resoluciones fundadas en derecho, en tanto
no existe Estado Constitucional de Derecho que ampare semejante
abuso.

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IX. TEST DE INTENSIDAD DEL CONTROL CONSTITUCIONAL DE LAS
RESOLUCIONES JUDICIALES Y LA REPARACIÓN DE SU
INCONSTITUCIONALIDAD

160. En el marco del Estado constitucional, las resoluciones judiciales –


como cualquier otro acto de los poderes públicos– está sometida
también a un control formal y material de constitucionalidad, del cual
deriva, a su vez, su legitimidad constitucional.

161. Si bien no exclusivamente, los derechos fundamentales son los


principales parámetros objetivos a partir del cual se realiza el control
constitucional de la resolución judicial; y es que una resolución judicial
solo es plenamente constitucional, si ella cumple no solo con los
requisitos formales que son esenciales para su validez (juez competente,
plazo, debida motivación, etc.), sino también si dicha resolución judicial
es compatible con los derechos fundamentales entendidos no solo como
derechos subjetivos de las personas, sino también como valores objetivos
que despliegan efectos sobre el ordenamiento jurídico en su conjunto.

162. Ciertamente, esta vinculación a los derechos fundamentales no es


pues exclusiva del legislador. También los jueces están vinculados
primero a la Constitución y después a la ley. Mucha más intensa incluso
es la vinculación de los jueces por lo mismo que, a diferencia del
legislador, estos no tienen un margen de apreciación de oportunidad
(política) del que sí dispone el Parlamento en tanto órgano de
representación y deliberación democrática. Bajo esta perspectiva, las
resoluciones de los jueces derivan su validez directamente de la
Constitución y no de las leyes ordinarias de inferior jerarquía. Para
salvaguardar la vinculación de los jueces con los derechos
fundamentales, el poder constituyente ha previsto que un órgano
especial y específico sea el que controle desde la Constitución (y no
desde el derecho ordinario) las resoluciones judiciales 32.

163. En nuestro diseño constitucional y legal esta tarea le ha sido


atribuida al Tribunal Constitucional y a los jueces constitucionales, para lo
cual la Constitución ha previsto un conjunto de procesos constitucionales
que son las vías a través de las cuales dichos órganos jurisdiccionales
asumen competencia para llevar a cabo sus tareas de control y de
garantía de los derechos fundamentales.

32 Martins, L., Derecho procesal constitucional alemán, México D.F.: Porrúa, 2012, p. 11.

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164. Como el control de constitucionalidad de las resoluciones judiciales
siempre pone en tensión a la jurisdicción constitucional con la
jurisdicción ordinaria, el Tribunal Constitucional se ha preocupado en
definir bajo qué tipo de examen se debe llevar a cabo dicho control
constitucional, de modo que, respetando la competencia y autonomía
de los jueces ordinarios, se asegure al mismo tiempo el respeto de los
derechos fundamentales que son vinculantes también para ellos.

165. A este examen, el Tribunal Constitucional lo ha denominado el test de la


intensidad como canon de control de las resoluciones judiciales, lo que
permite al juez constitucional “realizar, legítimamente, el control
constitucional de las resoluciones judiciales ordinarias” (STC 3179-2004-
AA/TC, FJ 23). Este examen está compuesto por los siguientes
elementos:

a) Examen de razonabilidad. Por el examen de razonabilidad, el juez


constitucional “debe evaluar si la revisión de todo el proceso judicial
ordinario es relevante para determinar si la resolución judicial que
se cuestiona vulnera el derecho fundamental que está siendo
demandado” (STC 3179-2004-AA/TC, FJ 23a).

En la medida que la resolución que dicta el auto de enjuiciamiento y


las resoluciones que declaran infundadas los pedido de excepción
de improcedencia de acción deducido por la defensa de la
beneficiaria, tanto por el delito de lavado de acticos y por el de
organización criminal, avalan un requerimiento fiscal en el proceso
penal inconstitucional en contra de la señora Keiko Fujimori Higuchi,
tiene por objeto lesionar el derecho fundamental a la libertad, el
principio de legalidad y el derecho a la obtención de resoluciones
fundadas en derecho, al imputar hechos que no constituyen delito.
Es necesario que el juez constitucional realice una valoración acorde
a la Constitución y la supremacía de sus derechos contenidos, de
modo, que se garantice la vigencia de estos.

b) Examen de coherencia. El examen de coherencia exige que el juez


constitucional “precise si el acto lesivo del caso concreto se vincula
directamente con el proceso o la decisión judicial que se impugna;
de lo contrario no estaría plenamente justificado el hecho de que el
Tribunal efectúe una revisión total del proceso ordinario, si tal

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revisión no guarda relación alguna con el acto vulneratorio” (STC
3179-2004-AA/TC, FJ 23b).

