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Vivir en Positivo 4
Vivir en Positivo 4
SESIÓN 4: LA SABIDURÍA
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LA SABIDURÍA
La búsqueda de la sabiduría es tan antigua y universal como la
humanidad. Aristóteles, que nació en el año 384 a. C., ya
hablaba de la sabiduría («La sabiduría es un adorno en la
prosperidad y un refugio en la adversidad»), y anteriormente al
filósofo griego ya existían textos que hablaban de ella. La
sabiduría tiene que ver con el conocimiento (cognición), pero
también con el saber (ciencia, erudición, cultura), la experiencia
(maestría, pericia) y la cordura (inteligencia, juicio, prudencia).
LA SABIDURÍA
En el ámbito del envejecimiento, una de las
conceptualizaciones más conocidas entiende la sabiduría como
un conocimiento experto y un juicio acerca de la pragmática
fundamental de la vida. En otras palabras, la sabiduría en el
envejecimiento tiene que ver con la experiencia práctica de la
vida, que se evidencia en la resolución de problemas de la vida
cotidiana. Esta perspectiva focaliza la sabiduría en la
experiencia y el desempeño.
LA SABIDURÍA
• ¿Qué entendéis vosotros por sabiduría?
https://www.youtube.com/watch?v=meQ0RY
U49Gk
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LA SABIDURÍA
El término sabiduría deriva de saborear. En sus orígenes, esta
palabra no estaba relacionada con la posesión de conocimientos,
sino simplemente con el hecho de saborear, gustar y deleitarse con
la verdad y el anhelo de saber. Desde hace bastantes años, la
psicología ha querido estudiar, definir y medir la sabiduría.
Distintas formas de «mirar» la sabiduría se cruzan en el tiempo: la
idea de que la sabiduría es la emergencia de una actitud meditativa
y el deseo u orientación de aprender de las lecciones de la vida en
la vejez; o la idea de Erik Erikson, quien ya en 1963 entendía la
sabiduría como una virtud emergente en el último estadio de la
vida; o la de Clayton y Birren (1980), que asociaron la sabiduría a
un tipo de inteligencia capaz de operar según los principios de
contradicción, paradoja y cambio; o la de Sternberg (2001), que
entiende la sabiduría como el intento de alcanzar un juicio
moderado entre extremos, una dinámica entre la duda y la
certidumbre, un suficiente distanciamiento de la situación-
problema actual, y una coordinación equilibrada entre emoción,
motivación y pensamiento.
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LA SABIDURÍA
La lista de definiciones sería interminable, pero para los
objetivos de este itinerario nos interesa sobre manera una
visión muy concreta de la sabiduría, la que desarrolló el Max
Planck Institute for Human Development de Berlín, conocida
como Berlin Wisdom Paradigm (BWP), que entiende la
sabiduría como «un conocimiento experto y un juicio acerca
de la pragmática fundamental de la vida». Se alude a la
experiencia práctica de la vida, que, según el BWP, se pone
de manifiesto en la resolución de problemáticas de la vida
cotidiana, y exige la comprensión de los aspectos complejos
e inciertos de la condición humana, incluyendo su finitud
biológica y su condicionamiento cultural.
LA SABIDURÍA
Este grupo de Berlín distingue cinco criterios delimitadores de la
sabiduría, dos de ellos básicos (conocimiento fáctico y
conocimiento procedimental) y tres «metacriterios» o criterios
específicos de la sabiduría (contextualismo, relativismo y manejo
de la incertidumbre):
LA SABIDURÍA
II. Conocimiento procedimental o procesual, acerca de la forma de
afrontar las dificultades de la vida. Se trata de un conjunto de
procedimientos o estrategias que se usan para buscar, ordenar y
manipular la información y las experiencias, y que se aplican para
tomar decisiones, planificar, seleccionar metas, etc. Es un
conocimiento práctico que nos facilita resolver situaciones
concretas.
LA SABIDURÍA
IV. Relativismo. Reconocimiento y tolerancia con respecto a las
diferencias entre las personas (interindividuales) y a las valoraciones
de cada uno. Supone considerar y aceptar las diferencias en cuanto a
objetivos, valores, intereses y prioridades. Conlleva la importancia
de las distintas interpretaciones individuales sobre lo que sucede,
pero también reconocer ciertas «virtudes universales» relativas al
valor de la vida humana, de los demás y de uno mismo (relacionadas
con las virtudes y fortalezas tratadas anteriormente).
CONSTRUYENDO
MI SABIDURÍA
Vamos a construir nuestra sabiduría. «Iré
leyendo cada una de las ideas. La pensaremos y
pondremos una X en el cuadro de la izquierda
si nos encontramos más cerca de la primera
parte de la frase; en el cuadro de la derecha, si
nos encontramos más cerca de la segunda parte
de la frase; o en el centro, si creemos que
estamos en esa posición».
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LA SABIDURÍA
Por lo tanto, el grupo de Berlín define así la sabiduría:
LA SABIDURÍA
Una vez desarrollada la noción de sabiduría, queda una idea en el tintero:
¿qué variables facilitan que una persona sea sabia? Una respuesta posible
sería repasar los índices de las tres guías del facilitador del programa «Vivir
bien, sentirse mejor», porque en ellos están incluidas todas aquellas
variables que fomentan la sabiduría. Resumidamente, son las siguientes:
• Somos interdependientes.
RESUMEN
• Encontrar el equilibrio entre el mundo propio y el mundo
de los demás.