En el caso de autos, los actos lesivos materializados en las


resoluciones judicial cuestionadas están vinculadas directamente
con el proceso penal inconstitucional del cual han emanado las
afectaciones. En efecto, la Resolución n° 110, la Resolución n° 35 y
la Resolución n° 46, expedidas por el Cuarto Juzgado de
Investigación Preparatoria Nacional Permanente, avalan el
requerimiento acusatorio que vulnera el principio de legalidad
penal y el derecho a obtener una resolución fundada en derecho, en
el marco del Expediente n° 299-2017-186. Así pues, el control de
constitucionalidad de las resoluciones judiciales cuestionadas está
debidamente justificado desde la perspectiva del examen de
coherencia exigido por el Tribunal Constitucional.

c) Examen de suficiencia. Mediante el examen de suficiencia, el juez


constitucional “debe determinar la intensidad del control
constitucional que sea necesaria para llegar a precisar el límite de la
revisión del proceso judicial ordinario, a fin de cautelar el derecho
fundamental demandado” (STC 3179-2004-AA/TC, FJ 23c).

En efecto, el examen de suficiencia permite fijar los límites del


control de constitucionalidad, esto es, hasta dónde le alcanza
legitimidad al juez constitucional, a fin de hacer cumplir la finalidad
de los procesos constitucionales que es la de garantizar la vigencia
efectiva de los derechos constitucionales. En el caso concreto, las
resoluciones judiciales cuestionadas tienen por objeto imponer una
sanción penal en contra de la señora Keiko Fujimori Higuchi,
afectando gravemente los derechos constitucionales invocados. De
manera tal, que no se trata de meros actos procesales de trámite,
sino de consecuencias penales graves, máxime si se trata de la
afectación de la libertad persona, como uno de los derechos más
importantes. Esto justifica que el examen de suficiencia deberá ser
alto o intenso, a fin de que, se haga cumplir la finalidad de los
procesos constitucionales.

166. Por todo lo señalado y en la medida en que se han alegado violaciones


al contenido constitucionalmente protegido del derecho fundamental a
la libertad, el principio de legalidad penal y el derecho a la obtención de

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resoluciones fundadas en derecho, el juez constitucional tiene la
competencia, ratione materiae, para ingresar a analizar las cuestiones
de fondo planteadas en la presente demanda constitucional de habeas
corpus.

167. En ese sentido, las resoluciones judiciales cuya nulidad se solicita


incurren en grave afectación a los derechos fundamentales de la
beneficiaria. Se tiene certeza de la inminencia de efectos lesivos y
nocivos que causan las decisiones judiciales cuestionadas, en tanto,
habilitan la ilegal e inconstitucional privación de la libertad de la señora
Keiko Fujimori Higuchi, lo cual, pone en cuestión las bases del sistema
judicial y la correcta vigencia de los derechos fundamentales que
consagra nuestra Norma Fundamental, por lo que, se debe declararse la
nulidad de las resoluciones judiciales objetadas.

POR TANTO:
A usted señor Juez, solicito declarar FUNDADA la demanda de habeas corpus
interpuesta y disponer, SE DECLARE NULA, la Resolución N° 110 (incidente 186)
de fecha 30 de noviembre de 2023, la Resolución N° 35 (incidente 186), de fecha
12 de setiembre de 2022, Resolución N° 46 (incidente 186) de fecha 06 de
octubre de 2022, y AL NO TENER EFECTOS LEGALES LAS CITADAS
RESOLUCIONES, SE ARCHIVE EL PROCESO PENAL SEGUIDO EN SU CONTRA, por
vulneración al derecho a la libertad persona en conexidad con el principio de
legalidad penal y el derecho a la obtención de resoluciones fundadas en
derecho.

OTROSI DIGO: Ofrezco los siguientes documentos. Adjunto enlace drive donde
se ubican los mismos: https://drive.google.com/drive/folders/10v-
IbhTbKGKp2SBdQHL8D9UG6Hp0He1E?usp=sharing

 Anexo 01: Copia de DNI


 Anexo 02: Resolución N° 35 (incidente 186), de fecha 12 de setiembre de
2022, que declara infundado la excepción de improcedencia de acción
deducida por la defensa por el delito de lavado de activos.
 Anexo 03: Resolución N° 46 (incidente 186), de fecha 06 de octubre de
2022, que declara infundado la excepción de improcedencia de acción
deducida por la defensa por el delito de organización criminal.
 Anexo 04: Resolución N° 110 (incidente 186), de fecha 30 de noviembre de
2023, mediante la cual se emite el auto de enjuiciamiento.

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 Anexo 05: Resolución N° 06 (incidente 251), de fecha 13 de diciembre de
2023, por la cual se declara improcedente el recurso de apelación de la
señora defensa por el delito de lavado de activos.
 Anexo 06: Resolución N° 04 (incidente 283), de fecha 15 de diciembre de
2023, por la cual se declara improcedente el recurso de apelación de la
señora Keiko Fujimori Higuchi por el delito de organización criminal.

Lima, 21 de febrero de 2024

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